Cuentos de Animales

La Carrera del Gran Prado

Lectura para 8 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

Puntuación:

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En el corazón del bosque, donde los árboles se mecían al ritmo del viento y las flores perfumaban el aire, se encontraba el Gran Prado. Era el lugar perfecto para jugar y pasar el tiempo con amigos. Y precisamente allí, los animales habían decidido organizar la Carrera del Gran Prado.

Todos estaban emocionados, desde el travieso mapache Benny, que ya planeaba sus travesuras, hasta la astuta ardilla Olivia, que saltaba de árbol en árbol para tener una mejor visión del recorrido. Sam, el simpático zorro, repasaba mentalmente la mejor ruta para correr, mientras Bella, la sabia lechuza, observaba todo desde las alturas.

Sin embargo, en una esquina del prado, Robbie, el pequeño conejo, miraba la preparación con tristeza. Aunque quería participar, sentía que no podría competir con animales tan rápidos y habilidosos.

Viendo su pesar, Olivia se acercó con su cola esponjosa ondeando: «¡Hola, Robbie! ¿Listo para la carrera?»

Robbie bajó las orejas y susurró, «No creo que pueda competir. No soy tan rápido ni astuto como ustedes».

Benny, que había escuchado la conversación, añadió con una sonrisa pícara: «¿Y quién dijo que ser el más rápido es lo único que importa?»

Sam y Bella se unieron al grupo, y todos rodearon a Robbie, tratando de animarlo. Bella, con su voz suave y calmada, dijo: «Todos tenemos habilidades únicas, Robbie. No se trata de ser el más rápido, sino de disfrutar el viaje».

Sam agregó: «Y más que la carrera, lo que importa es la diversión y estar con nuestros amigos».

Con el apoyo de todos, Robbie decidió participar. Cuando la carrera comenzó, todos corrieron con entusiasmo. Benny hizo algunas travesuras en el camino, haciendo reír a todos. Olivia, con su agilidad, esquivaba los obstáculos, mientras Sam, con su determinación, mantenía un ritmo constante.

Aunque Robbie no llevaba la delantera, cada vez que sentía que no podía más, sus amigos lo animaban desde la distancia, gritando palabras de aliento. Y, al cruzar la meta, a pesar de no haber ganado, Robbie sintió una gran alegría. Había participado y había llegado al final con el apoyo de sus amigos.

Al concluir la carrera, Bella, con su mirada profunda, comentó: «Ves, Robbie, no se trata de ganar, sino de intentarlo y disfrutar cada momento».

Los animales celebraron juntos el éxito de la carrera, compartiendo risas y anécdotas. Robbie, con una sonrisa radiante, agradeció a sus amigos: «Hoy aprendí que con amigos como ustedes, cualquier desafío es más fácil y divertido».

Conclusión:
A veces, podemos sentir que no somos lo suficientemente buenos en algo. Pero con el apoyo de amigos verdaderos, cualquier desafío se vuelve una aventura. En la amistad y el amor, encontramos la verdadera victoria.

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