En un rincón vibrante del mundo, donde los colores danzaban en el aire y la magia flotaba como una brisa suave, se encontraba la ciudad de Monguared. Este lugar era conocido por sus bellos paisajes, edificios de formas extrañas y criaturas fantásticas que convivían en armonía. En Monguared vivían Jhoan y Dulce, dos amigos inseparables llenos de curiosidad y espíritu aventurero.
Un día, mientras exploraban los secretos de su ciudad, Jhoan decidió sorprender a Dulce con un regalo especial. Había estado buscando un objeto mágico y único para ella, algo que realmente capturara su esencia. Después de buscar en diferentes mercados y tiendas, encontró una hermosa pulsera, adornada con piedras brillantes que reflejaban la luz del sol de una manera encantadora.
—¡Dulce! —exclamó Jhoan al encontrarse con ella en el parque—. ¡Tengo algo para ti!
Dulce miró a su amigo con curiosidad y sonrió al ver la pulsera.
—¡Es preciosa, Jhoan! ¿Dónde la encontraste?
—La encontré en la tienda de los encantos. Me pareció que te encantaría.
Dulce, emocionada, se puso la pulsera en la muñeca. En ese momento, una extraña luz brilló en la pulsera, y un mensaje oculto apareció ante sus ojos. Jhoan y Dulce lo leyeron juntos, asombrados.
—»Ve a tu corazón y dentro de tu mundo, que tú eres el faro de amor. Entra a la luz y sigue el camino» —dijo Dulce, con voz temblorosa.
—¿Qué significa eso? —preguntó Jhoan, frunciendo el ceño—.
Dulce, sintiéndose intrigada, miró la pulsera y luego a su amigo.
—No lo sé, pero creo que debemos descubrirlo.
Al instante, la pulsera comenzó a brillar intensamente. Jhoan y Dulce sintieron una fuerte corriente de aire, como si estuvieran siendo arrastrados hacia un lugar desconocido. Con un giro mágico, fueron transportados a otro mundo.
Cuando la luz se desvaneció, se encontraron en un lugar completamente diferente: era un vasto y colorido paisaje que se extendía ante ellos. Las nubes eran de un color púrpura brillante, y árboles de formas extrañas crecían por todas partes. En el horizonte, podían ver una ciudad maravillosa y un poco oscura, llamada Vildarodguer.
—¿Dónde estamos? —preguntó Jhoan, mirando a su alrededor con asombro.
—No estoy segura, pero parece que hemos entrado en otro mundo —respondió Dulce, explorando el entorno con cautela.
Jhoan sintió un escalofrío. Sabía que este lugar podría ser peligroso, pero la emoción de la aventura llenaba su corazón.
Mientras caminaban, se dieron cuenta de que sus ropas habían cambiado. Dulce ahora llevaba una chaqueta de cuero roja, una camisa negra y roja con corazones, pantalones de combate rojos y negros, y una falda de dos tonos de rojo. Se veía fuerte y decidida.
—¡Mira mi traje! —exclamó Dulce, girando sobre sí misma—. ¡Es impresionante!
Jhoan se dio cuenta de que también llevaba una vestimenta diferente. Su atuendo era un poco más oscuro, con un aire de misterio que le daba valor.
—Nos vemos geniales. Pero debemos tener cuidado. No sabemos qué peligros nos esperan aquí.
Dulce asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Juntos, se adentraron en la ciudad de Vildarodguer, donde todo parecía estar en caos. Villanos de cuentos de hadas, que solían ser los malvados, caminaban por las calles, pero lo sorprendente era que en este mundo, eran amistosos.
—Hola, chicos —dijo un villano con una sonrisa—. ¿Buscan diversión? Aquí somos todos amigos.
—¿Qué está pasando? —preguntó Jhoan, confundido—. ¿Por qué ustedes son buenos aquí?
El villano se encogió de hombros.
—En este mundo, los héroes son los que han perdido su camino. Así que nos convertimos en amigos y ayudamos a todos.
Dulce miró a Jhoan, sintiéndose intrigada.
—Tal vez este mundo es diferente al nuestro. Pero debemos descubrir cómo volver a casa.
Mientras continuaban su camino, se dieron cuenta de que había un baile escolar que se llevaría a cabo esa noche. La idea de asistir a un baile lleno de criaturas fantásticas los emocionó. Sin embargo, sabían que debían tener cuidado, especialmente porque Uliana, la malvada hermana de Úrsula, tenía planes oscuros para el evento.
—He escuchado que Uliana está tramando algo malo durante el baile —dijo un villano mientras hablaban—. Quiere convertir a Bridget, la madre de Jhoan, en una estatua de hielo.
Jhoan se puso pálido.
—¿Cómo? ¿Por qué haría eso?
—Se dice que ella desea apoderarse del poder de la Reina de Corazones. Si logra capturar a Bridget, obtendrá una gran fuerza.
Dulce miró a Jhoan con preocupación.
—Debemos hacer algo. No podemos permitir que eso suceda.
—Tienes razón —dijo Jhoan, sintiendo la urgencia en su corazón—. Necesitamos un plan.
Los dos amigos decidieron infiltrarse en el baile y descubrir cómo detener a Uliana. Pero sabían que para tener éxito, necesitaban la ayuda de algunos de los villanos que parecían tener buenos corazones.
Con el tiempo, comenzaron a ganar la confianza de los villanos, quienes les ofrecieron su ayuda para detener a Uliana. Juntos, planearon cómo distraerla y proteger a Bridget durante el baile.
Finalmente, la noche del baile llegó, y la música llenó el aire. Los colores brillantes y las luces brillantes hacían que el lugar se sintiera mágico. Jhoan y Dulce, vestidos con sus trajes nuevos, se sintieron emocionados y un poco nerviosos.
Mientras se acercaban al lugar del baile, Dulce tomó la mano de Jhoan.
—Estamos juntos en esto, ¿verdad? —preguntó con una sonrisa.
—Siempre —respondió Jhoan, sintiendo que su valor crecía.
Cuando entraron al salón, vieron a todos bailando y divirtiéndose. La atmósfera era alegre, pero también había una tensión palpable. Jhoan y Dulce comenzaron a buscar a Bridget y a estar atentos a cualquier señal de Uliana.
En un rincón del salón, vieron a Uliana hablando con un grupo de villanos. Ella parecía tener un plan, y Jhoan sintió que debían actuar rápido.
—Dulce, tenemos que averiguar qué está tramando. —dijo Jhoan—. Debemos acercarnos y escuchar.
Con cuidado, se acercaron, ocultándose tras una columna.
Uliana estaba hablando de cómo convertir a Bridget en una estatua de hielo.
—Hoy es el día en que obtendré el poder que siempre he deseado. ¡Nadie podrá detenerme! —exclamó, riéndose de manera siniestra.
Jhoan sintió que su corazón se aceleraba.
—Debemos detenerla, ¡ahora! —susurró a Dulce.
Con determinación, Jhoan y Dulce se lanzaron hacia el centro del salón.
—¡Uliana! —gritó Jhoan—. ¡No dejaré que hagas daño a mi madre!
El salón se quedó en silencio mientras todos miraban con asombro. Uliana se volvió, sorprendida de ver a Jhoan y Dulce.
—¿Qué hacen ustedes aquí? —preguntó, con una mirada despectiva.
—Estamos aquí para detenerte —respondió Dulce, con valentía—. No puedes hacerle daño a Bridget.
En ese momento, los villanos que se habían vuelto amigos de Jhoan y Dulce se unieron a ellos, formando un frente unido.
—¡No permitiré que dañes a la Reina! —gritó uno de los villanos.
Uliana, viendo que no podía hacer frente a todos, decidió usar su magia. Una sombra oscura comenzó a envolverla mientras lanzaba un hechizo hacia Jhoan y Dulce.
Pero Merlín, que había estado observando desde las sombras, intervino en el momento justo.
—¡Basta! —exclamó, levantando su bastón. Un brillo de luz mágica llenó el salón, protegiendo a Jhoan y Dulce.
—¡No permitiré que el mal triunfe! —dijo Merlín con voz firme.
Jhoan sintió el poder de la magia a su alrededor. En ese momento, comprendió que no solo él y Dulce tenían poder, sino que también todos los que habían decidido unirse a ellos eran fuertes cuando estaban juntos.
Con la ayuda de Merlín, un poderoso hechizo de luz se lanzó hacia Uliana, quien fue despojada de su magia oscura y quedó atrapada en un círculo de luz.
—¡Esto es solo el comienzo! —gritó Uliana, pero su voz se desvaneció mientras era llevada lejos.
El salón estalló en aplausos, y todos celebraron la valentía de Jhoan y Dulce.
Bridget se acercó a su hijo, con lágrimas de orgullo en los ojos.
—Hiciste lo correcto, Jhoan. Estoy tan orgullosa de ti.
—Lo hicimos juntos, mamá —respondió Jhoan, mirando a Dulce y a los nuevos amigos que habían hecho en el camino.
Esa noche, mientras la música continuaba y las luces parpadeaban, Jhoan y Dulce sintieron que habían ganado no solo una batalla, sino también un nuevo entendimiento de lo que significaba ser parte de un equipo. Habían aprendido que la verdadera fuerza proviene del amor, la amistad y el apoyo mutuo.
Cuando la fiesta terminó, Jhoan y Dulce regresaron a su hogar en Monguared, sintiéndose como verdaderos héroes. Mientras el sol salía por el horizonte, prometieron seguir explorando y viviendo aventuras juntos, siempre recordando que el amor y la amistad son las armas más poderosas en cualquier lucha.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.