Cuentos de Animales

Rufus y Tita: La Lección de la Lectura

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez un bosque encantado donde los árboles susurraban secretos y las hojas danzaban al compás del viento. En ese bosque vivía Rufus, un mapache curioso y travieso. Pero Rufus tenía un problema: odiaba leer. Sentía que las palabras eran como piedras en su camino, ralentizándolo.

Un día soleado, mientras exploraba entre los helechos, Rufus se topó con Tita, una tortuga sabia y tranquila. Tita estaba sentada junto a un arroyo, con un libro apoyado en su caparazón. Sus ojos brillaban mientras leía con calma.

“¡Hola, Tita!”, exclamó Rufus. “¿Qué haces con ese libro?”

Tita sonrió. “Estoy leyendo, querido Rufus. La lectura es un regalo. Nos lleva a lugares lejanos y nos enseña lecciones importantes”.

Rufus frunció el ceño. “Pero leer es tan lento. Prefiero correr y saltar”.

Tita asintió. “Es cierto, pero la velocidad no es lo más importante. La magia está en las palabras, en las historias que nos transportan. Ven, siéntate a mi lado”.

Rufus dudó, pero finalmente se sentó junto a Tita en un tronco cubierto de musgo. Ella abrió su libro y comenzó a leer en voz baja. Las palabras flotaban en el aire, como hojas doradas.

Rufus escuchó con atención. Las aventuras de los personajes cobraron vida en su mente. Se imaginó volando en un dragón, explorando misteriosas cuevas y rescatando tesoros perdidos.

“¿Ves?”, dijo Tita. “La lectura no es solo para llenar el tiempo. Es un tesoro que nos enriquece”.

Rufus reflexionó. “¿Crees que podría aprender a disfrutarla?”

Tita asintió. “Claro. Lee a tu propio ritmo. No hay prisa. Las palabras estarán aquí cuando las necesites”.

Desde ese día, Rufus y Tita se convirtieron en inseparables. Juntos, exploraron mundos en las páginas de los libros. Rufus aprendió que la lectura no era una carrera, sino un viaje tranquilo y hermoso.

Y así, en el bosque encantado, Rufus y Tita compartieron risas, cuentos y lecciones. El mapache descubrió que la velocidad no importaba, sino el placer de sumergirse en las historias.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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