En una ciudad donde el pasado y el presente se entrelazaban como hilos de un tapiz, vivía un joven estudiante de arte llamado Jimin. Trabajaba como limpiador en un museo, un lugar donde cada obra de arte susurraba historias de tiempos antiguos. Jimin, con su alma soñadora y ojos llenos de curiosidad, se sentía atraído por la belleza oculta en los rincones del museo.
Un día, mientras limpiaba, su mirada se posó en una antigua estatua de mármol. Representaba a un joven guerrero, de pie firme y con una espada en la mano. Pero lo que cautivó a Jimin fue la expresión del guerrero; una mezcla de determinación y tristeza que parecía trascender el mármol. Algo dentro de Jimin resonó con esa expresión, una conexión inexplicable que lo llevó a dar un paso impulsivo: besó los labios de la estatua.
En ese instante, un torbellino de magia se desató. La estatua tembló y, ante los ojos incrédulos de Jimin, cobró vida. El guerrero de mármol era ahora un joven de carne y hueso llamado Jungkook, el príncipe de un reino perdido, petrificado durante siglos por el hechizo de una bruja malvada.
Jungkook, confundido y asustado por el mundo moderno, miró a Jimin con ojos llenos de preguntas. Jimin, superando su asombro inicial, se ofreció a ayudar a Jungkook a adaptarse a esta nueva era. Así comenzó una aventura inesperada para ambos.
Los días siguientes estuvieron llenos de descubrimientos y sorpresas. Jimin enseñó a Jungkook sobre el mundo moderno, desde los rascacielos hasta los teléfonos inteligentes. A cambio, Jungkook compartió historias de su reino, un mundo de magia y leyendas que Jimin solo había conocido en los libros.
A medida que pasaban tiempo juntos, Jimin se encontraba cada vez más cautivado por la nobleza y el coraje de Jungkook. El príncipe, por su parte, se veía atraído por la bondad y la pasión artística de Jimin. Sin embargo, ambos eran conscientes de la barrera del tiempo que los separaba.
Jimin, decidido a ayudar a Jungkook a regresar a su época, comenzó a investigar. Recorrieron bibliotecas antiguas y consultaron a expertos en magia y hechizos. Durante sus búsquedas, se enfrentaron a desafíos inesperados, desde criaturas mágicas hasta acertijos encriptados en antiguos manuscritos.
Mientras tanto, su vínculo se fortalecía. Compartían risas, sueños y, eventualmente, sus corazones. Jimin se dio cuenta de que se estaba enamorando de Jungkook, un amor que parecía imposible debido a la brecha del tiempo.
Finalmente, encontraron una pista sobre un antiguo artefacto mágico, capaz de romper el hechizo y enviar a Jungkook de regreso a su reino. Sin embargo, este artefacto estaba custodiado en un lugar lejano y peligroso. Con determinación, Jimin y Jungkook emprendieron un viaje lleno de peligros para recuperarlo.
En su aventura, enfrentaron pruebas que pusieron a prueba su valentía y su amor. Atravesaron bosques encantados, escalaron montañas prohibidas y cruzaron ríos embrujados. Con cada desafío superado, su amor se hacía más profundo y verdadero.
Finalmente, llegaron al lugar donde el artefacto estaba escondido. En un templo antiguo, custodiado por enigmas y guardianes mágicos, lucharon con todas sus fuerzas y habilidades. Con la ayuda de Jimin, Jungkook logró recuperar el artefacto.
Antes de usar el artefacto, Jimin y Jungkook compartieron un momento de despedida, un adiós lleno de promesas y lágrimas. Sabían que, una vez que Jungkook regresara a su época, sería difícil que sus caminos se cruzaran nuevamente.
Con un último beso, Jungkook activó el artefacto. Una luz brillante los envolvió, y en un abrir y cerrar de ojos, Jungkook desapareció, dejando a Jimin solo en el templo.
De regreso en la ciudad, Jimin retomó su vida, pero llevaba consigo los recuerdos y el amor que había compartido con Jungkook. Se dedicó más que nunca al arte, creando obras que reflejaban la magia y el amor que había vivido.
Meses después, mientras Jimin caminaba por el museo, se detuvo frente a la estatua de Jungkook, que había vuelto a su forma de mármol. Con una sonrisa melancólica, agradeció en silencio al destino por el regalo de aquel amor mágico.
Aunque separados por el tiempo, el amor entre Jimin y Jungkook perduró, un testimonio de que el amor verdadero no conoce barreras, ni siquiera las del tiempo. En el corazón de Jimin, Jungkook viviría para siempre, recordándole que en este vasto y misterioso universo, todo es posible.
Cuentos cortos que te pueden gustar
El Corazón Estelar de Daniela
Rufina y el Árbol de los Deseos
El cuento de Pedro, Sofía y Juan
Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.