Cuentos de Ciencia Ficción

El Planeta de los Dulces Gigantes

Lectura para 1 año

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

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(23)
 

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En una tierra muy lejana, Alex, Mia y Leo, tres valientes astronautas niños, se preparaban para la mayor aventura de sus vidas: un viaje al espacio en una nave mágica.

Alex, con su espíritu de líder, dirigía la expedición; Mia, con su mente brillante, estaba encargada de la ciencia y la tecnología; mientras que Leo, con su espíritu juguetón, mantenía a todos entretenidos con sus bromas.

Después de días viajando por el cosmos, la nave aterrizó en un planeta desconocido. Para sorpresa de todos, el paisaje estaba lleno de montañas de chocolate, ríos de caramelo líquido y árboles de algodón de azúcar.

Leo exclamó, emocionado: «¡Esto es un paraíso! ¡Miren esas gomitas gigantes!»

Sin pensarlo dos veces, los niños comenzaron a degustar los deliciosos dulces que los rodeaban. Sin embargo, fueron interrumpidos por una dulce voz: «Por favor, no coman más de mis dulces».

Voltearon y vieron a una reina de apariencia dulce, literalmente, con un vestido de caramelos y una corona de piruletas. «Soy la Reina Dulce, gobernante de este planeta. Necesito su ayuda».

Mia, siempre curiosa, preguntó: «¿Qué sucede, Reina Dulce?»

La Reina les explicó que un malvado hechicero llamado Hechicero Caramelo quería robar todos los dulces del planeta para tener el poder de convertir cualquier cosa en azúcar. Si lo lograba, todo el reino quedaría desolado y sin vida.

Alex, decidido, dijo: «¡Vamos a ayudarte! No podemos permitir que un villano se salga con la suya».

La Reina les entregó tres amuletos mágicos que les otorgarían poderes especiales. Alex obtuvo el poder de la fuerza, Mia el de la inteligencia y Leo el del humor.

El grupo comenzó su búsqueda del hechicero. En su camino, enfrentaron diversos desafíos: montañas de chocolate fundido y tormentas de chispas de azúcar. Pero, con la ayuda de sus amuletos, superaron cada obstáculo.

Finalmente, llegaron al castillo del Hechicero Caramelo. El enfrentamiento fue intenso. Mia, con su inteligencia, ideó un plan; Alex, con su fuerza, distrajo al hechicero; y Leo, con su humor, hizo reír tanto al hechicero que este se distrajo.

Aprovechando la situación, lograron arrebatarle el cetro mágico y devolvérselo a la Reina Dulce.

La Reina, agradecida, ofreció a los niños una fiesta en su honor y les dio un regalo: una caja mágica llena de dulces que nunca se acabarían.

Conclusión:
La aventura en el planeta de los dulces enseñó a los niños la importancia del trabajo en equipo y que cada uno tiene habilidades únicas que, cuando se combinan, pueden superar cualquier desafío.

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