Cuentos de Amistad

La Gran Aventura de Hernán

Lectura para 8 años

Tiempo de lectura: 7 minutos

Español

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Hernán era un niño de 7 años, alto, fuerte, rubio, con ojos brillantes de inteligencia. Era un niño trabajador y muy bueno en matemáticas, además de cuidar muy bien de sus hermanos pequeños. Pero había una cosa que le emocionaba mucho, y era escalar. Cuando escalaba, se sentía como un superhéroe: libre, poderoso, fuerte e intrépido.

El día de su cumpleaños, Hernán decidió celebrarlo haciendo lo que más amaba: escalar. Sus tíos, Marcelo y Cuca, se ofrecieron a acompañarlo en esta gran aventura. Juntos, se fueron a una montaña cercana y luego planeaban merendar en un lugar especial.

Hernán no había escalado en mucho tiempo, por lo que sus ganas de sentir todas esas emociones se renovaron. El lugar elegido para la escalada era una montaña que se encontraba en un bosque cercano, la cual era conocida como «La Ladera Brillante». Esta montaña era famosa porque, cuando el sol se reflejaba en ella, las piedras brillaban y parecían espejos, algo que atraía a todo el mundo, pero que también la hacía más difícil de escalar.

Antes de emprender el ascenso, Hernán se preparó una merienda deliciosa: sándwiches de jamón y queso, manzanas y jugo de naranja. Después de asegurarse de tener todo lo necesario, subió a su bicicleta y se dirigió hacia el bosque.

Al llegar, se encontró con Tío Marcelo y Tía Cuca, quienes ya estaban preparados para la aventura. Juntos, comenzaron el ascenso por el empinado sendero que los llevaría hasta la cima de «La Ladera Brillante». El sol brillaba intensamente y el bosque estaba lleno de vida.

Hernán se sentía emocionado y lleno de energía. Cada paso que daba lo acercaba más y más a la cima. No había rastro de miedo en su corazón, solo una gran determinación por alcanzar la cumbre. Subiendo por las rocas, desafiando la gravedad, se sentía invencible.

Después de un par de horas, finalmente llegaron a la cima. La vista era espectacular: campos verdes extendiéndose hasta donde alcanzaba la vista, ríos serpenteantes y el resplandeciente sol reflejándose en «La Ladera Brillante».

Hernán estaba extasiado. Observó con admiración las piedras que parecían brillar como estrellas. Al mismo tiempo, sintió una sensación de logro y gratitud por haber alcanzado su meta.

Tras disfrutar de la vista durante un tiempo, decidieron iniciar el descenso. Bajaron con cuidado, ayudándose mutuamente, y llegaron a salvo al pie de la montaña.

Papá los estaba esperando allí, lleno de alegría y preocupación al mismo tiempo. Les dio un abrazo y les preguntó cómo había sido la aventura.

Hernán, con una sonrisa en su rostro, le contó a su papá todo lo que habían vivido. Le habló de la emocionante escalada, del paisaje impresionante y de la felicidad que había sentido al alcanzar la cima.

Papá, orgulloso de su valentía y determinación, hizo una conclusión sobre la importancia de perseguir los sueños y creer en uno mismo. Les recordó a todos que la amistad y el apoyo son fundamentales en todas las etapas de la vida.

Llegó la hora de merendar y todos compartieron los deliciosos sándwiches, las manzanas y el jugo de naranja preparados por Hernán. La felicidad y el amor se respiraban en el aire.

En ese momento, Hernán se dio cuenta de que, además de sentirse libre, poderoso y fuerte como un superhéroe al escalar, también se sentía amado y apreciado por su familia y amigos. Era esa combinación de emociones lo que hacía que aquella experiencia fuera realmente inolvidable.

Desde aquel día, Hernán continuó escalando y descubriendo nuevas montañas junto a sus seres queridos. Cada aventura era una oportunidad para fortalecer los lazos de amistad y vivir experiencias únicas.

Y así, Hernán siguió creciendo y aprendiendo con cada escalada, llevando consigo siempre el recuerdo de la gran aventura en «La Ladera Brillante», donde descubrió que la verdadera riqueza no se encuentra en las piedras brillantes, sino en las relaciones y momentos compartidos con aquellos que más amamos.

Hernán continuó escalando cada vez más montañas junto a sus amigos y familia. Cada expedición se volvía más emocionante y desafiante. Con el paso del tiempo, su técnica mejoraba y ganaba confianza en sí mismo.

Un día, mientras Hernán y su amigo Luisa escalaban una montaña empinada, se encontraron a un pajarito atrapado en una rama. El pobre animalito no podía volar y parecía asustado. Hernán y Luisa se acercaron con cuidado y, trabajando en equipo, lograron liberar al pajarito. El pequeño animal les dio un agradecido trino y voló hacia el cielo.

Aquella experiencia les enseñó a Hernán y a Luisa la importancia de ayudar a los demás, incluso cuando están en medio de su propia aventura. Desde entonces, Hernán siempre llevaba consigo una pequeña mochila con herramientas de escalada adicionales, por si alguna vez necesitaba rescatar a otros animalitos en apuros.

Además de disfrutar de la naturaleza y la escalada, Hernán también descubrió una nueva pasión: contar historias. Le encantaba inventar cuentos llenos de aventuras y valentía, inspirados en sus experiencias en las montañas.

Un día, Hernán decidió escribir un libro de cuentos y compartirlo con sus amigos y compañeros de clase. Para ello, contó con la ayuda de sus tíos Marcelo y Cuca, quienes eran profesores de literatura. Juntos, dieron vida a personajes fantásticos que inspiraban a los niños a perseguir sus sueños y a valorar la amistad.

El libro fue un éxito entre los niños, quienes se sintieron identificados con los personajes y se emocionaron con las aventuras que vivían en cada página. Hernán se convirtió en el escritor favorito de la escuela y empezaron a organizar eventos de lectura donde compartía sus historias con otros niños.

La fama y el reconocimiento no cambiaron a Hernán. Siempre se mantuvo humilde y agradecido con aquellos que lo habían apoyado desde el principio. Continuó escalando montañas, disfrutando de la compañía de sus amigos y compartiendo sus historias llenas de amor, amistad y valentía.

Con el tiempo, Hernán se convirtió en un adulto exitoso e influencer en redes sociales. Sin embargo, nunca dejó que la fama se le subiera a la cabeza. Siempre recordaba sus raíces y el verdadero valor de las cosas: la amistad, la familia y el amor por la naturaleza.

Hoy en día, Hernán sigue escalando, escribiendo y compartiendo sus experiencias con el mundo. Ha publicado varios libros de cuentos y ha inspirado a miles de niños a soñar en grande y luchar por lo que aman.

La gran aventura de Hernán en «La Ladera Brillante» se ha convertido en una leyenda en el pueblo. Cada vez que alguien se atreve a escalar esa montaña, recuerda la historia de Hernán y se llena de valentía y determinación.

Y así, el valiente niño que encontró la felicidad en la montaña y en la amistad, sigue dejando huellas en el corazón de todos aquellos que tienen el privilegio de conocerlo. Su historia es un recordatorio de que todos podemos alcanzar nuestras metas si creemos en nosotros mismos y contamos con el apoyo de quienes nos rodean.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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