Cuentos de Aventura

El Viaje de Jhoan y Dulce en el País de las Maravillas

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

Puntuación:

5
(1)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
5
(1)

Había una vez, en el mágico País de las Maravillas, un niño llamado Jhoan, hijo de la temida Reina de Corazones. Aunque su madre era una figura poderosa, Jhoan se sentía atrapado bajo sus estrictas reglas y la presión de vivir a la altura de su legado. A menudo, soñaba con ser libre, explorar el mundo y descubrir quién era realmente.

Un día, mientras paseaba por los exuberantes jardines del castillo, Jhoan se encontró con su amiga Dulce, una niña valiente y llena de vida. Tenía el cabello largo y rizado, y siempre sabía cómo hacer reír a Jhoan, incluso en los momentos más oscuros.

—¡Hola, Jhoan! —saludó Dulce, sonriendo—. ¿Qué tal tu día?

—No tan bueno como quisiera —respondió Jhoan, mirando el suelo—. Mi madre dice que debo ser un príncipe perfecto y que nunca debo desobedecer sus órdenes.

Dulce frunció el ceño, comprendiéndolo.

—A veces es difícil ser quien somos cuando otros esperan tanto de nosotros. Pero yo creo que eres increíble tal como eres, Jhoan.

Jhoan sonrió, sintiéndose un poco mejor.

—Gracias, Dulce. Pero, ¿no sería genial poder vivir una aventura, lejos de aquí?

Dulce pensó por un momento y luego su rostro se iluminó con una idea.

—¡Tengo una idea! ¿Y si encontramos algo mágico? Como un reloj que nos permita viajar en el tiempo. Podríamos ver cómo era el País de las Maravillas antes de que tu madre lo gobernara.

Jhoan se sintió emocionado.

—Eso suena asombroso. ¡Vamos a buscarlo!

Los dos amigos decidieron que era hora de explorar. Se adentraron en el bosque encantado que rodeaba el castillo. El bosque estaba lleno de árboles altos y criaturas curiosas. Los pájaros cantaban melodías alegres mientras Jhoan y Dulce se aventuraban más adentro.

Después de un rato, llegaron a un claro donde encontraron un viejo reloj de bolsillo. Tenía una esfera dorada y un brillo especial que capturó su atención.

—Mira, Dulce, ¡aquí está! —exclamó Jhoan, levantando el reloj con emoción.

Cuando lo abrieron, vieron que las manecillas giraban rápidamente, y una luz brillante salió de él, envolviéndolos. En un instante, se encontraron en una parte diferente del tiempo, rodeados de colores vibrantes y una atmósfera mágica.

—¡Lo hicimos! —gritó Jhoan, mirando a su alrededor—. ¡Estamos en el pasado!

Dulce se asomó a un grupo de animales que danzaban y jugaban en un claro cercano. Había un conejo blanco que corría de un lado a otro y un sombrerero que preparaba una fiesta de té. Jhoan y Dulce se sintieron como si estuvieran en un sueño.

Mientras exploraban, comenzaron a escuchar risas. Siguieron el sonido y se encontraron con una reunión de personajes extravagantes, donde vieron a la joven Bridget, la madre de Jhoan, rodeada de amigos. Ella era divertida y amable, riendo y compartiendo historias.

—Mira, Dulce. ¡Es mi madre! —dijo Jhoan, sorprendido—. Nunca la había visto así.

Dulce sonrió al ver la felicidad en el rostro de Bridget.

—Ella parece tan feliz. Tal vez aquí es donde podemos aprender más sobre ella.

Los dos amigos se acercaron a la reunión, y Jhoan sintió una conexión especial al ver a su madre en su juventud. Quería saber más sobre quién era y qué había cambiado en el tiempo.

Mientras observaban, de repente, un rayo de sombra atravesó la reunión. Era Uliana, la hermana menor de Úrsula, quien miraba con desdén.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó, cruzando los brazos—. No son bienvenidos.

Bridget se dio cuenta de la tensión y se acercó a Jhoan y Dulce.

—¿Quiénes son estos niños? —preguntó, su voz llena de curiosidad.

—¡Hola, señora! —saludó Dulce—. Somos amigos de Jhoan, su hijo.

Bridget sonrió, pero de inmediato notó la presencia de Uliana.

—¡Uliana! No deberías ser tan grosera. Todos merecen ser tratados con respeto, incluso si no los conoces.

Uliana frunció el ceño, pero se contuvo. Jhoan se sintió aliviado al ver que su madre defendía el respeto y la amabilidad.

Mientras la fiesta continuaba, Jhoan y Dulce se sentaron a un lado para observar y aprender. A medida que pasaba el tiempo, Jhoan notó algo extraño: Uliana estaba hablando en voz baja con una figura oscura en las sombras, un ser que parecía tener intenciones maliciosas.

—¿Qué está haciendo? —preguntó Jhoan, sintiendo una punzada de preocupación.

Dulce se inclinó hacia él, mirando con atención.

—Parece que está planeando algo. No podemos permitir que haga daño a tu madre.

Ambos decidieron acercarse un poco más para escuchar.

—Con esta estatua de hielo, convertiré a Bridget en una figura de hielo durante el baile escolar —susurró Uliana al ser oscuro—. Nadie podrá detenerme.

Jhoan se sintió aterrorizado. Sabía que debía actuar rápido para proteger a su madre.

—¡Dulce! Debemos avisar a Bridget antes de que sea demasiado tarde.

Ambos se movieron sigilosamente, intentando acercarse a Bridget y advertirle del peligro. Cuando llegaron a ella, Jhoan la miró a los ojos, tratando de encontrar las palabras correctas.

—Mamá, tienes que tener cuidado. Uliana está planeando convertirte en una estatua de hielo.

Bridget frunció el ceño, sorprendida por la advertencia.

—¿Qué? Eso no tiene sentido.

Pero antes de que pudiera decir algo más, la figura oscura salió de las sombras y se acercó, lanzando un hechizo hacia Bridget.

—¡Detente! —gritó Jhoan, corriendo hacia su madre mientras Dulce se interpuso para protegerla.

En ese momento, un destello de luz apareció de repente, y Merlín, el sabio mago, apareció con su bastón brillante.

—¡Alto! —exclamó Merlín, usando su magia para desviar el hechizo de Uliana.

—¿Qué hacen estos niños aquí? —gritó Uliana, furiosa.

Merlín miró a Jhoan y Dulce, y comprendió lo que había pasado.

—Vinieron a proteger a Bridget, y han demostrado un gran valor. Sin embargo, deben tener cuidado con el tiempo y sus decisiones.

La batalla mágica entre Merlín y la figura oscura se intensificó. Jhoan y Dulce se sintieron inspirados por el valor de Merlín. En ese momento, Jhoan decidió que debía actuar.

—¡Dulce! —dijo—. Necesitamos usar el reloj. Tal vez podamos regresar y detener esto antes de que suceda.

Dulce asintió, aunque sintió un pequeño miedo en su corazón.

—Sí, pero ¿cómo?

Jhoan miró el reloj de bolsillo, pensando en cómo podría usarlo para cambiar el curso de los eventos.

—Debemos concentrarnos y desear regresar al momento exacto antes de que Uliana ataque a mi madre.

Mientras Merlín luchaba con el ser oscuro, Jhoan y Dulce se unieron y comenzaron a girar el reloj. Un brillo intenso envolvió a los dos amigos, llevándolos de regreso al tiempo.

De repente, se encontraron de vuelta en el claro del bosque, justo antes de que comenzara la fiesta. Jhoan sintió un alivio inmenso al darse cuenta de que aún había tiempo.

—¡Rápido, debemos encontrar a Bridget! —dijo Jhoan, mientras corría junto a Dulce hacia la fiesta.

Cuando llegaron, vieron a Bridget riendo con sus amigos, despreocupada. Jhoan sabía que debían actuar antes de que Uliana apareciera.

—¡Mamá! —gritó Jhoan—. ¡Debes tener cuidado!

Bridget se volvió, sorprendida por la urgencia en la voz de su hijo.

—¿Qué sucede, Jhoan?

Jhoan explicó rápidamente lo que había escuchado de Uliana y la amenaza que se cernía sobre ella.

—No puedo dejar que te conviertan en una estatua de hielo.

Bridget miró a su hijo con preocupación, pero también con amor.

—Te agradezco, Jhoan. Siempre me proteges.

De repente, Uliana apareció, riendo de manera burlona.

—¿Qué planean hacer, pequeños? —preguntó, cruzando los brazos—. No pueden detenerme.

Merlín también apareció, listo para enfrentarla.

—No permitiré que le hagas daño a Bridget, Uliana —dijo Merlín con firmeza, levantando su bastón mientras una luz brillante comenzaba a emanar de él. Jhoan sintió que la magia del mago llenaba el aire, y con cada palabra, la atmósfera se volvía más intensa.

Uliana, sin embargo, no se dejó intimidar. Su mirada se volvió desafiante y, con un movimiento de su mano, comenzó a conjurar un hechizo oscuro.

—Tú y tus trucos no me asustan, viejo mago. Este es el día en que convertiré a Bridget en una estatua de hielo, y nadie podrá detenerme.

Mientras Uliana recitaba sus palabras mágicas, el aire se volvió frío, y Jhoan sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que tenía que actuar rápido.

—Mamá, ven aquí —gritó Jhoan, corriendo hacia su madre para protegerla. Dulce se unió a él, lista para ayudar.

—¡No, Jhoan! —exclamó Bridget, pero Jhoan ya había tomado su decisión. No podía permitir que su madre sufriera, así que se interpuso entre ella y Uliana.

Merlín, viendo el valor de Jhoan, levantó su bastón aún más alto, conjurando un escudo mágico alrededor de Bridget y su hijo.

—Este escudo protegerá a Bridget del hechizo. —dijo Merlín—. Pero necesito que tú, Jhoan, creas en ti mismo. Debes encontrar la fuerza dentro de ti para enfrentarte a Uliana.

Jhoan sintió el poder del escudo, pero también la presión de ser valiente. Miró a Dulce, quien le sonrió y le dio un pequeño empujón.

—¡Tú puedes, Jhoan! ¡Eres más fuerte de lo que piensas! —gritó Dulce, apoyándolo con su voz llena de confianza.

Inspirado por las palabras de su amiga, Jhoan se armó de valor y miró a Uliana a los ojos.

—No te dejaré ganar. Mi madre es más fuerte de lo que crees. No importa cuán poderosa creas que eres, no puedes romper el amor que hay entre nosotros.

Uliana se quedó atónita ante la determinación de Jhoan, y por un momento, su hechizo tambaleó.

—¿Amor? ¡No necesito amor! —gritó, furiosa—. ¡Sólo necesito poder!

Pero mientras Uliana seguía hablando, Merlín comenzó a conjurar un hechizo de protección más fuerte, y el escudo alrededor de Jhoan y Bridget se iluminó con fuerza.

—Jhoan, ahora es tu momento —dijo Merlín—. Debes tomar el control. Usa el reloj para volver al momento antes de que ella ataque. Solo tú puedes decidir el futuro.

Recordando el reloj de bolsillo que había robado, Jhoan lo sacó de su bolsillo y lo sostuvo firmemente. Miró a Dulce y a su madre, sintiéndose más seguro que nunca.

—Vamos a regresar y asegurarnos de que esto no ocurra —dijo Jhoan, apretando los dientes y enfocándose en el momento.

Las manecillas del reloj comenzaron a girar, y un viento fuerte rodeó a Jhoan y Dulce. En un instante, se sintieron arrastrados a través de un túnel de luz y sonido. Cuando la luz se disipó, se encontraron nuevamente en el claro del bosque, justo antes de que Uliana hiciera su movimiento.

—¡Estamos de vuelta! —gritó Jhoan, con un brillo de determinación en sus ojos.

Dulce miró a su alrededor, comprendiendo que era su oportunidad para cambiar el futuro.

—¡Jhoan, debemos advertir a tu madre antes de que Uliana llegue! —dijo, mientras ambos corrían hacia donde estaba Bridget.

Con cada paso, Jhoan sentía que su corazón latía más fuerte. Sabía que debía encontrar la manera de hacer que su madre entendiera la amenaza que se cernía sobre ella. Finalmente, llegaron a la fiesta, donde Bridget se reía con sus amigos, despreocupada.

—¡Mamá! —gritó Jhoan, acercándose rápidamente—. ¡Debes tener cuidado! Uliana está planeando hacerte daño.

Bridget lo miró con sorpresa, pero vio la seriedad en los ojos de su hijo.

—¿Qué estás diciendo, Jhoan? —preguntó, un toque de preocupación en su voz.

—¡Es verdad! Ella quiere convertirte en una estatua de hielo durante el baile! —respondió Dulce, apoyando la advertencia de Jhoan.

Bridget miró a su hijo y luego a Dulce, sintiendo que el ambiente había cambiado.

—Si eso es cierto, entonces debemos prepararnos.

Jhoan sintió un alivio al ver que su madre comenzaba a entender.

—¡Sí! ¡No podemos permitir que eso suceda! —dijo él, sintiéndose más decidido que nunca.

Mientras tanto, Uliana observaba desde la distancia, frustrada al ver que su plan se había interrumpido.

—No me dejaré vencer tan fácilmente. —murmuró, preparándose para actuar.

Jhoan, con el apoyo de Dulce, se acercó a su madre y le explicó lo que había visto.

—Debemos estar listos, mamá. No podemos permitir que Uliana se salga con la suya.

Con determinación en su corazón, Jhoan se unió a Bridget y Dulce para enfrentar a Uliana.

Cuando Uliana se acercó, vio a Jhoan, Dulce y Bridget juntos, firmes y preparados.

—¿Crees que puedes detenerme? —preguntó Uliana, con una sonrisa malvada—. ¡Tu madre no tiene poder contra mí!

Bridget, sintiéndose más fuerte al estar junto a su hijo y su amiga, respondió:

—¡No necesitas poder para ser fuerte! El amor y la unidad son más poderosos que cualquier hechizo.

Jhoan asintió, sintiendo que las palabras de su madre resonaban en su corazón.

—¡Nunca dejaremos que te salgas con la tuya! —gritó, enfrentándose a Uliana.

Con cada palabra, el poder del amor y la amistad comenzó a brillar a su alrededor. El viento soplaba con fuerza mientras el poder de su unión se intensificaba. Uliana se sintió acorralada y, en un último intento por desatar su magia, lanzó un hechizo oscuro hacia ellos.

Sin embargo, Merlín apareció una vez más, levantando su bastón.

—¡No permitiré que la oscuridad gane! —dijo, conjurando un escudo mágico que protegía a Jhoan, Dulce y Bridget.

La luz del escudo se expandió, formando un muro de energía que repelió el hechizo de Uliana. La magia se desvaneció, y Uliana se dio cuenta de que su plan había fallado.

—Esto no ha terminado —dijo, retirándose con rabia mientras prometía venganza.

Con Uliana lejos, Jhoan y su madre se sintieron aliviados. Merlín se acercó y les sonrió.

—Hoy han demostrado que el amor y la amistad son más poderosos que cualquier hechizo. Recuerden siempre que el verdadero poder radica en la unidad.

Bridget miró a Jhoan y Dulce, sintiéndose orgullosa de ellos.

—Gracias, Jhoan. Siempre estaré agradecida de que me hayas advertido. —dijo ella, abrazando a su hijo.

Jhoan se sintió feliz al estar a salvo con su madre y su amiga.

Esa noche, la fiesta continuó, y el ambiente era de celebración. Jhoan, Dulce y Bridget se unieron a los demás, disfrutando de la música y la alegría que llenaba el aire.

Mientras bailaban, Jhoan se dio cuenta de que la aventura no solo había sido un viaje a través del tiempo, sino también un viaje hacia el entendimiento y el valor de la amistad y la familia.

En el fondo de su corazón, sabía que siempre habría desafíos, pero también que nunca estaría solo. Con el amor y la unidad a su lado, podía enfrentar cualquier obstáculo que se le presentara.

Y así, mientras las estrellas brillaban en el cielo, Jhoan se sintió más fuerte que nunca, listo para las aventuras que aún estaban por venir.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario