Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de un misterioso bosque encantado, dos hermanas llamadas Vera y Mar. Vera era una niña valiente de cabellos oscuros y una sonrisa brillante. Mar, su hermana menor, tenía el cabello castaño claro y siempre estaba llena de curiosidad. Las dos hermanas eran inseparables y les encantaba explorar los alrededores del pueblo, jugando entre los árboles y flores del bosque.
El pueblo tenía una historia antigua sobre una bruja malvada que vivía en el corazón del bosque encantado. Se decía que la bruja atrapaba a los niños durante la noche de Halloween y los convertía en cuervos para que fueran sus sirvientes. Nadie había visto nunca a la bruja, pero todos los niños del pueblo temían esas historias y evitaban el bosque durante la noche.
Un día, mientras Vera y Mar jugaban cerca del bosque, escucharon un susurro entre los árboles. Mar, siendo la curiosa que era, decidió investigar. «Vamos, Vera, vamos a ver qué es», dijo Mar emocionada, tomando la mano de su hermana.
«Es peligroso, Mar. Mamá nos dijo que no nos acerquemos al bosque al atardecer», advirtió Vera, sintiendo un escalofrío en la espalda. Pero la curiosidad de Mar era tan fuerte que finalmente convenció a Vera para que la acompañara.
A medida que se adentraban más en el bosque, las sombras se alargaban y el aire se volvía más frío. De repente, una figura oscura con un sombrero puntiagudo apareció entre los árboles. Era la bruja malvada. «¡Bienvenidas, pequeñas! He estado esperando por ustedes», dijo la bruja con una sonrisa maliciosa.
Vera sintió miedo, pero no iba a dejar que le pasara algo a su hermana. «¡Déjanos en paz!», gritó con valentía. Pero la bruja movió su varita y un hechizo brilló en el aire, envolviendo a Mar. En un instante, Mar se transformó en un pequeño cuervo que graznó aterrorizado.
«No puedes hacerme nada, niña», dijo la bruja con una risa cruel. «Tu hermana ahora es mía».
Desesperada y con lágrimas en los ojos, Vera corrió hacia el pueblo buscando ayuda. Nadie sabía qué hacer, pero una anciana llamada Abigail, que vivía en el borde del pueblo, dijo que había una manera de derrotar a la bruja. «Necesitas encontrar a las hadas del bosque. Ellas tienen el poder de ayudarte», explicó Abigail.
Sin perder tiempo, Vera se adentró de nuevo en el bosque, esta vez en busca de las hadas. El bosque era oscuro y lleno de sonidos extraños, pero la valentía de Vera no flaqueó. Después de caminar un buen rato, encontró un claro iluminado por una luz mágica. Allí estaban las hadas, pequeñas y brillantes, volando alrededor de una flor gigante.
«¡Ayúdenme, por favor! Mi hermana ha sido transformada en un cuervo por la bruja», suplicó Vera con lágrimas en los ojos.
Las hadas se miraron entre sí y una de ellas, llamada Lila, se acercó a Vera. «Sabemos cómo ayudarte, pero necesitarás valentía y un corazón puro. Te daremos poderes mágicos para que puedas enfrentarte a la bruja», dijo Lila. Con un toque de su varita, Lila otorgó a Vera la capacidad de usar magia.
Con su nuevo poder, Vera sintió una fuerza renovada. Agradeció a las hadas y se dirigió al corazón del bosque, donde la bruja tenía su guarida. El lugar estaba oscuro y lleno de sombras, pero Vera avanzó con determinación. Al llegar, vio a su hermana Mar, todavía en forma de cuervo, atrapada en una jaula.
«¡Déjala ir, bruja!», exigió Vera, levantando su varita mágica.
La bruja se rió. «¿Crees que puedes vencerme, pequeña? Soy más poderosa de lo que imaginas».
Pero Vera no se dejó intimidar. Recordó las palabras de Lila y dejó que su corazón guiara su magia. Apuntó su varita hacia la bruja y pronunció un hechizo que llenó la guarida de luz. La bruja gritó y trató de defenderse, pero la magia de Vera era fuerte y pura. La luz envolvió a la bruja y, con un destello final, desapareció en una nube de humo.
La jaula que retenía a Mar se abrió y el cuervo se transformó de nuevo en la niña que Vera conocía y amaba. «¡Vera, lo lograste!», exclamó Mar, corriendo a abrazar a su hermana.
Las dos hermanas se abrazaron fuertemente, aliviadas de estar juntas de nuevo. Pero su aventura no había terminado. Recordaron que había otros niños atrapados por la bruja. Juntas, liberaron a los otros niños, que estaban encantados en la guarida de la bruja, devolviéndoles su forma humana.
El regreso al pueblo fue un triunfo. Los niños liberados y sus familias agradecieron a Vera por su valentía y su corazón puro. Vera se convirtió en la heroína del pueblo, y todos celebraron su regreso con una gran fiesta. Las hadas del bosque también asistieron, llenando el aire de magia y alegría.
Desde ese día, el bosque encantado se volvió un lugar de luz y magia positiva, gracias a la valentía de una niña y la ayuda de sus amigas hadas. Vera y Mar siguieron explorando juntas, sabiendo que, mientras se tuvieran la una a la otra, no había nada que no pudieran enfrentar.
Y así, en el pequeño pueblo junto al bosque encantado, la historia de Vera y Mar se convirtió en una leyenda de valentía y amor fraternal que se contó por generaciones. Cada Halloween, los niños del pueblo se disfrazaban de hadas y héroes, recordando la historia de la niña que venció a la bruja y salvó a su hermana y a muchos otros niños.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Cuentos cortos que te pueden gustar
Luis y Carla: Los Guardianes del Bosque Encantado
Rocío y Benjamín en el Bosque de las Brujas
Nerina: La Bruja del Bosque Encantado
Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.