Cuentos de Ciencia Ficción

Chronofox y Bunnyx: El Guardián del Tiempo

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En un futuro no muy lejano, en la ciudad de Veridian, todo parecía estar en calma. Las calles eran iluminadas por luces flotantes, y los edificios relucían con una tecnología tan avanzada que parecían sacados de un sueño. Pero aquella calma escondía algo mucho más oscuro, algo que solo algunos podían percibir.

En un rincón oculto de la ciudad, bajo la superficie, se encontraba la Madriguera, un lugar donde Bunnyx, un ser mitad conejo, mitad guardián del tiempo, mantenía vigiladas las ventanas del tiempo. Estas ventanas eran portales que conectaban diferentes momentos del pasado, presente y futuro. Bunnyx llevaba años protegiéndolas, asegurándose de que nadie alterara el flujo natural del tiempo. Sin embargo, algo estaba mal. Muy mal.

Una a una, las ventanas del tiempo comenzaron a desaparecer, dejando un vacío detrás, como si el futuro estuviera siendo borrado.

—¿Qué está pasando? —se preguntó Bunnyx, angustiado. Su pelaje blanco brillaba a la luz de las pantallas, y sus grandes ojos reflejaban la preocupación que sentía.

Mientras tanto, en otro lugar de la ciudad, Jhoan se despertaba sobresaltado. Algo extraño lo había sacudido del sueño. Era como si la ciudad misma hubiera temblado. Se levantó de la cama rápidamente y corrió hacia la ventana. Desde allí, vio cómo la gente caminaba por las calles murmurando extrañas palabras. No eran conversaciones normales. Todos repetían deseos en voz alta, como si estuvieran atrapados en algún tipo de hechizo.

—Deseo… poder volar… deseo… ser el más fuerte… deseo…

Los deseos parecían flotar en el aire, y Jhoan notó algo aún más preocupante. En el horizonte, dos collares brillaban ominosamente. Eran los collares de Misterfox y Masterfox, artefactos mágicos que controlaban el flujo del poder entre el bien y el mal. Algo terrible estaba sucediendo.

Rápidamente, Jhoan se preparó para transformarse en Misterfox, su alter ego de héroe. Se tocó las orejas, buscando los aretes mágicos que le permitían acceder a sus poderes. Pero no estaban allí.

—¡No! —exclamó Jhoan, sintiendo cómo el pánico lo invadía—. Sin mis aretes, no puedo transformarme…

Justo en ese momento, la puerta de su habitación se abrió de golpe, y una figura conocida entró corriendo. Era Bunnyx, su amigo y compañero guardián del tiempo.

—¡Debes transformarte ahora! —gritó Bunnyx, sus ojos brillando con una mezcla de urgencia y temor—. El deseo que ha sido pedido está borrando el futuro. ¡No hay tiempo que perder!

—¿Qué quieres decir? —preguntó Jhoan, aún en shock por la desaparición de sus aretes.

Bunnyx se acercó rápidamente, con el pelaje erizado por la tensión.

—Alguien ha pedido un deseo que está alterando el flujo del tiempo. Todo lo que conocemos está en peligro. Si no hacemos algo pronto, el futuro desaparecerá por completo, y con él, todas las personas que conoces y amas.

Jhoan tragó saliva. Las palabras de Bunnyx resonaban en su mente. No solo su presente estaba en juego, sino también el futuro de todos. Pero ¿cómo podía luchar sin sus poderes?

—No puedo transformarme sin mis aretes —dijo Jhoan, desesperado—. No tengo los pendientes.

Bunnyx lo miró con seriedad, y luego extendió una mano. En ella había un pequeño artefacto, una pulsera que brillaba con una suave luz azul.

—Es hora de que adoptes una nueva forma, Jhoan. Sin los aretes, no puedes ser Misterfox, pero puedes ser algo más. Te presento a Chronofox, el guardián del tiempo. Con esta pulsera, tendrás el poder de viajar a través del tiempo y alterar el flujo temporal. No serás exactamente como antes, pero tendrás el poder suficiente para detener lo que está ocurriendo.

Jhoan miró la pulsera, sintiendo el peso de la responsabilidad que le ofrecía Bunnyx. No había tiempo para dudar. Se colocó la pulsera en la muñeca, y en ese instante, una luz azul lo envolvió. Su cuerpo se transformó, y su traje habitual rosa y plateado fue reemplazado por uno más oscuro, con detalles de plata y un brillo azul que pulsaba como si controlara el tiempo mismo.

—Ahora eres Chronofox —dijo Bunnyx con una sonrisa—. Vamos, el futuro no se salvará solo.

Con un movimiento rápido, Bunnyx y Chronofox salieron corriendo hacia el centro de la ciudad. A medida que avanzaban, Jhoan notaba cómo las ventanas del tiempo comenzaban a desvanecerse a su alrededor. Eran como espejos que reflejaban momentos del pasado, pero que ahora desaparecían, dejando tras de sí un vacío oscuro y aterrador.

—¿Quién pudo hacer esto? —preguntó Chronofox, mientras corrían entre los edificios.

—No lo sé con certeza —respondió Bunnyx, mientras saltaba ágilmente entre las sombras—, pero tengo una sospecha. Alguien ha robado la Pulsera de la Mariposa, un artefacto tan poderoso como los collares de Misterfox y Masterfox. Esa pulsera tiene la capacidad de alterar el destino y los deseos. Si ha caído en manos equivocadas, podría destruir todo lo que conocemos.

—Debemos encontrar al ladrón —dijo Chronofox, apretando los puños—. Y rápido.

Mientras avanzaban por las calles desiertas, la ciudad comenzó a cambiar. Los edificios se retorcían, y el cielo, que antes era azul, se volvió de un tono oscuro y siniestro. El tiempo estaba colapsando.

De repente, una figura apareció delante de ellos. Era un ser cubierto con una capa negra que ocultaba su rostro. En su mano, sostenía la Pulsera de la Mariposa, y en su cuello brillaban los collares de Misterfox y Masterfox.

—¿Buscaban esto? —preguntó el villano con una voz fría y burlona, levantando la pulsera para que pudieran verla mejor.

—¡Devuélvenos lo que es nuestro! —gritó Bunnyx, dando un paso adelante.

—Oh, Bunnyx, siempre tan impaciente —respondió el villano, quitándose la capucha para revelar su rostro. Era una versión distorsionada de Jhoan, una que representaba todo lo opuesto a lo que él defendía—. Yo soy lo que podrías haber sido, Chronofox. Yo soy el que domina el tiempo y los deseos.

Chronofox miró a su contraparte con asombro y miedo. No podía creer lo que estaba viendo. Esa figura sombría era una versión de sí mismo que había sido corrompida por el poder de la Pulsera de la Mariposa.

—No dejaré que destruyas el futuro —dijo Chronofox, su voz firme.

—Oh, pero no lo destruiré —respondió el villano con una sonrisa maliciosa—. Solo lo moldearé a mi antojo.

La batalla entre Chronofox, Bunnyx y el villano comenzó. Chronofox usaba su nueva habilidad para manipular el tiempo, ralentizando los movimientos de su enemigo y acelerando los suyos. Pero el villano también tenía el poder de controlar el tiempo con la pulsera, lo que hacía que el combate fuera cada vez más peligroso.

Bunnyx saltaba de un lado a otro, intentando distraer al villano mientras Chronofox buscaba una oportunidad para arrebatarle la Pulsera de la Mariposa.

—¡Tenemos que detenerlo! —gritó Bunnyx, lanzando un golpe hacia el villano.

—Lo sé, pero es más fuerte de lo que pensaba —respondió Chronofox, esquivando un rayo de energía.

El villano se rió, disfrutando de la desesperación de sus oponentes.

—¿De verdad creen que pueden detenerme? ¡Yo controlo el tiempo! —exclamó el villano, levantando la pulsera en alto.

Pero justo en ese momento, Chronofox tuvo una idea. Si el villano estaba usando el poder de los deseos y el tiempo, entonces él también podía hacerlo. Se concentró, sintiendo cómo la pulsera en su muñeca comenzaba a brillar con una luz azul intensa.

—¡No eres el único que puede controlar el tiempo! —gritó Chronofox, lanzándose hacia el villano con una velocidad que incluso el tiempo no pudo detener.

En un instante, Chronofox logró arrebatarle la Pulsera de la Mariposa, y con un último rayo de energía, destruyó los collares de Misterfox y Masterfox que el villano llevaba puestos. El futuro, que parecía estar desmoronándose, comenzó a restaurarse.

El villano cayó al suelo, derrotado, mientras Chronofox y Bunnyx lo miraban desde arriba.

—El tiempo pertenece a todos, no solo a ti —dijo Chronofox, su voz llena de determinación.

Bunnyx sonrió, satisfecho de que la misión había sido un éxito.

—Bien hecho, Chronofox. Has salvado el futuro.

Con el tiempo restaurado y el villano derrotado, Chronofox y Bunnyx regresaron a la Madriguera, sabiendo que, mientras estuvieran juntos, siempre podrían proteger el futuro, sin importar cuán grande fuera la amenaza.

FIN.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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