Cuentos de Amistad

La Gran Aventura de los Cinco Primos

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

En un luminoso y acogedor rincón del mundo, vivían cinco primos que compartían no solo rasgos parecidos, con sus cabellos castaños y ojos marrones, sino también un lazo inquebrantable de amistad y amor.

Óscar, el mayor, era un joven creativo y amable que estudiaba Diseño; siempre tenía ideas geniales para juegos y aventuras. Gabriel, con sus 16 años, era protector y valiente, siempre dispuesto a cuidar de sus primos menores con un espíritu aventurero. Irene, una niña de 10 años, era curiosa y amaba los cuentos y leyendas, siempre lista para sumergirse en un nuevo libro. Míriam, con sus tres años y unas gafitas que enmarcaban su rostro curioso, seguía a Irene a todas partes, admirando su valentía y conocimiento. Y la pequeña Clara, también de tres años, estaba aprendiendo a explorar el mundo con sus propios pasos, mirando todo con asombro y alegría.

Un día de verano, los cinco primos decidieron que era el día perfecto para vivir una gran aventura. Óscar tuvo la brillante idea de crear una búsqueda del tesoro en el parque grande cerca de su casa, un lugar lleno de árboles, flores coloridas y escondites secretos. La misión era encontrar el Tesoro de la Amistad, un cofre que Óscar había escondido previamente, lleno de dulces, juguetes pequeños y mensajes bonitos que hablaban sobre la importancia de la amistad.

Antes de partir, Óscar dibujó un mapa lleno de pistas y acertijos. Gabriel preparó mochilas pequeñas para cada uno, asegurándose de que tuvieran agua y un bocadillo por si el viaje se alargaba. Irene, con su libro de cuentos en mano, prometió contar historias durante el camino para hacerlo más emocionante. Míriam, no queriendo quedarse atrás, tomó su lupa mágica, un regalo de Óscar, para buscar pistas. Y Clara, con su pequeña capa de superhéroe, estaba lista para seguir a sus héroes en esta aventura.

La primera pista los llevó al pie del Gran Árbol Sabio, el más antiguo del parque, donde encontraron un sobre pegado en su tronco. Dentro, había un acertijo que Irene leyó en voz alta: «Bajo la sombra de quien mucho ha visto, vuestra próxima pista está donde los niños ríen y el sol besa el suelo». Los primos, pensativos, se dirigieron hacia los columpios, donde la luz del sol creaba figuras brillantes en la arena.

Al llegar, Míriam, con su lupa, descubrió la siguiente pista enterrada bajo el columpio. Era una llave pequeña con una etiqueta que decía: «Esta llave abrirá el camino, pero primero, debéis encontrar la puerta que está custodiada por la dama de piedra». Todos sabían que la «dama de piedra» se refería a la estatua de la poeta que había en el jardín de rosas del parque.

Caminaron juntos hasta el jardín, donde las rosas de mil colores perfumaban el aire. Clara, corriendo adelante con entusiasmo, fue la primera en ver la estatua. Cerca de sus pies, había una cajita cerrada. Con la llave encontrada, Óscar la abrió, revelando la última pista, que decía: «El tesoro de la amistad no se encuentra bajo la tierra ni detrás de la roca; sino en el calor de los corazones cuando están juntos». Junto a la pista, había un pequeño espejo.

Los primos se miraron unos a otros y, en ese momento, comprendieron el verdadero significado de la aventura. No se trataba de encontrar un cofre lleno de tesoros materiales, sino de celebrar el tesoro que ya tenían: su amistad y amor incondicional. Óscar, sonriendo, les reveló que había preparado una sorpresa final en casa: una fiesta para celebrar su unión.

De regreso a casa, los primos compartieron historias, risas y abrazos, sabiendo que esta aventura los había unido aún más. Irene contó cuentos de valientes aventureros y princesas sabias, Míriam mostró orgullosa cómo su lupa mágica podía descubrir maravillas en lo cotidiano, y Clara, con su pequeña capa, demostró que no se necesitan palabras para expresar la alegría y el amor.

Así terminó el día, con cinco primos sentados alrededor de una mesa llena de pasteles, frutas y juguetes, celebrando el verdadero tesoro de la vida: la familia y los amigos. Y mientras el sol se ponía, llenando el cielo de colores cálidos, cada uno sabía en su corazón que, sin importar qué aventuras les deparara el futuro, siempre las enfrentarían juntos, porque la amistad y el amor entre ellos era el mayor tesoro de todos.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario