Era una tarde tranquila cuando Nina y Gia decidieron jugar en la sala de su casa. Entre risas y juegos, algo insólito captó su atención: una luz brillante que se filtraba desde detrás de la mesa del rincón. Curiosas y emocionadas, se acercaron sigilosamente para investigar.
El Bosque de los Cantos
Al cruzar el umbral de luz, las niñas se encontraron en un bosque encantado donde los árboles cantaban y las flores bailaban al ritmo de la música del viento. Un amable conejo, que se presentó como Señor Orejón, les dio la bienvenida y las invitó a seguirlo para explorar el bosque. Juntas, ayudaron a una orquesta de grillos que habían perdido sus instrumentos, encontrándolos escondidos bajo las hojas. La gratitud de los grillos les llenó el corazón de alegría.
El Río de los Espejos
La siguiente aventura las llevó a un río cuyas aguas claras reflejaban no solo sus rostros, sino también sus pensamientos. Al intentar cruzar, las piedras que servían de puente les pedían resolver acertijos para poder avanzar. Cada respuesta correcta revelaba un nuevo paso. Con ingenio y risas, Nina y Gia resolvieron los enigmas, aprendiendo más sobre la importancia de pensar antes de actuar.
Las Montañas Que Susurran
Las montañas les esperaban con una prueba de valentía. Un viejo puente colgante se balanceaba frente a ellas, invitándolas a cruzar. Mientras avanzaban, el viento les susurraba historias de antiguos héroes del reino. Inspiradas por estas historias, Nina y Gia cruzaron el puente, apoyándose mutuamente en cada paso tembloroso, demostrando su valentía.
El Valle de las Risas
Al llegar al Valle de las Risas, se encontraron con un grupo de duendes que habían olvidado cómo reír. Las niñas, usando su imaginación, inventaron juegos y cuentos tan divertidos que pronto, las carcajadas llenaron el valle. Los duendes, agradecidos, les obsequiaron un saco de risas para que nunca olvidaran la alegría de ese día.
El Jardín de los Sueños
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.