Cuentos Clásicos

El Fantasma en el Castillo

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

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Había una vez, en un reino muy lejano, un gran castillo frío donde vivían muchos personajes importantes. Entre ellos estaban dos guardias muy valientes, Guardia 1 y Guardia 2. Todas las noches, estos guardias vigilaban el castillo para asegurarse de que todo estuviera en orden.

Una noche muy fría, los guardias estaban de pie en el patio del castillo. La nieve caía suavemente, y el aire era helado.

—¿Has visto algo? —preguntó Guardia 1, frotándose las manos para calentarse.

—Nada, todo tranquilo —respondió Guardia 2, mirando a su alrededor.

De repente, una figura misteriosa apareció entre la niebla. Parecía un hombre, pero era transparente y brillaba con una luz pálida. Los guardias se quedaron boquiabiertos.

—¡Mira! ¿Es ese el rey muerto? —dijo Guardia 1, señalando con el dedo tembloroso.

—¡Parece él! —exclamó Guardia 2—. ¡Mejor avisar a Hamlet!

Los guardias corrieron a informar al joven príncipe Hamlet sobre lo que habían visto. Hamlet era un joven inteligente y valiente, que siempre estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío.

—Tu padre se apareció como un fantasma —dijo Guardia 1, todavía agitado por el encuentro.

—¿En serio? Tengo que verlo —respondió Hamlet, con el ceño fruncido y una chispa de curiosidad en sus ojos.

Esa noche, Hamlet se quedó despierto, esperando ansiosamente en el mismo lugar donde los guardias habían visto al fantasma. El frío mordía su piel, pero su determinación era más fuerte.

—Espero que aparezca… —pensaba Hamlet, caminando de un lado a otro.

De repente, la misma figura fantasmal apareció frente a él. Era el espíritu de su padre, el antiguo rey. El fantasma se acercó a Hamlet y habló con una voz profunda y triste.

—Soy el espíritu de tu padre. ¡Claudius me mató! Venga mi muerte —dijo el fantasma, su figura temblando en la fría noche.

Hamlet, con el corazón acelerado, asintió solemnemente.

—Voy a descubrir la verdad, ¡Lo haré! —prometió Hamlet, decidido a hacer justicia.

Desde esa noche, Hamlet se dedicó a investigar lo que había sucedido. Observaba cuidadosamente a su tío Claudius, que ahora era el rey, y buscaba pistas para confirmar las palabras del fantasma. Día tras día, Hamlet fue descubriendo más y más, y su resolución se hacía más fuerte.

Con el tiempo, Hamlet reunió las pruebas necesarias para enfrentar a Claudius. En una gran sala del castillo, rodeado de nobles y soldados, Hamlet se presentó ante el rey.

—Claudius, sé lo que hiciste. ¡Mataste a mi padre! —acusó Hamlet, señalando con firmeza.

Claudius, sorprendido y asustado, trató de negar las acusaciones, pero las pruebas eran irrefutables. Al final, la verdad salió a la luz, y Claudius fue llevado a juicio por sus crímenes.

El espíritu del antiguo rey apareció una última vez ante Hamlet, esta vez con una sonrisa agradecida.

—Gracias, hijo mío. Has hecho lo correcto. Ahora puedo descansar en paz —dijo el fantasma antes de desvanecerse en la noche.

Hamlet, con el corazón lleno de alivio y orgullo, supo que había cumplido su promesa. El castillo volvió a ser un lugar de paz y justicia, y todos vivieron felices, recordando siempre el valor y la determinación del joven príncipe Hamlet.

Conclusión:

La historia de Hamlet y el fantasma de su padre nos enseña que la verdad y la justicia siempre deben prevalecer. Aunque el camino puede ser difícil y lleno de desafíos, el valor y la determinación nos ayudarán a enfrentar cualquier adversidad. Y así, en el frío castillo, Hamlet se convirtió en un símbolo de valentía y justicia para todos los que conocieron su historia.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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