Cuentos de Amistad

Aventuras en el Parque de la Amistad

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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En el pequeño y acogedor pueblo de Valleverde, donde las calles siempre estaban adornadas con flores y los días parecían sacados de un cuento, vivían tres niños inseparables: Samandhi, Joselin y Adriano. Samandhi y Joselin, ambas de siete años, eran mejores amigas desde el jardín de infantes, compartiendo secretos y risas. Adriano, el primo menor de Samandhi, con sus seis años, siempre estaba dispuesto a unirse a cualquier aventura.

Un soleado sábado de primavera, el trío decidió que era el día perfecto para una expedición al Parque de la Amistad, el corazón verde de Valleverde. Este parque no era un parque ordinario; era un lugar donde cada rincón y cada árbol parecían tener vida propia, un sitio ideal para las aventuras que a los niños les encantaba imaginar.

Samandhi, que adoraba jugar con su perrito Rocky, llevó a su fiel amigo junto con sus patines. Joselin trajo sus muñecas preferidas, esperando compartir nuevas historias con ellas bajo la sombra de los árboles gigantes. Adriano, por su parte, no se separaba de su bate y pelota, siempre listo para practicar su swing.

Al llegar al parque, el grupo encontró su lugar favorito bajo un enorme roble. Mientras Samandhi y Joselin se entretenían patinando y jugando con las muñecas, Adriano intentaba enseñar a Rocky a buscar la pelota. La risa de los niños llenaba el aire, mezclándose con el cantar de los pájaros y el susurro de las hojas.

De repente, mientras Rocky corría tras una pelota que Adriano había lanzado con demasiada fuerza, el perrito desapareció tras unos arbustos. Los niños, al principio no preocupados, pronto comenzaron a inquietarse cuando Rocky no regresaba al llamarlo.

«¡Debemos encontrarlo!» exclamó Samandhi, sintiendo una mezcla de preocupación y aventura. Los tres amigos, dejando de lado sus juegos, se adentraron más en el parque, llamando a Rocky con la esperanza de oír sus ladridos alegres en respuesta.

La búsqueda los llevó por senderos desconocidos y a través de pequeñas colinas dentro del parque, lugares que nunca habían explorado. En uno de esos caminos, descubrieron un pequeño lago escondido, un lugar secreto que ninguno de ellos sabía que existía. Allí, junto al agua, encontraron a Rocky, felizmente jugando con una familia de patos que nadaban tranquilamente.

Aliviados y emocionados por el descubrimiento, los niños decidieron que aquel lago sería su nuevo lugar secreto de aventuras. Prometieron volver con frecuencia, explorar más y cuidar de aquel pequeño paraíso natural que habían encontrado gracias a su querido perro.

La tarde se desvanecía cuando regresaron a casa, cansados pero llenos de nuevas historias para contar. Aquel día no solo habían encontrado a Rocky, sino también un nuevo rincón en su mundo que ahora les pertenecía, un lugar donde la amistad y la naturaleza se entrelazaban.

Desde ese día, el Parque de la Amistad fue testigo de muchas otras aventuras de Samandhi, Joselin y Adriano. Cada visita era una promesa de risas, juegos y el descubrimiento de nuevos secretos, fortaleciendo la amistad que los unía y recordándoles que, juntos, siempre podrían encontrar el camino de regreso a casa, sin importar qué tan lejos se aventuraran.

Y así, entre juegos y carreras, los tres amigos crecían, no solo en edad, sino en un vínculo que los mantendría unidos por siempre, en el corazón vibrante de Valleverde, bajo el amplio y acogedor manto del Parque de la Amistad.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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