Cuentos Clásicos

Un Lugar para Laura

Lectura para 8 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

En la pequeña y tranquila ciudad de San Andrés, en una escuela llena de risas y aprendizaje, vivían cinco niños que pronto aprenderían el verdadero significado de la amistad. Laura, Juan, María, Pepe y Paula asistían a la misma clase, compartiendo juegos y estudios. Pero un día, algo sucedió que cambiaría la forma en que se veían unos a otros.

Laura siempre había sido una niña alegre y estudiosa, pero un día, mientras resolvían problemas matemáticos, sufrió una convulsión. Mientras su cuerpo temblaba y los ojos se le iban hacia atrás, el miedo invadió la clase. La maestra rápidamente acudió a su lado, pidiendo calma y cuidando de Laura hasta que la convulsión pasó.

Juan, María y Pepe, asustados y confundidos por lo que habían visto, comenzaron a reír nerviosamente y a hacer comentarios burlones. Desde ese día, trataron de apartarse de Laura, susurrando y riendo cuando pasaba cerca. Aunque Laura trataba de ignorarlos, las risas y los susurros la hacían sentir sola y diferente.

Paula, que había observado todo desde su pupitre, también sintió miedo al principio, pero su corazón le decía que no era justo dejar a Laura sola. Así que un día, mientras todos salían al recreo, Paula se acercó a Laura y le preguntó si podía sentarse a su lado. Laura, sorprendida pero feliz, aceptó.

Durante el almuerzo, Laura le explicó a Paula lo que era la epilepsia y cómo las convulsiones eran algo que no podía controlar. «Es como un cortocircuito en el cerebro,» explicó Laura, «pero hay medicinas y formas de manejarlo.»

Paula escuchó atentamente y le preguntó cómo podía ayudar si algo así volvía a suceder. Laura le enseñó a mantener la calma, a asegurarse de que no había nada cerca que pudiera lastimarla y a avisar a un adulto inmediatamente. Desde ese día, Paula nunca dejó a Laura sola, asegurándose de que se sintiera apoyada y segura.

Pasó un mes, y durante una presentación en clase, Laura sufrió otra convulsión. Juan, María y Pepe comenzaron a reírse de nuevo, pero esta vez, Paula se puso de pie y, con una voz firme, les explicó a todos lo que significaba la epilepsia y cómo las convulsiones no eran motivo de burla.

«Imaginen que no pudieran controlar algo en su cuerpo, ¿les gustaría que se rieran de ustedes?» Preguntó Paula. Sus palabras resonaron en la clase, y la maestra aprovechó el momento para hablar sobre la empatía y el respeto.

Desde ese día, la actitud de Juan, María y Pepe cambió. Comenzaron a entender que reírse de alguien por algo que no podía controlar no era justo ni divertido. Aprendieron a aceptar y apoyar a Laura, quien, gracias a la valentía y comprensión de Paula, nunca más se sintió sola.

Con el tiempo, Laura se convirtió en una defensora de la concienciación sobre la epilepsia, dando pequeñas charlas en la escuela con Paula a su lado. Juan, María y Pepe se unieron a sus esfuerzos, ayudando a organizar eventos y recaudar fondos para la investigación de la epilepsia.

La escuela de San Andrés aprendió una valiosa lección sobre la inclusión y el respeto, y Laura, con sus amigos a su lado, nunca dudó de su lugar en el mundo. Gracias a la amistad y el apoyo, la vida de Laura se llenó de risas y amor, demostrando que la comprensión y la empatía pueden cambiar corazones y unir a las personas, sin importar sus diferencias.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario