En la pequeña y encantadora ciudad de Aguilar de Campoo, rodeada de montañas y bañada por el refrescante pantano, vivía una joven llamada Alba. Ella era una chica de espíritu alegre, con una media melena castaña que enmarcaba su rostro, siempre embellecido por unas llamativas gafas con forma hexagonal de color morado. Tenía una especial afinidad por los libros y la naturaleza, a menudo se le podía encontrar soñando despierta entre las páginas de un romance o explorando los rincones más hermosos de su ciudad.
Por otro lado, estaba Diego, un chico alto de ojos verdes y pelo negro liso, tan rebelde como su espíritu aventurero. Él era conocido por su pasión por la música y su talento para tocar la guitarra. Diego podía pasar horas creando melodías que a menudo se mezclaban con la brisa del pantano.
Fue en ese pantano donde Alba y Diego cruzaron caminos por primera vez. Durante una tarde dorada, mientras Alba leía su libro favorito, Diego llegó a tocar algunas canciones. La dulce música de su guitarra atrapó la atención de Alba, quien levantó la vista y se encontró con la mirada verde y curiosa de Diego. Así comenzó la más encantadora de las historias de amor.
Desde ese momento, no hubo atardecer que no compartieran juntos en las tranquilas aguas del pantano de Aguilar de Campoo. Con cada puesta de sol, el amor entre Alba y Diego crecía, fortaleciéndose a base de conversaciones sinceras, risas compartidas y un sinfín de sueños que tejían con palabras y notas musicales.
Pero el tiempo, como el rio que fluye incesantemente, trajo cambios inesperados. Diego fue aceptado en una prestigiosa universidad en Valladolid. Frente a esta nueva etapa, los jóvenes amantes prometieron enfrentar la distancia con valentía y mantener su amor intacto.
La ciudad de Valladolid abrió un nuevo mundo para Diego, uno lleno de conocimientos y nuevas experiencias, pero nunca dejó que las luces de la gran ciudad eclipsaran la imagen de Alba esperándolo en su amado pantano. Con cada visita, recargaban su amor y tejían nuevos sueños.
Alba, por su parte, continuó sus estudios y se sumergía en la poesía y la naturaleza, encontrando inspiración en su amor lejano para sus escritos y pinturas. La tecnología se convirtió en su mejor aliada; mensajes, llamadas y videollamadas colmaban la distancia entre ellos, siendo testigos de una relación que se negaba a desvanecerse.
Finalmente, el día anhelado llegó: Diego completó sus estudios y volvió a Aguilar de Campoo. Con los brazos abiertos y las miradas llenas de emoción, se prometieron no separarse jamás. Juntos, comenzaron a construir una vida al lado del pantano, ahora no solo como espectadores del atardecer sino como parte de él.
Adoptaron dos juguetones gatitos, que llenaron su casa con tierna alegría y un toque de caos encantador. La música de Diego y las historias de Alba resonaban en cada rincón del hogar que construían con amor. No mucho después, la familia creció con la llegada de bebés, cuyas risas se mezclaban con los maullidos y las melodías cotidianas.
Alba y Diego enseñaron a sus hijos el valor del amor, el respeto por la naturaleza y la importancia de perseguir los sueños. El pantano de Aguilar de Campoo fue testigo del florecer de una familia unida por un amor que había superado la prueba del tiempo y la distancia, un amor tan vasto como las aguas que serenamente los contemplaban.
La vida de Alba y Diego era un cálido reflejo de los atardeceres que tanto habían disfrutado, una paleta de colores que se entrelazaban formando una obra de arte única. Y es que, al final, ellos comprendieron que el amor no solo es la magia de los inicios, sino también la fortaleza de crecer juntos, acompañados de gatitos juguetones y risas infantiles bajo la luz de un eterno atardecer.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.