Cuentos de Animales

El Bosque de los Sabios

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

En un rincón mágico del mundo, donde el sol filtraba sus rayos dorados a través de las copas de los árboles, vivía un grupo de animales que eran conocidos en toda la región por su sabiduría y bondad. Este lugar, lleno de colores vivos y aromas frescos, era el hogar de tres grandes amigos: Ali, el elefante, Olivia Elena, la ardilla, y Grisú, el zorro.

Ali, el elefante, era el más viejo y sabio de todos. Sus grandes orejas y su trompa larga no solo lo hacían imponente, sino que también le permitían escuchar los susurros más lejanos del viento y sentir las vibraciones de la tierra bajo sus pies. Ali tenía una piel gris suave, y sus ojos reflejaban la serenidad de alguien que ha visto muchas lunas y comprendido muchos secretos de la naturaleza.

Olivia Elena, la ardilla, era pequeña pero muy vivaz. Su pelaje era de un marrón rojizo, y sus ojos brillaban con la luz de la curiosidad. Olivia Elena era conocida por su energía inagotable y su amor por la aventura. Siempre estaba saltando de un árbol a otro, recogiendo nueces y explorando cada rincón del bosque. Aunque era joven, Olivia Elena tenía un corazón grande y un deseo inmenso de aprender.

Grisú, el zorro, era el más enigmático de los tres. Con su pelaje anaranjado y su cola blanca como la nieve, Grisú destacaba entre los arbustos verdes. Era astuto y observador, y aunque prefería mantenerse en silencio, sus ojos siempre estaban atentos a todo lo que ocurría a su alrededor. Grisú creía en la importancia de pensar antes de actuar y siempre recordaba a sus amigos que la paciencia es una virtud.

Un día, mientras los tres amigos disfrutaban de la sombra de un gran roble, Olivia Elena comenzó a hablar sobre una inquietud que había estado rondando en su mente. “He estado pensando, Ali,” comenzó la ardilla, “¿qué significa ser una buena persona? He oído a los humanos hablar de la ética, pero no entiendo bien qué es.”

Ali sonrió con ternura y, con su voz profunda y tranquilizadora, respondió: “La ética, pequeña Olivia Elena, es el conjunto de principios que nos guían para hacer lo correcto, tanto para nosotros como para los demás. Es la brújula que nos ayuda a distinguir entre lo que está bien y lo que está mal, incluso cuando nadie está mirando.”

Grisú, que había estado escuchando en silencio, añadió: “Pero la ética no es solo saber lo que es correcto, sino actuar de acuerdo a ello, aunque a veces sea difícil. Es ser honesto, generoso, y justo, incluso cuando podría ser más fácil ser lo contrario.”

Olivia Elena asintió, pensando en las palabras de sus amigos. “Entonces, ¿cómo podemos cultivar la ética en nuestras vidas?”, preguntó, intrigada.

Ali, con la paciencia que lo caracterizaba, respondió: “Primero, debemos ser conscientes de nuestras acciones y sus consecuencias. Cada decisión que tomamos, por pequeña que sea, tiene un impacto en nuestro entorno y en quienes nos rodean. Debemos actuar con amabilidad, empatía, y respeto hacia todos los seres vivos.”

Grisú, con su típica agudeza, agregó: “Y también debemos aprender a reconocer nuestros errores y a corregirlos. Nadie es perfecto, Olivia Elena, pero lo que nos define es cómo respondemos a nuestros errores. La humildad y el deseo de mejorar son fundamentales.”

Mientras los tres amigos continuaban conversando, una pequeña tortuga se acercó lentamente a ellos. Era Tula, conocida por ser la más anciana del bosque. “He escuchado su conversación, y debo decir que me llena de alegría ver a los jóvenes interesados en la ética,” dijo Tula con una voz suave pero firme. “Permítanme contarles una historia.”

Los amigos se acomodaron alrededor de Tula, expectantes. “Hace mucho tiempo,” comenzó la tortuga, “vivía en este mismo bosque un león llamado Rauf. Rauf era fuerte y valiente, pero también era arrogante y creía que podía hacer lo que quisiera sin pensar en los demás. Un día, decidió que no necesitaba respetar las normas del bosque y comenzó a cazar más de lo que necesitaba, ignorando las súplicas de los otros animales.”

“¿Qué pasó después?”, preguntó Olivia Elena, con los ojos muy abiertos.

“El equilibrio del bosque comenzó a romperse,” continuó Tula. “Los animales comenzaron a desaparecer, y el bosque perdió su vitalidad. Rauf, al darse cuenta de lo que había hecho, comprendió que su falta de ética no solo lo había afectado a él, sino a todo el bosque. Se dio cuenta de que con gran poder viene una gran responsabilidad.”

Ali, Grisú y Olivia Elena escuchaban con atención mientras Tula concluía su historia. “Rauf decidió cambiar y comenzó a proteger el bosque, respetando a todos los seres que vivían en él. Con el tiempo, el bosque volvió a florecer, y Rauf se convirtió en un líder justo y respetado, no por su fuerza, sino por su sabiduría y su ética.”

Los amigos se quedaron en silencio, reflexionando sobre la historia. “Entonces,” dijo Olivia Elena, “la ética no es solo algo que debemos aprender, sino algo que debemos practicar todos los días.”

“Exactamente,” respondió Ali. “Y juntos, podemos ayudarnos mutuamente a ser mejores cada día.”

Desde aquel día, Ali, Olivia Elena y Grisú dedicaron sus esfuerzos no solo a vivir de manera ética, sino también a enseñar a otros animales del bosque la importancia de la bondad, la justicia, y el respeto. El bosque se convirtió en un lugar donde la armonía reinaba, y donde cada ser, grande o pequeño, comprendía el valor de vivir con integridad.

Y así, el bosque de los sabios continuó prosperando, recordando a todos los que lo habitaban que la verdadera fuerza no reside en el poder o en la astucia, sino en el corazón de quienes eligen hacer lo correcto.

Fin.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario