Había una vez, en un bosque encantado, donde los animales se reunían en secreto para celebrar fiestas mágicas. En este bosque vivían tres amigas muy especiales: Diana la coneja, Clara la ardilla y Viviana la liebre. Las tres eran muy curiosas y les encantaba explorar el bosque en busca de aventuras.
Un día, mientras estaban jugando en la pradera, escucharon un rumor débil que parecía provenir de un lugar cercano. El rumor sonaba como una música suave y melodiosa, y las tres amigas se sintieron atraídas por él. Se acercaron un poco más y escucharon con atención.
«¿Qué es eso?», preguntó Diana, con los ojos brillantes de curiosidad.
«Suena como una fiesta», dijo Clara, con una sonrisa en su cara.
«Vamos a investigar», sugirió Viviana, y las tres amigas se dirigieron hacia el sonido.
Luego de caminar un rato, llegaron a un claro en el bosque, y allí encontraron una fiesta en pleno apogeo. Había animales de todos los tamaños y colores, bailando y riendo juntos. Había una orquesta de bichos que tocaba instrumentos musicales, y una mesa llena de deliciosos alimentos.
Las tres amigas se sintieron emocionadas y se unieron a la fiesta. Bailaron y juguetearon con los demás animales, y se sintieron como si estuvieran en un sueño.
De repente, una voz llamó a las tres amigas desde la multitud. Era una voz suave y cálida, que parecía provenir de un lugar cercano.
«¿Quién es?», preguntó Diana, mirando alrededor.
«¿Dónde está?», preguntó Clara, también mirando alrededor.
«Soy yo», dijo la voz, y las tres amigas vieron a una hermosa mariposa que descendía desde el cielo. La mariposa tenía alas brillantes y colores, y una sonrisa radiante en su cara.
«Soy la reina del bosque», dijo la mariposa, «y esta es mi fiesta secreta. Me alegra que hayan podido unirse a nosotros».
Las tres amigas se sintieron sorprendidas y emocionadas al escuchar las palabras de la mariposa. No sabían que el bosque tuviera una reina, y no sabían que hubiera una fiesta tan mágica y secreta en el bosque.
La reina del bosque se acercó a las tres amigas y les dijo: «He estado observándolas desde hace un tiempo, y he visto que son muy amigas y muy curiosas. Quiero que se unan a mi fiesta y que sean parte de nuestra comunidad de animales».
Las tres amigas se sintieron emocionadas y aceptaron la invitación de la reina del bosque. Pasaron el resto de la noche bailando y jugando con los demás animales, y se sintieron como si hubieran encontrado un nuevo hogar.
Al final de la noche, la reina del bosque les dio a las tres amigas un regalo especial. Les dio una flor mágica que les permitiría regresar a la fiesta secreta siempre que lo desearan.
«Gracias, reina del bosque», dijo Diana, con una sonrisa en su cara.
«Gracias, reina del bosque», dijo Clara, también con una sonrisa en su cara.
«Gracias, reina del bosque», dijo Viviana, con una sonrisa radiante en su cara.
Y las tres amigas se despidieron de la reina del bosque y regresaron a sus hogares, sintiéndose emocionadas y agradecidas por haber descubierto la fiesta secreta del bosque encantado.
A partir de ese día, las tres amigas regresaron a la fiesta secreta siempre que pudieron, y se convirtieron en parte de la comunidad de animales del bosque. Y siempre recordaron la noche en que descubrieron la fiesta secreta del bosque encantado, y la reina del bosque que les dio una flor mágica para que pudieran regresar siempre que lo desearan.
La reina del bosque se convirtió en una amiga muy especial para las tres amigas, y ellas la visitaban con frecuencia. La reina del bosque les enseñó sobre la magia del bosque y les mostró los secretos más profundos del bosque. Y las tres amigas se sintieron afortunadas de haber encontrado una amiga como la reina del bosque.
Y así, las tres amigas vivieron felices y contentas en el bosque encantado, siempre recordando la fiesta secreta que descubrieron una noche, y la reina del bosque que les dio una flor mágica para que pudieran regresar siempre que lo desearan.





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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.