Había una vez, en una tranquila ciudad, una chica llamada Lola. Era morena, con hermosos rizos que bailaban con el viento. Siempre se sentía atraída por las aventuras y amaba conducir su coche por lugares desconocidos. Pero un día, su coche dejó de funcionar, justo en la entrada de un misterioso bosque.
Esa noche, Lola se sintió triste. Extrañaba los viajes y las emociones que el camino le brindaba. Al caer dormida, tuvo un sueño especial. Soñó con un coche mágico que podía volar y viajar a través del tiempo. Este coche, de brillantes colores y luces centelleantes, la esperaba en el mismo bosque donde su coche se había detenido.
Al despertar, sintió una extraña energía que la llevó de nuevo al bosque. Y allí, en medio de los árboles, encontró el coche mágico de sus sueños. Al entrar en él, el coche la llevó a mundos maravillosos. Viajó a tierras con dragones, castillos en el cielo y mares luminosos.
Lola se encontró con criaturas amigables que le enseñaron la importancia de seguir sus sueños y escuchar su corazón. En cada parada, recogió recuerdos y amistades que la acompañarían por siempre.
Pero un día, una voz suave le susurró al oído que era el momento de regresar. El coche mágico volvió a llevarla al bosque, justo al lado de su viejo coche. Al bajar del coche mágico, este desapareció en una nube de chispas y brillo.
Sin embargo, el viejo coche de Lola comenzó a funcionar de nuevo, como si nada hubiera pasado. Lola comprendió que aunque su coche no fuese mágico, las aventuras estaban en su corazón y en su capacidad de soñar y creer.
Conclusión:
Lola regresó a su ciudad con una sonrisa en el rostro. Aunque su coche ya no volaba ni viajaba en el tiempo, ella sabía que cada viaje estaba lleno de magia y posibilidades. Comprendió que no necesitaba un vehículo especial para vivir aventuras, solo necesitaba su imaginación y valentía.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.