La Aventura de las Voces Mágicas

Había una vez en el pequeño pueblo de Armonía, tres amigos inseparables: Jhoan, Hellen y Celeste. Jhoan era conocido por su gran corazón y su habilidad para hacer reír a todos. Hellen tenía una voz dulce que encantaba a quien la escuchara, y Celeste era la más imaginativa, capaz de ver el mundo de una manera única y especial.

Un día, la escuela de Armonía anunció una audición para la obra de teatro anual, y Hellen decidió que quería participar. Sin embargo, había un pequeño problema: su voz era tan suave que a veces se perdía entre los murmullos de la gente. Pero sus amigos estaban decididos a ayudarla.

Si el espectador elige a Jhoan, él ayuda a Hellen a practicar para su audición convirtiéndola en comentarista deportiva durante el partido de fútbol de la escuela. Con un micrófono en mano y Jhoan a su lado, Hellen comenzó a narrar el juego. Al principio, su voz era apenas un susurro, pero con el aliento de Jhoan, poco a poco fue ganando confianza. “¡Gol de Armonía!” gritó con emoción, y todos voltearon sorprendidos por la potente voz que emergía de la pequeña Hellen.

Si el espectador elige a Celeste, ella le da un consejo muy peculiar a Hellen: “Imagina que la audiencia son gallinas,” le dijo con una sonrisa traviesa. Hellen se rió al principio, pero cuando llegó el momento de la audición, cerró los ojos y se imaginó a todos como gallinas picoteando en el patio. Y así, con una voz clara y llena de confianza, Hellen recitó sus líneas perfectamente. Al final, reveló que en realidad se había imaginado a todos como Celeste, lo que provocó risas y aplausos.

Si el espectador elige a DJ Luis-3, el DJ del pueblo, él decide apoyar a Hellen con música y efectos de luz durante su audición. La música era tan envolvente y las luces tan hipnotizantes que, por un momento, todos se olvidaron de escuchar la voz de Hellen. Pero cuando la música bajó, la voz de Hellen resonó en el silencio, clara y hermosa, dejando a todos, incluidos Jhoan y Celeste, completamente atónitos.

La historia de Hellen y sus amigos se extendió por todo Armonía, inspirando a niños y adultos a apoyarse mutuamente y a creer en sus propias voces. Y así, en un pequeño pueblo lleno de magia y amistad, Hellen encontró su voz y el valor para compartirla con el mundo.

Después de la audición, Hellen se sintió más confiada que nunca. Sus amigos Jhoan y Celeste estaban orgullosos de ella, y toda la escuela hablaba de su increíble actuación. Pero la aventura no terminaba ahí. La obra de teatro era solo el comienzo de un verano que prometía ser inolvidable para los tres amigos.

Con el sol brillando en el cielo de Armonía, Jhoan tuvo una idea genial: “¿Por qué no hacemos nuestro propio espectáculo este verano? Podemos usar todo lo que hemos aprendido y presentarlo en la plaza del pueblo”. Hellen y Celeste aplaudieron la idea con entusiasmo. Así nació el proyecto de “Las Voces Mágicas de Armonía”.

Jhoan, con su talento para hacer reír, se convirtió en el maestro de ceremonias. Hellen, con su voz ahora fuerte y clara, sería la narradora de historias y cuentos. Y Celeste, con su imaginación sin límites, diseñaría los disfraces y los escenarios, transformando la plaza en un mundo de fantasía.

Los días pasaban entre risas y ensayos. Los tres amigos pintaban telones de fondo con castillos y dragones, probaban efectos de sonido que hacían eco entre las calles, y practicaban sus líneas hasta que el sol se ponía. La noticia del espectáculo se esparció rápidamente, y pronto, todo el pueblo estaba emocionado por la gran noche.

Finalmente, llegó el día de la presentación. La plaza estaba llena de familias, niños corriendo con globos y ancianos sonriendo con dulzura. Las luces se atenuaron y Jhoan salió al escenario con su sombrero de copa y una varita mágica. “¡Bienvenidos a la noche más mágica de Armonía!” exclamó, y el público estalló en aplausos.

Hellen tomó su lugar, y con la primera palabra que pronunció, una luz suave iluminó su rostro. Su voz llenó cada rincón, cada corazón, cada alma presente. Contó historias de valientes caballeros, princesas astutas y bestias míticas que aprendieron el valor de la amistad.

Celeste, detrás del escenario, movía los hilos de marionetas y cambiaba los decorados, creando un espectáculo visual que acompañaba cada cuento. Con cada cambio, el público se sumergía más y más en el mundo de fantasía que los tres amigos habían creado.

La noche terminó con una ovación de pie. Los aplausos retumbaron en las paredes de la plaza, y los tres amigos se abrazaron, sabiendo que habían creado algo especial. No solo habían entretenido a su pueblo, sino que habían fortalecido el lazo que los unía.

La historia de Jhoan, Hellen y Celeste se convirtió en una leyenda en Armonía. Se contaba de generación en generación, recordando a todos que la verdadera magia se encuentra en la amistad y en la valentía de compartir nuestros talentos con el mundo.