En un pequeño pueblo rodeado de campos de flores y colinas verdes, vivían dos amigas inseparables llamadas Alice y María. Ambas tenían ocho años y compartían un amor por la danza y la música. Desde pequeñas, habían soñado con convertirse en bailarinas famosas y recorrer el mundo bailando en escenarios magníficos.
Una mañana soleada, mientras caminaban por el pueblo, se encontraron con un cartel que anunciaba una audición para una compañía de ballet infantil que iba a llegar pronto al pueblo. La audición se llevaría a cabo en el teatro municipal y todas las niñas del pueblo que tuvieran interés en la danza estaban invitadas a participar.
Alice y María se miraron emocionadas y sin decir palabra, sabían que tenían que presentarse a la audición. Durante los días siguientes, practicaron sin cesar, perfeccionando sus técnicas de ballet y ensayando sus pasos favoritos.
Finalmente, llegó el día de la audición. Alice y María se vistieron con sus trajes de baile más elegantes y se dirigieron al teatro municipal con sus madres. Al llegar, se encontraron con muchas otras niñas del pueblo que también estaban allí para adicionar.
La audición comenzó y cada niña tuvo la oportunidad de mostrarse en el escenario. Alice y María se turnaron para bailar y, según sus propias valoraciones, lo hicieron muy bien. A pesar de que estaban nerviosas, su práctica había dado sus frutos y se sintieron seguras sobre su actuación.
Después de la audición, las niñas debían esperar una semana para saber si habían sido aceptadas en la compañía de ballet. Alice y María estaban emocionadas y también un poco nerviosas. ¿Qué pasaría si no eran aceptadas? ¿Qué harían si no podían bailar juntas?
Una semana después, llegaron los resultados de la audición. Alice y María se reunieron en la casa de Alice para esperar juntas la noticia. Cuando sonó el timbre, Alice abrió la puerta y se encontró con la directora de la compañía de ballet, que traía en sus manos una gran sonrisa.
«Buenas tardes, Alice y María», dijo la directora. «Estoy aquí para darles una noticia muy especial. ¡Ambas habéis sido aceptadas en nuestra compañía de ballet! Seréis parte de nuestro elenco infantil y vais a tener la oportunidad de bailar en escenarios de todo el mundo».
Alice y María se abrazaron emocionadas y gritaron de alegría. Sus sueños se habían cumplido, y ahora tenían la oportunidad de vivir su pasión por la danza de manera profesional.
La compañía de ballet comenzó a ensayar y Alice y María se sumergieron en un mundo de música y baile. Conocieron a muchas nuevas amigas y aprendieron nuevas técnicas de danza. La directora, que se llamaba señorita Sofía, era una instructora muy exigente, pero también muy bondadosa y que siempre estaba dispuesta a ayudar a sus alumnas.
Un día, mientras ensayaban, llegó una nueva niña al teatro. Se llamaba Emma y era una bailarina muy talentosa que había llegado al pueblo con su familia. Emma se unió a la compañía de ballet y rápidamente se hizo amiga de Alice y María.
Las tres niñas empezaron a Bailar juntas y formaron un trío muy unido. La señorita Sofía las eligió para bailar en el próximo espectáculo de la compañía, que sería en el teatro municipal. El espectáculo se llamaría «La magia de la danza» y sería un gran éxito.
Finalmente, llegó el día del espectáculo. Alice, María y Emma se vistieron con sus trajes de baile más elegantes y se calentaron en el teatro. La señorita Sofía las dirigió en el escenario y, cuando las luces se prendieron, el espectáculo comenzó.
Alice, María y Emma bailaron con toda su alma. Su pasión por la danza se transmitió al público y todos se sintieron emocionados y conmovidos. El espectáculo fue un gran éxito y la compañía de ballet infantil recibió una ovación de pie.
Después del espectáculo, Alice, María y Emma se abrazaron emocionadas. Habían vivido su sueño y habían bailado en un escenario magnífico. La amistad y la pasión por la danza las habían unido y les habían dado la oportunidad de vivir una experiencia única.
La historia de Alice, María y Emma es un ejemplo de que la amistad y la pasión pueden llevarnos muy lejos. Si seguimos nuestros sueños y nos apoyamos mutuamente, podemos lograr grandes cosas y vivir experiencias increíbles. La bailarina de ensueño es un símbolo de la pasión y la dedicación que se requiere para lograr nuestros objetivos, y un recordatorio de que la amistad es la clave para el éxito y la felicidad.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.