Cuentos de Amistad

Hugo, el Monstruo Amigo de las Hormiguitas

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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En una pequeña sala de jardín de infantes llamada «Las Hormiguitas», vivía un monstruo muy especial llamado Hugo. Hugo era un monstruo de color verde claro, con dos orejas naranjas y manchitas lilas por todo su cuerpo. Tenía un ojo grande en el centro de su cara, una boca en forma de semicírculo negro con dos dientes blancos y rectangulares. Su cuerpo era un semicírculo alargado, redondeado en la cabeza y recto en la parte inferior. A pesar de su apariencia peculiar, Hugo era el monstruo más amigable y cariñoso que uno podría imaginar.

Cada día, los niños de la sala de 4 esperaban con ansias su turno para llevar a Hugo a sus casas. Hugo tenía una tarea muy importante: ayudar a los niños a aprender sobre la amistad y compartir momentos especiales con ellos. Los niños adoraban a Hugo y siempre estaban emocionados por la oportunidad de llevarlo a casa.

Un día, fue el turno de Lucía de llevar a Hugo a su casa. Lucía era una niña muy alegre con el cabello rizado y ojos brillantes. Cuando llegó a su casa con Hugo, le mostró su habitación, sus juguetes y hasta le presentó a su perrito, Max. Lucía y Hugo pasaron la tarde jugando y riendo juntos. Al día siguiente, Lucía llevó a Hugo de vuelta al jardín y trajo galletas caseras para compartir con todos sus compañeros. Todos disfrutaron mucho las galletas y agradecieron a Lucía por compartir.

La siguiente semana, fue el turno de Tomás. Tomás era un niño tímido pero muy amable. Llevó a Hugo a su casa y juntos hicieron un dibujo enorme de un cohete espacial. Hugo y Tomás se divirtieron mucho imaginando que viajaban por el espacio y conocían planetas lejanos. Al día siguiente, Tomás llevó a Hugo de vuelta al jardín y trajo crayones nuevos para todos los niños. Todos estaban encantados con los crayones y pasaron la mañana dibujando hermosos paisajes y criaturas imaginarias.

Así, cada semana, un niño diferente llevaba a Hugo a su casa y compartía momentos especiales con él. Cada vez que Hugo volvía al jardín, el niño que lo había llevado traía algo para compartir con sus compañeros. Un día fue una caja de lápices de colores, otro día fueron pegatinas de animales, y otro día fue un libro de cuentos. Hugo enseñaba a los niños la importancia de compartir y cómo pequeños actos de bondad podían alegrar a todos.

Un día, fue el turno de Juan. Juan era un niño muy curioso y le encantaba hacer preguntas. Cuando llevó a Hugo a su casa, le preguntó de dónde venía y cómo había llegado al jardín de «Las Hormiguitas». Hugo, con su voz suave y amigable, le contó que venía de un lugar mágico llamado el Reino de los Monstruos Amigos, donde todos los monstruos vivían para hacer amigos y enseñar a los niños sobre la bondad y la amistad. Juan escuchó con atención y decidió que quería hacer algo especial para sus compañeros. Al día siguiente, llevó a Hugo de vuelta al jardín y trajo una planta en una maceta para la sala. Todos los niños ayudaron a cuidar la planta y vieron cómo crecía día a día.

A medida que pasaba el tiempo, Hugo se convirtió en una parte muy importante de la sala de «Las Hormiguitas». Los niños aprendieron mucho sobre la amistad, la bondad y el compartir gracias a Hugo. Cada niño tenía su turno para llevar a Hugo a casa, y cada uno traía algo especial para compartir con sus amigos. La sala se llenó de risas, juegos y muchas historias compartidas.

Un día, la maestra anunció que había llegado el turno de Martina. Martina era una niña muy creativa y le encantaba inventar historias. Cuando llevó a Hugo a su casa, le contó muchas historias maravillosas sobre princesas, dragones y aventuras mágicas. Hugo escuchó con atención y disfrutó cada una de las historias. Al día siguiente, Martina llevó a Hugo de vuelta al jardín y trajo una caja llena de materiales para manualidades. Los niños pasaron la tarde haciendo figuras de papel, coronas de colores y hasta un castillo de cartón.

La amistad de Hugo con los niños de «Las Hormiguitas» seguía creciendo. Un día, fue el turno de Diego. Diego era un niño muy atlético y le encantaba jugar al fútbol. Cuando llevó a Hugo a su casa, le enseñó a jugar al fútbol y juntos pasaron la tarde pateando la pelota en el jardín. Al día siguiente, Diego llevó a Hugo de vuelta al jardín y trajo un balón de fútbol nuevo para la sala. Todos los niños jugaron juntos y aprendieron sobre el trabajo en equipo y la diversión de jugar al aire libre.

Así, Hugo continuó enseñando a los niños lecciones valiosas a través de pequeños actos de bondad y amistad. Los niños aprendieron que compartir y cuidar a los demás eran cosas muy importantes. Cada uno de ellos tenía una historia especial con Hugo y un recuerdo feliz de los momentos compartidos.

Finalmente, llegó el día en que todos los niños decidieron hacer algo muy especial para Hugo. Se reunieron y crearon un gran mural en la pared de la sala, lleno de dibujos, fotos y mensajes de agradecimiento para Hugo. Cuando Hugo vio el mural, su ojo grande se llenó de alegría y su boca en forma de semicírculo mostró una gran sonrisa. Hugo sabía que había cumplido su misión: enseñar a los niños sobre la amistad y la bondad.

Desde entonces, cada vez que un niño nuevo llegaba a la sala de «Las Hormiguitas», Hugo estaba allí para darle la bienvenida y comenzar una nueva aventura de amistad. Los niños sabían que con Hugo a su lado, siempre aprenderían a ser amables, a compartir y a cuidar a los demás.

Y así, en la pequeña sala de «Las Hormiguitas», la amistad y la bondad florecieron gracias a un monstruo verde claro con dos orejas naranjas, manchitas lilas, un ojo en el centro de su cara y una gran sonrisa.

Fin.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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