Cuentos de Valores

Mariluz y el Tesoro de Aguasol

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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En un alegre y colorido barrio de la ciudad, vivía Mariluz, una mujer elegante, inteligente y muy trabajadora. Su familia, compuesta por su amado esposo Samuel y sus dos hijas, Lucía y Cortes, era el centro de su universo. Aunque su trabajo como ejecutiva de ventas le exigía muchas horas y viajes, su corazón siempre estaba en casa, anhelando esos momentos tranquilos viendo películas y compartiendo risas con su familia.

Cada fin de semana, la familia se escapaba al tranquilo pueblo de Samuel, donde visitaban el antiguo santuario y disfrutaban de la serenidad del lugar. Mariluz también encontraba alegría en sus encuentros con un grupo de seis amigas inseparables desde el colegio. Entre Cristina, Bea, Eva, Fátima, Rocío y otra Cristina, cada reunión era una celebración de la amistad y los recuerdos.

Aunque Mariluz era la menor de cuatro hermanos, siempre había sido la más aventurera. Los veranos de su infancia transcurrieron en la urbanización Aguasol, donde su familia aún se reunía cada año para revivir esos días de sol y juegos.

Un día, mientras preparaba una de sus habituales reuniones de trabajo, Mariluz recibió una llamada de Cristina. «Tienes que venir a Aguasol este verano, ¡hemos encontrado algo increíble!», exclamó con entusiasmo. Intrigada, Mariluz prometió que asistiría.

Al llegar a Aguasol, Cristina la llevó a un rincón secreto de la urbanización donde, escondido entre la maleza, encontraron una pequeña puerta de madera. «Esto siempre estuvo aquí, ¿cómo nunca lo vimos?», se preguntó Mariluz. Con la curiosidad de una niña, abrió la puerta y descubrieron una escalera que descendía hacia la oscuridad.

Bajaron con cuidado, iluminando el camino con las linternas de sus teléfonos. Al final de la escalera, encontraron una cámara secreta llena de objetos antiguos y un cofre en el centro. «Debe ser el tesoro de algún antiguo habitante de Aguasol», sugirió Rocío.

Entre los objetos, hallaron un viejo diario. Mariluz comenzó a leerlo en voz alta. Relataba la historia de un antiguo habitante de Aguasol, un hombre sabio y bondadoso que había ocultado allí sus tesoros más preciados, no de oro o joyas, sino de conocimientos y enseñanzas.

El grupo decidió que aquel lugar sería su refugio secreto, un espacio donde compartirían sus sueños y esperanzas, así como los retos y alegrías de la vida. Cada objeto en aquel cofre representaba una lección valiosa: un pequeño reloj de arena para recordar la importancia del tiempo con los seres queridos, una brújula para no perder el rumbo en la vida, y un espejo para siempre mirarse con amor y aceptación.

Mariluz se sintió profundamente conmovida. Aquel descubrimiento la llevó a reflexionar sobre su vida, el valor de la familia, la importancia de la amistad y el significado de la felicidad. Decidió compartir este secreto con su familia, enseñándoles las lecciones de aquellos tesoros.

Con el tiempo, el refugio secreto de Aguasol se convirtió en un lugar sagrado para Mariluz y sus amigas, un espacio donde se fortalecían mutuamente. También se convirtió en un lugar especial para sus hijas, quienes aprendieron a valorar los tesoros no materiales de la vida.

Años más tarde, cuando Lucía y Cortes crecieron y empezaron sus propias vidas, Mariluz se sentía orgullosa de ver cómo sus hijas llevaban consigo las lecciones aprendidas en Aguasol. Aunque los desafíos de la vida siguieron presentes, Mariluz siempre encontró fuerza y consuelo en su refugio secreto, en el amor de su familia y en la amistad inquebrantable de sus amigas.

El cuento de Mariluz no es solo una historia de descubrimientos y tesoros escondidos, sino una celebración de los valores eternos: amor, amistad, familia y la búsqueda de la verdadera felicidad.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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