Cuentos de Fantasía

El Encanto de Ventanillas de Otuzco

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En el pintoresco pueblo de Ventanillas de Otuzco, donde las casas eran encantadoras y los caminos serpenteaban entre exuberantes colinas verdes, vivían tres amigos inseparables: Ana, Carlos y Susan. La magia y la fantasía impregnaban cada rincón de este lugar, donde las flores brillaban con luz propia y los animales hablaban en susurros suaves.

Ana era una joven de largos cabellos castaños y ojos llenos de curiosidad. Siempre llevaba un vestido que parecía flotar con el viento, reflejando su espíritu libre y soñador. Carlos, con su cabello negro y su túnica, era conocido por su valentía y su amor por la aventura. Susan, la tercera en este trío, destacaba con su cabello rubio rizado y su falda colorida, siendo la más alegre y creativa de todos.

Los tres amigos compartían un vínculo especial desde la infancia. Sus días estaban llenos de risas, exploraciones y secretos compartidos en los rincones más mágicos de Ventanillas de Otuzco. Pero con el tiempo, sus corazones comenzaron a latir con un sentimiento diferente, uno que confundía y emocionaba a la vez: el amor.

Ana se dio cuenta de que sus sentimientos hacia Carlos y Susan eran más profundos que los de una simple amistad. Carlos, por su parte, sentía una conexión única con ambas chicas, y Susan, siempre sincera consigo misma, sabía que amaba a sus dos amigos con todo su corazón. Decidieron entonces explorar este amor de manera abierta y honesta, formando un vínculo poliamoroso basado en la confianza y el respeto mutuo.

Al principio, todo parecía perfecto. Compartían momentos de ternura, aventuras emocionantes y noches estrelladas hablando de sus sueños y aspiraciones. Se apoyaban mutuamente en todo, y la magia de su amor parecía llenar aún más de luz el ya brillante pueblo de Ventanillas de Otuzco.

Sin embargo, no todo era tan sencillo como parecía. A medida que sus sentimientos crecían, también lo hacían las inseguridades y los celos. Ana, aunque trataba de ser fuerte, a veces se sentía abrumada por la atención que Carlos le daba a Susan. Carlos, en su deseo de hacer felices a ambas, se sentía atrapado entre sus propias expectativas y las de sus amadas. Susan, siempre tan perceptiva, notaba la tensión creciente y le dolía ver a sus amigos sufrir.

Decidieron hablar abiertamente sobre sus sentimientos, en uno de sus lugares favoritos: un claro en el bosque, donde una cascada mágica cantaba melodías antiguas.

—Creo que debemos ser sinceros con nosotros mismos —dijo Ana, rompiendo el silencio—. Amo a los dos, pero no quiero que nuestro amor nos haga daño.

—Tienes razón —respondió Carlos, mirando a sus amigas con ojos llenos de tristeza—. He tratado de hacer todo lo posible para que esto funcione, pero siento que estamos perdiendo la magia que nos unió.

Susan asintió, sus rizos dorados brillando bajo el sol—. Nuestra amistad es lo más importante. Quizás no estamos listos para este tipo de relación. Pero eso no significa que debamos alejarnos.

Decidieron, con el corazón apesadumbrado pero con la convicción de que era lo correcto, seguir siendo amigos. Su amor había sido una experiencia hermosa y enriquecedora, pero entendieron que la amistad que compartían era más valiosa y duradera. Con promesas de apoyo incondicional y cariño eterno, volvieron a enfocarse en la magia y las aventuras que los unieron en primer lugar.

El tiempo pasó, y aunque las heridas sanaron lentamente, su amistad se fortaleció aún más. Aprendieron a valorar cada momento juntos, sin importar la forma que tomaran sus relaciones. Continuaron explorando el mundo mágico de Ventanillas de Otuzco, descubriendo nuevos secretos y viviendo aventuras inolvidables.

Una tarde, mientras paseaban por el pueblo, encontraron un antiguo libro de hechizos en una pequeña tienda de antigüedades. Al abrirlo, se dieron cuenta de que contenía magia que nunca habían visto antes.

—¡Miren esto! —exclamó Carlos, señalando una página que describía un hechizo para convocar a una criatura legendaria.

—¿Deberíamos intentarlo? —preguntó Ana, con los ojos brillando de emoción.

—¡Por supuesto! —respondió Susan—. ¡Las mejores aventuras siempre comienzan con un poco de magia!

Con cuidado, siguieron las instrucciones del libro y lanzaron el hechizo en el claro del bosque. De repente, una luz brillante los envolvió, y ante ellos apareció un majestuoso dragón de escamas doradas.

—Bienvenidos, jóvenes aventureros —dijo el dragón con una voz profunda y resonante—. He sido convocado para cumplir un deseo de quienes demuestran un corazón puro y valiente. ¿Qué desean?

Los tres amigos se miraron, sabiendo exactamente lo que querían. Susan dio un paso adelante y habló en nombre de todos.

—Deseamos que nuestra amistad nunca se rompa, sin importar las dificultades que enfrentemos.

El dragón asintió con aprobación. —Un deseo noble y puro. Así será.

Con un destello de luz, el dragón desapareció, dejando a los amigos con una sensación de paz y alegría. A partir de ese día, supieron que su amistad era inquebrantable, protegida por la magia del dragón y fortalecida por las experiencias compartidas.

Los años pasaron, y Ana, Carlos y Susan continuaron sus vidas en Ventanillas de Otuzco. Cada uno encontró su propio camino, pero nunca se alejaron el uno del otro. Su amistad era un faro de esperanza y alegría en el mágico pueblo, recordando a todos que el verdadero amor puede tomar muchas formas, y que la amistad es una de las más poderosas y duraderas.

Al final, comprendieron que la verdadera magia no residía en los hechizos ni en las criaturas fantásticas, sino en los lazos que formamos con aquellos a quienes amamos. Y así, vivieron felices, sabiendo que su amistad era la joya más preciosa de todas.

Fin

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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