Cuentos de Ciencia Ficción

Aventura en el Portal Interdimensional

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 4 minutos

Español

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En una estación espacial avanzada, suspendida en lo más profundo del espacio, Lara y Martin caminaban por los pasillos curvos de metal que resonaban con el suave zumbido de las máquinas. Ambos habían nacido y crecido en aquella estación, conocida como «Nebula-5». Los dos jóvenes, de 12 años, habían visto cosas que pocos de su edad en la Tierra habrían imaginado: planetas lejanos, lunas congeladas, naves atravesando los anillos de Saturno.

Lara, con su pelo castaño corto, llevaba un traje espacial plateado que se ajustaba perfectamente a su pequeña figura. Su amigo Martin, con su cabello rubio desordenado y un traje azul con líneas brillantes que parpadeaban suavemente, caminaba a su lado, observando atentamente el monitor holográfico que llevaba en la muñeca.

—El Comandante nos advirtió que no nos acercáramos a la Sala del Vórtice —susurró Martin, mirando de reojo a Lara.

—Lo sé, pero, ¿no te da curiosidad? —respondió ella, con una chispa de emoción en sus ojos. Estaban a punto de hacer algo prohibido, pero la tentación era irresistible.

Desde pequeños, ambos habían escuchado rumores sobre un experimento secreto en la Sala del Vórtice. Se decía que allí, los científicos de Nebula-5 habían abierto una puerta a otra dimensión. Nadie había visto el portal, pero las historias sobre él circulaban entre los tripulantes más veteranos.

Finalmente, llegaron a la enorme puerta metálica que conducía a la sala. Lara sacó una pequeña herramienta que había robado de los ingenieros y comenzó a manipular el panel de seguridad. Con un suave clic, la puerta se deslizó hacia un lado.

Al entrar, una luz tenue iluminaba la vasta habitación. En el centro, un vórtice brillante giraba lentamente, emitiendo destellos de energía azul y púrpura. Era como un espejo líquido, con ondas que vibraban y reflejaban las luces del espacio exterior.

—Increíble… —susurró Martin, fascinado.

—Tenemos que cruzarlo —dijo Lara, dando un paso adelante.

Martin titubeó. —¿Estás loca? No sabemos lo que hay al otro lado.

Lara se giró y le sonrió. —Por eso tenemos que averiguarlo.

Antes de que Martin pudiera objetar, Lara corrió hacia el vórtice y desapareció en él. Sin más opción, Martin la siguió.

El Otro Lado del Portal

Cuando ambos atravesaron el vórtice, sintieron como si su cuerpo fuera estirado y comprimido a la vez. En un abrir y cerrar de ojos, se encontraron en un paisaje completamente diferente. Ya no estaban en la estación espacial. Delante de ellos, un vasto campo de hierba plateada se extendía hasta el horizonte, y el cielo era de un azul oscuro, casi negro, salpicado de lunas y estrellas cercanas.

—¿Dónde estamos? —preguntó Martin, todavía aturdido.

—No lo sé, pero esto es increíble —respondió Lara, con una mezcla de miedo y emoción.

De repente, una criatura flotante, que parecía una mezcla entre una medusa y un robot, se acercó a ellos. Su cuerpo translúcido brillaba con una luz suave y pulsante.

—Bienvenidos, viajeros. Han cruzado el Portal Interdimensional —dijo la criatura con una voz tranquila y melodiosa.

—¿Quién eres? —preguntó Martin, dando un paso atrás.

—Soy un Guardián del Nexus, el punto donde todas las realidades convergen. Pocos logran llegar hasta aquí.

Lara dio un paso adelante, fascinada. —¿Qué significa eso? ¿Podemos explorar?

El Guardián los observó con ojos que no parecían pertenecer a ninguna criatura viva. —Pueden explorar, pero deben tener cuidado. No todas las dimensiones son seguras para los seres de su tipo.

Martin miró a Lara, que tenía esa chispa aventurera en los ojos de nuevo. —¿De verdad quieres hacer esto?

Lara asintió con determinación. —Claro que sí. Hemos llegado hasta aquí, no podemos volver sin explorar.

El Guardián les ofreció una esfera flotante que proyectaba imágenes de diferentes portales. Cada uno conducía a una dimensión distinta: mundos donde los árboles caminaban, ciudades flotantes sobre mares de fuego, universos donde las leyes de la física no se aplicaban.

—Deben elegir con sabiduría —advirtió el Guardián.

Una Decisión Difícil

Lara y Martin se miraron el uno al otro. Había tantos lugares para explorar, pero sabían que el tiempo era limitado. No podían quedarse demasiado tiempo fuera de su propia dimensión o podrían quedar atrapados para siempre.

—Este parece interesante —dijo Lara, señalando un portal que mostraba una ciudad futurista, con rascacielos flotantes y vehículos que surcaban el aire.

Martin frunció el ceño. —No lo sé… ese parece peligroso. ¿Qué tal este? —Señaló otro portal que mostraba un planeta cubierto de selvas gigantescas y criaturas voladoras.

—Deberíamos probar los dos —sugirió Lara, siempre buscando más aventuras.

Antes de que pudieran decidir, un temblor sacudió el suelo bajo sus pies. El vórtice que los había traído comenzó a parpadear inestablemente.

—El portal a su dimensión se está cerrando —dijo el Guardián con calma. —Deben regresar ahora o quedarán atrapados aquí.

Lara y Martin se miraron con los ojos abiertos por la sorpresa. Habían estado tan emocionados por la idea de explorar que habían olvidado el peligro de quedar atrapados.

—¡Vamos! —gritó Lara, tirando de la mano de Martin.

Corrieron de vuelta hacia el vórtice justo cuando el suelo comenzaba a desmoronarse bajo ellos. Con un salto desesperado, se lanzaron a través del portal, sintiendo de nuevo esa sensación de estiramiento mientras sus cuerpos eran transportados de regreso a su realidad.

Cuando finalmente aterrizaron en la estación espacial, jadeando por el esfuerzo, se encontraron de nuevo en la sala del vórtice. Todo parecía estar como antes, salvo por un pequeño detalle: el portal estaba completamente cerrado.

—¿Lo hicimos? —preguntó Martin, mirando a su alrededor.

Lara asintió, todavía recuperándose. —Sí… pero nunca sabremos qué más había allí.

Ambos se miraron, sabiendo que habían vivido algo que nadie más en Nebula-5 podría comprender.

Conclusión

El portal se cerró para siempre, pero Lara y Martin sabían que en algún lugar, en alguna parte del universo, esos mundos aún existían, esperando ser explorados. Y aunque su aventura había terminado por ahora, los dos amigos se prometieron que, algún día, encontrarían una forma de regresar al Nexus y descubrir todos los secretos que aún guardaba.

Habían aprendido que el universo era mucho más grande de lo que imaginaban, y que la verdadera aventura no era solo explorar lo desconocido, sino enfrentarse al miedo y a lo inesperado con valentía.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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