Era un bonito día en el bosque mágico donde vivían Harry Potter y su amigo Mikecrack, un encantador perro que siempre llevaba consigo una sonrisa. Era un lugar lleno de árboles frondosos y criaturas curiosas. Harry, un pequeño mago, siempre disfrutaba explorando los misterios del bosque, mientras que Mikecrack, con su olfato agudo y su espíritu aventurero, lo seguía a todas partes.
Un día, mientras caminaban por un sendero cubierto de hojas doradas, Harry se detuvo al ver algo brillante entre las ramas. «¡Mira, Mikecrack!» exclamó señalando. Ellos se acercaron con cautela y descubrieron una pequeña puerta dorada en el tronco de un árbol gigantesco. Tenía inscripciones antiguas que decían: «Cuidado, el mundo de los sueños está al otro lado».
«¿Deberíamos abrirla?» preguntó Mikecrack moviendo su cola de manera entusiasta. «¡Sí! ¡Aventuras nuevas nos esperan!» respondió Harry, sintiéndose emocionado. Con un movimiento de su varita mágica, Harry hizo que la puerta se abriera lentamente con un chirrido.
Al cruzar el umbral, ambos se encontraron en un lugar sorprendente. Era un campo lleno de flores de colores brillantes, y en el cielo volaban mariposas con alas brillantes. Había animales de todo tipo que nunca habían visto antes: un pato con plumas de arcoíris, un conejo que podía hacer malabares con zanahorias y un gato que parecía entender el lenguaje de las plantas.
«¡Wow, esto es increíble!» dijo Harry con los ojos muy abiertos. Mikecrack ladraba alegremente, corriendo detrás de una mariposa que danzaba en el aire. Pero de repente, el pato habló: «¡Hola! Soy Pluma, el guardián de este reino. Ustedes deben tener mucho cuidado aquí, ya que la magia del lugar puede ser un poco traviesa».
Confundidos pero intrigados, Harry y Mikecrack escucharon con atención. «¿Qué tipo de travesuras?» preguntó Harry.
“Hay criaturas aquí que pueden hacerte reír o llorar, dependiendo de su humor,” explicó Pluma. “El más travieso de todos es el Gato Rima, que ama hacer rimas y acertijos. Si lo enfrentas, asegúrate de tener una buena respuesta o podría llevarte a un lugar muy lejano”.
Mikecrack se sintió un poco nervioso, aunque le encantaba la idea de jugar. «¡Yo puedo hacer rimas también, Harry! ¡Vamos a encontrar al Gato Rima!» ladró emocionado.
Con valentía, comenzaron su búsqueda entre flores resplandecientes y árboles que susurraban. Después de un rato, encontraron al Gato Rima sentado sobre una roca brillante, jugando con un ovillo de hilo dorado.
«Hola, pequeños visitantes. ¿Qué desean de mí?» preguntó el Gato Rima con una voz suave y melodiosa.
Harry dio un paso adelante. «¿Podría contarnos un acertijo? Queremos jugar contigo”.
El Gato sonrió, encantado. “Bien, escuchen con atención: En la tierra del no-ser, siempre estoy aquí. Te sigo a todas partes, pero nadie me ve. ¿Quién soy?».
Harry y Mikecrack se miraron con preocupación. «¿Qué será?» murmuró Harry.
Mikecrack comenzó a pensar en sus aventuras. «¡Lo sé! ¡Es la sombra!» gritó, y el Gato Rima aplaudió con gusto.
“¡Correcto! Pero, ¿quieren jugar un juego más complicado?” dijo el Gato Rima, sus ojos brillaban con diversión. “Si me ganan, les daré un regalo especial. Pero, si pierden, tendrán que bailar como patos por un minuto”.
Harry y Mikecrack rieron ante la idea de bailar como patos. «¡Aceptamos el reto!», exclamaron juntos. «¿Cuál es el siguiente acertijo?».
El Gato Rima pensó un momento antes de presentarles otro reto. «Escuchad atentamente: En él hay agua, pero no es un mar, y puedes flotar sin nunca naufragar. ¿Qué es?».
Mikecrack y Harry estaban muy concentrados. «¡Es una nube!» dijo Harry de repente.
El Gato rió. «¡Así es! Están en racha. Tienen un gran espíritu de equipo”. Después de varios acertijos más, Harry y Mikecrack ganaron cada uno con rapidez y buen ingenio.
“Ahora, por su valentía, les daré un regalo”, dijo el Gato Rima. De su ovillo de hilo dorado, hizo aparecer un pequeño medallón que brillaba con luz propia. “Este medallón les permitirá regresar a este mundo siempre que deseen. Pero recuerden, lo más importante es el valor de la amistad”.
Harry y Mikecrack sonrieron, sintiéndose felices de haber encontrado un nuevo amigo y aprender valiosas lecciones en su aventura. “Gracias, Gato Rima. Siempre recordaremos lo que hemos aprendido aquí”, dijo Harry.
“Sí, ¡amigos para siempre!” ladró Mikecrack, mientras movía su cola.
Al regresar a la puerta dorada, Harry y Mikecrack sintieron que su corazón estaba lleno de alegría. Después de cruzar de nuevo al bosque mágico, se miraron y se dieron cuenta de que lo mejor de todas las aventuras era que siempre estarían juntos.
Volvieron a su hogar, donde el sol comenzaba a ocultarse, pero su amistad brillaba más que nunca. La magia que descubrieron no solo era la magia del reino de los sueños, sino la magia de la unión, de la amistad y de la alegría de compartir aventuras juntos.
Desde ese día, Harry Potter y Mikecrack se convirtieron en los mejores amigos del mundo, explorando nuevos horizontes, enfrentando desafíos y siempre regresando al bosque mágico cuando necesitaban un poco de magia en sus vidas. Y así, aprendieron que lo más valioso no son solo las aventuras o los tesoros, sino los lazos que se forman con el amor y la amistad.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.