Había una vez, un día muy especial, el 12 de febrero de 2023, cuando Papá recibió un regalo que cambiaría su vida para siempre. Ese día, alguien le regaló un perrito. Era un perrito muy pequeño y peludito, con el pelaje de color marrón claro y unos ojitos brillantes y juguetones. Al perrito lo llamaron Gary.
Gary, desde el primer momento, movía su colita con mucha emoción. Estaba muy feliz de conocer a Papá y a Aithanita, una niña muy dulce que siempre tenía una sonrisa en su carita. Aithanita llevaba un vestidito rosado y le gustaba mucho correr y jugar en el jardín.
—¡Mira, Papá! —dijo Aithanita emocionada—. ¡Es el perrito más lindo del mundo!
Papá también sonrió y acarició la cabecita de Gary, que movía su cola de un lado a otro como si estuviera diciendo «¡Hola, hola, estoy aquí!».
Desde ese día, Gary se convirtió en el amigo fiel de Papá y Aithanita. Todas las mañanas, cuando el sol comenzaba a brillar, Gary corría a despertar a Papá, moviendo su colita y dándole besitos en la cara. Aithanita siempre reía al ver a su papá despertarse con tantos mimos de su nuevo amigo.
—¡Gary es muy juguetón, Papá! —decía Aithanita mientras abrazaba al pequeño perrito.
Papá también estaba muy contento con su nuevo amigo. Gary siempre estaba a su lado, ya fuera cuando trabajaba o cuando descansaba. Parecía que el perrito entendía todo lo que Papá necesitaba. Si Papá estaba feliz, Gary saltaba y jugaba con él. Si Papá estaba cansado, Gary se acostaba a su lado y lo acompañaba en silencio.
Una tarde, mientras jugaban en el jardín, Aithanita tomó una pelotita roja y la lanzó lejos.
—¡Corre, Gary, corre! —gritó la niña con una gran sonrisa.
Gary, que era muy rápido, corrió detrás de la pelotita y la trajo de vuelta, moviendo la cola con mucha energía. Aithanita y Papá se reían cada vez que Gary traía la pelota de regreso, y el perrito parecía disfrutar mucho de esos momentos.
Con el paso del tiempo, Gary se volvió más que un simple perrito. Se convirtió en el compañero inseparable de Papá y Aithanita. Siempre estaba allí para hacerlos reír, para darles su cariño y para compartir los momentos más felices del día. Cada noche, cuando Aithanita se preparaba para ir a dormir, Gary se acurrucaba a su lado, y Papá los veía a los dos, sintiendo que su familia estaba completa.
—Gary, eres un buen amigo —le decía Papá mientras acariciaba su suave pelaje—. Siempre cuidas de Aithanita y de mí.
Aithanita, desde su cama, también sonreía.
—Gary es el mejor amigo —decía ella con dulzura—. Siempre está con nosotros.
Y así, día tras día, Gary continuaba siendo el amigo fiel de Papá y Aithanita. Cada vez que salían a pasear, Gary corría felizmente a su lado, explorando el mundo con curiosidad y alegría. Ya fuera jugando en el parque, descansando en casa o acompañando a Papá en sus tareas, Gary siempre estaba ahí, como un pequeño guardián peludo.
Con el tiempo, Gary creció un poquito, pero nunca dejó de ser el amigo leal y cariñoso que siempre había sido. Papá y Aithanita estaban muy agradecidos por tenerlo en sus vidas. Sentían que Gary los hacía más felices, más unidos, y más llenos de amor.
Y así fue como Gary, el perrito que llegó el 12 de febrero de 2023, se convirtió en el amigo más fiel de Papá y Aithanita, llenando sus días de alegría, cariño y muchas aventuras.
Fin.
Cuentos cortos que te pueden gustar
El Resplandor Perdido del Bosque Encantado
El Gran Imperio Estelar y la Amenaza Oscura
Lara y el Jardín Encantado
Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.