Había una vez en una jungla colorida y mágica, tres grandes amigos: Kroki el cocodrilo, Simba el león cachorro y Luna la sabia lechuza. Kroki era un cocodrilo verde y amistoso con una gran sonrisa, Simba era un cachorro de león muy juguetón y Luna era una lechuza muy inteligente que siempre llevaba unas pequeñas gafas en su pico.
Un día, mientras exploraban la jungla, encontraron un misterioso mapa. Luna lo examinó detenidamente con sus grandes ojos y dijo: «¡Amigos, este es un mapa del tesoro! Pero para encontrarlo, debemos seguir unas pistas especiales que incluyen números y formas.»
Kroki y Simba se emocionaron mucho y dijeron al unísono: «¡Vamos a la aventura!» Así, los tres amigos comenzaron su viaje, decididos a encontrar el tesoro.
La primera pista decía: «Busca la piedra que tiene la forma de un círculo y cuenta hasta tres.» Simba, siempre atento a los detalles, encontró una piedra redonda y dijo: «¡Aquí está!» Todos contaron juntos: «Uno, dos, tres.»
De repente, la piedra comenzó a brillar y reveló la siguiente pista. Luna la leyó en voz alta: «Sigue el camino con cinco flores rojas.» Kroki, con su gran sonrisa, señaló un sendero lleno de flores rojas. Contaron las flores mientras caminaban: «Uno, dos, tres, cuatro, cinco.»
El sendero los llevó hasta un gran árbol con ramas extendidas. En el tronco del árbol había un dibujo de un cuadrado. La siguiente pista estaba grabada en una de las ramas más bajas. Luna, con sus gafas puestas, la leyó: «Encuentra tres hojas en forma de triángulo.»
Kroki, con su gran tamaño, alcanzó las ramas altas y encontró las hojas en forma de triángulo. «Aquí están,» dijo con entusiasmo. Contaron las hojas: «Uno, dos, tres.»
De nuevo, la pista apareció mágicamente frente a ellos. Esta vez decía: «Sigue el sonido del río hasta el número diez.» Simba, con sus orejas afiladas, escuchó el sonido del agua y todos siguieron el murmullo del río. Mientras caminaban, contaron los pasos: «Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez.»
Llegaron al borde del río donde encontraron un puente hecho de troncos. La siguiente pista estaba escrita en el suelo del puente: «Cruza el puente contando hasta cuatro.» Con mucho cuidado, empezaron a cruzar el puente contando: «Uno, dos, tres, cuatro.»
Al llegar al otro lado, vieron una cueva que parecía muy misteriosa. La entrada de la cueva tenía un dibujo de un número cinco y otra pista grabada en la roca. Luna la leyó en voz alta: «Dentro de la cueva, encuentra las cinco estrellas brillantes.»
Entraron en la cueva con valentía. Adentro, vieron que la cueva estaba decorada con pequeñas estrellas brillantes. Contaron las estrellas: «Uno, dos, tres, cuatro, cinco.» Al contar la quinta estrella, una puerta secreta se abrió revelando un cofre del tesoro.
Kroki, Simba y Luna se acercaron al cofre emocionados. Lo abrieron y dentro encontraron muchos juguetes, libros de cuentos y deliciosas frutas. Pero lo más importante, encontraron un mensaje que decía: «La verdadera riqueza es la amistad y el aprendizaje que compartimos.»
Los tres amigos se abrazaron, felices de haber compartido esa aventura juntos. Luna dijo: «Hoy hemos aprendido que la amistad y el conocimiento son los verdaderos tesoros.» Simba asintió y agregó: «Y también que juntos podemos resolver cualquier desafío.»
Kroki, con su gran sonrisa, dijo: «¡Y que las matemáticas pueden ser muy divertidas!» Todos rieron y disfrutaron del tesoro que habían encontrado, sabiendo que el verdadero premio era la aventura que vivieron juntos.
Y así, en la jungla mágica, Kroki, Simba y Luna siguieron viviendo muchas más aventuras, siempre juntos y aprendiendo algo nuevo cada día. Porque sabían que la amistad y el aprendizaje eran los tesoros más grandes que podían tener.
Fin.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.