Cuentos de Amor

Una Familia Nacida del Amor: De Dos Corazones a Un Hogar Lleno de Vida y Alegría

Lectura para 2 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez una pareja muy especial llamada Fernanda y Rodrigo. Ellos se querían mucho, tanto, que decidieron formar una familia llena de amor y alegría. Fernanda y Rodrigo vivían en una casita alegre, rodeada de árboles y flores de muchos colores. En esa casita también vivían dos niños muy traviesos y felices: Santino y Lolo, quienes eran los hijos de Fernanda y que llenaban el hogar de risas y juegos.

Un día, Fernanda y Rodrigo sintieron en su corazón un deseo muy grande: querían que su familia creciera un poquito más. Querían que llegara una niña llamada Paulina. Así, con mucho amor, cuidado y paciencia, Fernanda y Rodrigo comenzaron a preparar todo para la llegada de Paulina. Imaginaron cómo sería su carita, sus ojos brillantes y esa sonrisa dulce que alegraría la casa.

Santino y Lolo también estaban emocionados por la llegada de Paulina. Cada día le hablaban a la pancita de su mamá Fernanda. «Paulina, ven rápido que te queremos mucho», le decían mientras le daban besitos. Los días pasaban y Fernanda les contaba historias sobre cómo su amor hizo posible que Paulina naciera. Les decía que todo comenzó cuando dos corazones se unieron, el de ella y el de Rodrigo, y de ese amor tan fuerte y lindo nació la semillita más pequeña y preciosa: Paulina.

Finalmente, llegó el día tan especial. Con la ayuda de la doctora Claudia y la enfermera María, suaves y amables, nació Paulina. Era una bebé diminuta y bonita, con tantas ganas de descubrir el mundo y de ser parte de la familia. Fernanda la miraba con ojos llenos de amor, y Rodrigo la tomó en sus brazos con mucho cuidado, sintiendo que su corazón se llenaba de alegría. Santino y Lolo saltaban de felicidad al ver a su hermanita por primera vez.

Paulina era una niña especial, porque era la prueba maravillosa del amor que Fernanda y Rodrigo se tenían. Siempre estaba sonriente y feliz, y enseguida se convirtió en la mejor amiga de sus dos hermanos mayores, Santino y Lolo. Juntos jugaban en el jardín, corrían detrás de las mariposas y contaban cuentos con la ayuda del abuelo Juan, que venía a visitarlos todas las tardes. El abuelo Juan les contaba historias mágicas de hadas y animales que vivían en el bosque cercano.

Un día, mientras jugaban en el parque, Fernanda les explicó a los niños algo muy importante. Les dijo que las familias pueden ser diferentes, pero lo que las hace hermosas es el amor que tienen en el corazón. “Nosotros somos una familia llena de amor”, les dijo con una sonrisa. “Cada uno de ustedes es un regalo que llena nuestra casa de alegría.” Santino abrazó fuerte a Paulina y le susurró que la quería mucho, mientras Lolo le daba un beso en la mejilla.

Con el tiempo, Paulina fue creciendo y llenando la casa con su risa dulce. Fernanda sigue cuidándola con mucho cariño, y Rodrigo siempre está atento para jugar con todos sus hijos y contarles cuentos antes de dormir. La familia también tenía una perrita llamada Luna, que siempre estaba moviendo la cola y acompañando a los niños en todas sus aventuras.

Un día, la familia decidió hacer un picnic en el jardín. Llevaron frutas, galletas y jugo de naranja. Sentados en una manta de colores, Rodrigo les contó una historia especial sobre cómo el amor no solo une a dos personas, sino que también crea algo tan hermoso como una familia. “Porque cuando se quiere con todo el corazón, la familia crece y se llena de felicidad”, dijo. Paulina miraba a sus papás y pensaba que tenía la familia más hermosa y llena de amor en el mundo.

Mientras comían, Santino explicó a sus hermanos que gracias al amor de mamá y papá, ellos estaban juntos y felices. Lolo, con sus ojitos brillantes, añadió que Paulina era la niña que hacía que su familia fuera aún más divertida y cariñosa. Los tres hermanos se fueron abrazando y riendo, mientras Luna los acompañaba dando vueltas alrededor de la manta.

Cada noche, antes de dormir, Fernanda y Rodrigo dedicaban un momento para contarles a Santino, Lolo y Paulina lo mucho que los amaban. Les decían que los corazones de mamá y papá se unieron para dar vida a una familia llena de cariño y cuidado. Les enseñaban que la verdadera magia está en el amor que se comparten todos los días, en las risas, los abrazos y las pequeñas cosas que hacen la vida feliz.

La familia tenía muchas tradiciones bonitas. Por ejemplo, los domingos cantaban juntos canciones de alegría y hacían un pequeño baile en el salón. Paulina, aunque era la más pequeñita, aprendía rápido y reía mucho con sus hermanos. También preparaban dibujos de corazones para ponerlos en las ventanas, para que todos supieran que ahí vivía una familia muy feliz que se quería mucho.

Fernanda y Rodrigo también les enseñaban a Santino, Lolo y Paulina la importancia de ayudar y ser buenos con los demás. Les contaban que el amor no es solamente para la familia, sino para compartirlo con todos los amigos, vecinos y animales. Por eso, cada tarde, los niños salían a jugar con otros niños del barrio, y siempre invitaban a Luna para que fuera parte de la diversión.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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