Había una vez, en un pequeño pueblito balneario llamado Los Arrayanes, una familia muy especial. Papá, con sus ojos verdes y cabello castaño, y Mamá, con su cabello claro y ojos marrones, vivían felices con su bebé, Milton, un pequeño con ojos grises y cabello castaño claro. Milton era un bebé muy simpático y siempre tenía una sonrisa para todos.
Aunque la familia vivía en Los Arrayanes, a menudo pensaban en Tía Stefi, la hermana de Mamá. Stefi tenía ojos marrones y pelo castaño oscuro, y vivía en Montevideo con su novio Joel. Estaba muy ocupada trabajando y estudiando arquitectura, pero siempre encontraba tiempo para su familia, especialmente para su pequeño sobrino Milton.
El 23 de junio de 2024 se acercaba, y era una fecha muy especial porque era el cumpleaños número 29 de Tía Stefi. Papá, Mamá y Milton querían hacer algo especial para ella, ya que no podían asistir a su cumpleaños en persona. Decidieron escribirle una carta de amor y enviarle un presente muy especial.
Papá se sentó en la sala de estar con Mamá y Milton en su regazo. «Vamos a escribirle una carta a Tía Stefi, para que sepa cuánto la queremos y la extrañamos,» dijo Papá con una sonrisa.
Mamá asintió y comenzó a escribir mientras Papá dictaba las palabras, y Milton balbuceaba y jugaba con sus dedos. La carta comenzaba así:
Querida Tía Stefi,
Hoy es un día muy especial porque es tu cumpleaños número 29, y aunque no podemos estar contigo en persona, queremos que sepas cuánto te amamos y cuánto significas para nosotros.
Milton te manda muchos besos y abrazos. Aunque es muy pequeño para entender todo, sabemos que siente tu amor y cariño a través de la distancia. Cada vez que mencionamos tu nombre, él sonríe y balbucea de felicidad.
Tía Stefi, eres una persona increíble. Trabajas y estudias con dedicación, y aún así siempre encuentras tiempo para nosotros. Admiramos tu pasión por la arquitectura y cómo logras equilibrar todo en tu vida con gracia y amor.
Recordamos con cariño las veces que viniste a visitarnos a Los Arrayanes. Las caminatas por la playa, las risas compartidas y los momentos de tranquilidad bajo el sol son recuerdos que atesoramos profundamente. Nos haces mucha falta, pero sabemos que estás haciendo grandes cosas en Montevideo.
Queremos agradecerte por todo el amor y apoyo que nos has dado. Siempre has estado ahí para nosotros, y queremos que sepas que nosotros también estamos aquí para ti. Aunque estemos lejos, nuestro amor por ti es tan fuerte como siempre.
Esperamos que este día esté lleno de alegría y que te sientas tan especial como realmente eres. Te enviamos un presente especial que esperamos te guste. Es una pequeña muestra de nuestro amor y aprecio por ti.
Con todo nuestro amor,
Papá, Mamá y Milton
Mamá terminó de escribir la carta y Papá la leyó en voz alta para asegurarse de que estaba perfecta. Milton aplaudió y balbuceó, como si estuviera aprobando cada palabra. Luego, envolvieron cuidadosamente el regalo que habían elegido para Tía Stefi. Era un hermoso marco de fotos con una imagen de la familia en la playa, un momento que todos atesoraban.
El día del cumpleaños de Tía Stefi llegó, y la familia se reunió alrededor de la computadora para hacer una videollamada. Milton estaba especialmente emocionado, con sus ojitos brillando de alegría. Cuando Tía Stefi respondió la llamada, su rostro se iluminó al ver a su familia.
«¡Feliz cumpleaños, Tía Stefi!» exclamaron Papá y Mamá al unísono.
Milton, aunque todavía no podía hablar, agitó sus manitas y balbuceó con entusiasmo. Stefi se rió y le lanzó un beso a través de la pantalla.
«Gracias, familia. Los extraño tanto,» dijo Stefi con una sonrisa. «Estoy tan feliz de verlos a todos.»
Papá y Mamá compartieron la carta con Stefi, leyéndola en voz alta mientras ella escuchaba atentamente, con lágrimas de felicidad en los ojos. «Es la carta más hermosa que he recibido. Los quiero mucho,» dijo Stefi conmovida.
Luego, abrieron juntos el regalo virtualmente. Stefi sonrió al ver el marco de fotos y la imagen de la familia en la playa. «Es perfecto. Lo pondré en mi escritorio para tenerlos siempre cerca de mí,» dijo con una sonrisa.
Pasaron el resto de la llamada compartiendo historias, risas y amor. A pesar de la distancia, se sentían más cerca que nunca. Stefi les contó sobre sus proyectos de arquitectura y cómo Joel la estaba apoyando en todo. Papá y Mamá hablaron sobre las nuevas cosas que Milton estaba aprendiendo y cómo cada día se volvía más curioso y activo.
Milton, aunque pequeño, parecía entender la importancia del momento. Se sentó tranquilamente en el regazo de Mamá, observando a su familia con ojos llenos de amor. A pesar de su corta edad, ya había aprendido una valiosa lección: el amor de la familia es un lazo irrompible que trasciende la distancia.
Cuando la llamada terminó, Stefi se quedó mirando la pantalla, sintiéndose abrumada de amor y gratitud. Sabía que aunque estaban lejos, su familia siempre estaría con ella en espíritu. La carta y el regalo eran un recordatorio tangible de ese amor y apoyo incondicional.
Stefi se prometió a sí misma que haría todo lo posible para visitar a su familia en Los Arrayanes pronto. Quería ver a Milton crecer y compartir más momentos especiales con Papá y Mamá. Mientras tanto, sabía que la tecnología les permitiría mantenerse conectados y seguir fortaleciendo sus lazos familiares.
Y así, aunque la distancia física los separaba, el amor que compartían los mantenía unidos. La carta de Milton a su Tía Stefi se convirtió en un símbolo de ese amor eterno, recordándoles a todos que la familia siempre está cerca, sin importar cuán lejos estén en el mapa.
Y colorín colorado, este cuento de amor ha terminado.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.