Cuentos de Fantasía

El Guardián del Cielo y los Gigantes Codiciosos

Lectura para 8 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En un mundo distante, lleno de maravillas y misterios, existía un bosque encantado donde la codicia y el egoísmo se habían arraigado profundamente en el corazón de sus habitantes, los gigantes. Estos seres colosales, a pesar de vivir en un entorno lleno de recursos, siempre deseaban más, sin importar las consecuencias para los demás o para la naturaleza que los rodeaba.

Un día, mientras los gigantes estaban ocupados arrancando árboles para construir palacios aún más grandes y buscando piedras preciosas que reflejaran su grandeza, el cielo comenzó a oscurecerse de repente. Un silencio inusual cayó sobre el bosque, y una figura descendió de las nubes. Era El Guardián del Cielo, un ser de luz con alas resplandecientes y una mirada penetrante que veía más allá de las apariencias.

El Guardián del Cielo, conocedor de la avaricia que consumía a los gigantes, llegó con un propósito: enseñarles una lección vital. Con una voz que resonaba como el trueno pero calmaba como la brisa, el Guardián habló:

«¡Oh, gigantes de este bosque encantado! Vuestra codicia ha perturbado el equilibrio de este mundo. Hoy, deberéis enfrentar las consecuencias de vuestros actos y aprender lo que verdaderamente es valioso en la vida.»

Los gigantes, sorprendidos y un poco asustados, se reunieron alrededor del Guardián, cuya presencia imponía respeto pero también inspiraba una extraña paz. El Guardián levantó sus manos y, de repente, el bosque comenzó a transformarse. Los árboles que habían sido derribados brotaban de nuevo, más majestuosos que antes, y las piedras preciosas que habían sido extraídas volvían a su lugar, haciendo que el suelo brillara con un millar de colores.

«Pero esto no es todo», continuó el Guardián, mientras los gigantes observaban maravillados. «Deberéis vivir como los seres más pequeños de este bosque, para que entendáis la vida desde otra perspectiva.»

Con un movimiento de sus alas, el Guardián del Cielo encogió a los gigantes hasta que fueron del tamaño de las criaturas más diminutas del bosque. Asustados y vulnerables, los gigantes comenzaron a experimentar el mundo de una manera que nunca habían imaginado. Sintieron el frío del suelo bajo sus pies descalzos, la lucha por encontrar alimento y el miedo a ser pisoteados por otros gigantes que aún no habían sido transformados.

Durante días, los gigantes pequeños vivieron las dificultades de la vida diaria en el bosque, aprendiendo a apreciar la belleza de la naturaleza, la importancia de cuidar el entorno y la satisfacción de ayudar a los demás. Vieron cómo las criaturas del bosque trabajaban juntas para sobrevivir y cómo cada pequeña acción tenía un impacto en el mundo que les rodeaba.

Cuando el Guardián del Cielo regresó, encontró a los gigantes transformados no solo en tamaño sino también en espíritu. Con lágrimas en los ojos, agradecieron al Guardián por la lección aprendida y prometieron cuidar del bosque y vivir en armonía con todas sus criaturas.

Satisfecho con el cambio en sus corazones, el Guardián les devolvió su tamaño original pero les dejó una advertencia:

«Recordad esta lección, oh gigantes, pues la armonía de este mundo depende de cada uno de vosotros. Vuestra grandeza no se mide por lo que poseéis, sino por cómo cuidáis de los demás y de la tierra que os sustenta.»

Desde ese día, los gigantes se convirtieron en protectores del bosque, y su codicia fue reemplazada por una generosidad que se extendió a través de las tierras. El bosque de Amatista floreció como nunca antes, y todos los seres vivían en paz, sabiendo que los gigantes vigilaban, recordando siempre la lección que el Guardián del Cielo les había enseñado.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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