En una ciudad futurista, cuatro amigos se destacaban por sus increíbles habilidades y su dedicación a proteger a los ciudadanos. Jhoan, Iker, Celeste y Hellen eran conocidos como los Héroes de la Ciudad Futurista. Cada uno de ellos poseía poderes únicos que los convertían en un equipo formidable.
Jhoan, con su cabello negro y su traje rojo brillante adornado con llamas, tenía el poder de controlar el fuego. Su energía y valentía lo hacían el líder natural del grupo. Iker, con su cabello rubio y traje azul decorado con rayos, podía controlar la electricidad y moverse a velocidades impresionantes. Celeste, con su traje verde cubierto de hojas y espinas, tenía el poder de controlar las plantas y la naturaleza. Finalmente, Hellen, con su traje rosa, tenía el poder de la superfuerza. Maycol, con su traje amarillo, tenía el poder de ver a grandes distancias y estirarse.
Un día, recibieron una alerta de un monstruo gigante llamado Alexi que estaba destruyendo la ciudad. Sin perder tiempo, los héroes se reunieron en su base secreta para planear su ataque.
«Debemos detener a Alexi antes de que cause más daño», dijo Jhoan, mirando el mapa holográfico de la ciudad. «Celeste, usa tus plantas para ralentizarlo. Iker, necesitamos que uses tu velocidad para distraerlo. Hellen, tú te encargarás de proteger a los ciudadanos con tu fuerza. Maycol, mantén tus ojos en Alexi desde lejos y avísanos de cualquier movimiento sospechoso».
Todos asintieron y se prepararon para la batalla. Con un destello de luz, Jhoan, Iker, Celeste, Hellen y Maycol se dirigieron al centro de la ciudad, donde Alexi estaba causando estragos.
El monstruo era enorme, con piel gruesa y ojos brillantes de color rojo. Rugía y aplastaba los edificios a su paso. Los héroes sabían que debían actuar rápido.
Celeste levantó sus manos y del suelo surgieron enredaderas gigantes que comenzaron a envolver las piernas de Alexi, ralentizándolo. Iker corrió a su alrededor a la velocidad del rayo, lanzando rayos de electricidad para distraerlo. Hellen, con su increíble fuerza, levantaba escombros y los utilizaba para proteger a los ciudadanos que huían aterrorizados.
Mientras tanto, Maycol, desde un edificio cercano, observaba cada movimiento del monstruo. «¡Jhoan, Alexi está tratando de liberarse de las enredaderas de Celeste!», gritó a través del comunicador.
Jhoan, que estaba lanzando bolas de fuego al monstruo, asintió. «¡Celeste, refuerza las enredaderas! Iker, manténlo ocupado un poco más. Tengo una idea».
Con determinación, Jhoan se concentró y creó un gigantesco anillo de fuego alrededor de Alexi, cerrándolo poco a poco. El monstruo, atrapado entre el fuego y las enredaderas, rugía de frustración.
«¡Ahora, todos juntos!», gritó Jhoan. Los héroes unieron sus poderes en un último esfuerzo. Celeste fortaleció las enredaderas con espinas afiladas, Iker aumentó la intensidad de sus rayos, Hellen lanzó una enorme roca que impactó directamente en la cabeza de Alexi, y Maycol estiró sus brazos para agarrar al monstruo y mantenerlo en su lugar.
Con un último rugido, Alexi cayó al suelo, derrotado. La ciudad estaba a salvo gracias a los héroes.
Los ciudadanos aplaudieron y vitorearon a sus salvadores. Jhoan, Iker, Celeste, Hellen y Maycol sonrieron, sabiendo que juntos eran invencibles.
Después de asegurarse de que todos estuvieran a salvo y de que el monstruo no representara más peligro, los héroes regresaron a su base secreta para descansar y planificar su próxima misión. Sabían que siempre habría nuevas amenazas, pero estaban preparados para enfrentarlas juntos.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.