En un bosque mágico, lleno de colores y mariposas, vivían cinco amigos muy especiales. Sus nombres eran A, E, I, O y U. A era una niña con un vestido rojo y un lazo en el pelo. E era un niño con ropa verde y un sombrero. I era una niña con un vestido azul y coletas. O era un niño con una camiseta naranja y pantalones cortos. Y U era una niña con un vestido morado y el pelo rizado.
Una mañana, el sol brillaba y los pajaritos cantaban. A, E, I, O y U decidieron explorar el bosque y encontrar nuevas aventuras. Todos estaban muy emocionados porque sabían que el bosque mágico siempre tenía algo sorprendente.
Primero, encontraron un sendero hecho de flores de muchos colores. A dijo:
—¡Miren qué bonito! Vamos a seguir este camino de flores.
Todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a caminar por el sendero. Mientras caminaban, vieron una mariposa muy grande y colorida. E se acercó y dijo:
—¡Hola, mariposa! ¿Quieres jugar con nosotros?
La mariposa agitó sus alas y voló alrededor de los amigos, mostrándoles el camino. Los niños la siguieron hasta llegar a un lago brillante. En el lago había un pez dorado que saltaba felizmente.
I se acercó al lago y saludó al pez dorado:
—¡Hola, pez! ¡Qué hermoso eres! ¿Podemos jugar en el lago contigo?
El pez dorado saltó alto en el aire y chapoteó, haciendo reír a todos. Los amigos se quitaron los zapatos y metieron los pies en el agua fresca. Era muy divertido sentir el agua y ver al pez dorado nadar alrededor de ellos.
Después de jugar en el lago, los amigos siguieron caminando y encontraron un gran árbol con una puerta pequeña. O, curioso, tocó la puerta y ésta se abrió lentamente. Dentro del árbol había una habitación llena de juguetes y libros.
U dijo:
—¡Guau! ¡Miren cuántos juguetes! Vamos a jugar un rato aquí.
Los cinco amigos entraron y comenzaron a jugar con los juguetes. Había pelotas, muñecos, y bloques de construcción. También encontraron un libro mágico que, al abrirlo, mostró imágenes de cuentos maravillosos.
A leyó en voz alta uno de los cuentos, mientras los demás escuchaban atentamente. Era una historia sobre un dragón amigable que protegía un reino de fantasía. Los amigos imaginaban que ellos también eran héroes del cuento, luchando junto al dragón.
Después de leer y jugar, los amigos decidieron seguir explorando. Salieron del árbol y caminaron hasta encontrar un arco iris que parecía muy cercano. E dijo:
—¡Vamos a encontrar el final del arco iris! Dicen que allí hay un tesoro.
Muy emocionados, los amigos corrieron hacia el arco iris. Cuando llegaron al final, encontraron una caja brillante. I abrió la caja y dentro había muchas estrellas doradas.
O preguntó:
—¿Qué haremos con estas estrellas?
U respondió:
—¡Vamos a colgarlas en el cielo nocturno! Así, todos podrán verlas brillar.
Los amigos se pusieron manos a la obra. Con mucho cuidado, colgaron las estrellas doradas en el cielo. Pronto, la noche llegó y las estrellas comenzaron a brillar con luz propia. Era un espectáculo maravilloso ver el cielo lleno de estrellas doradas.
Contentos con su trabajo, A, E, I, O y U se sentaron alrededor de una fogata y compartieron historias sobre su día. Habían hecho tantas cosas divertidas y emocionantes. Mientras hablaban, se dieron cuenta de que habían hecho muchos nuevos amigos: la mariposa, el pez dorado y hasta el árbol mágico.
A dijo:
—Hoy fue un día increíble. Estoy muy feliz de tener amigos como ustedes.
E, I, O y U asintieron, sonriendo. Todos estaban de acuerdo en que era maravilloso tener aventuras juntos. Sabían que, mientras estuvieran unidos, siempre encontrarían algo mágico y divertido en el bosque.
Con el cansancio del día, los amigos decidieron que era hora de regresar a casa. Se despidieron del bosque mágico, prometiendo volver muy pronto para más aventuras. Caminando juntos bajo el cielo estrellado, los cinco amigos se sentían muy felices y agradecidos por el día tan especial que habían tenido.
Y así, A, E, I, O y U regresaron a casa, llevando consigo los recuerdos de un día lleno de magia, amistad y diversión. Sabían que siempre tendrían más aventuras juntos y que cada día en el bosque mágico sería tan maravilloso como el que acababan de vivir.
Fin.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.