Érase una vez, en la soleada ciudad de Reus, vivía un niño de 2 años y medio llamado Joan. Con su pelo rubio y su carita angelical, Joan era la alegría de la casa. Cada mañana, iba feliz a la guardería Llarinfants Babi, donde jugaba y aprendía con muchos amigos.
Después de la guardería, lo que más le gustaba a Joan era visitar el parque. Y era aún más especial cuando lo acompañaban el Yayo Juan y la Yaya Carmen. Juntos, pasaban tardes enteras entre risas y juegos.
En una de esas tardes, mientras Joan se deslizaba por el tobogán, el Yayo Juan le contó una historia increíble. «¿Sabes, Joan?», comenzó el Yayo, «justo al lado de nuestro parque, hay una selva mágica llamada la Selva del Camp. En ella viven seres maravillosos y llenos de secretos». Los ojos de Joan brillaron de emoción y curiosidad.
Al día siguiente, Joan no podía dejar de pensar en la selva mágica. Decidió que quería explorarla. Con la ayuda de la Yaya Carmen, preparó una pequeña mochila con su merienda favorita y una lupa para examinar todo con detalle.
Al llegar al parque, Joan se dirigió directamente hacia el borde donde comenzaba la selva. De repente, escuchó una voz amigable. Era Avia Pili, una anciana muy sabia que vivía en la selva. Tenía una sonrisa amable y ojos que parecían conocer todos los secretos del mundo.
«¿Qué buscas, pequeño Joan?», preguntó Avia Pili. «Quiero descubrir los secretos de la selva», respondió Joan con determinación. Avia Pili sonrió y tomó la mano de Joan. «Entonces, te mostraré un lugar muy especial», dijo.
Caminaron juntos por un sendero rodeado de árboles gigantes y flores de colores brillantes. Joan observaba maravillado las mariposas que danzaban a su alrededor y los pájaros que cantaban melodías mágicas.
Llegaron a un claro donde un antiguo columpio colgaba de un árbol gigante. «Este columpio es mágico», explicó Avia Pili. «Cada vez que alguien se balancea en él, puede ver los sueños más hermosos del mundo». Joan se subió al columpio y, mientras se balanceaba, vio cómo los árboles y los animales de la selva cobraban vida de formas maravillosas.
Después de un rato, Joan bajó del columpio con una sonrisa enorme. «¡Gracias, Avia Pili!», exclamó. «Hoy he visto cosas que nunca olvidaré». Avia Pili le acarició el cabello. «La selva siempre estará aquí para ti, Joan. Cada vez que quieras soñar y descubrir, solo tienes que visitarnos».
Joan regresó al parque donde el Yayo Juan y la Yaya Carmen lo esperaban. Les contó todo sobre su aventura y cómo Avia Pili le mostró el columpio mágico. Desde ese día, Joan sabía que tenía un lugar especial donde siempre podía encontrar magia y sueños.
Y así, cada vez que iba al parque, Joan se asomaba a la selva, sabiendo que en su interior había un mundo lleno de maravillas esperando ser descubierto. Y aunque era pequeño, Joan se sentía grande y valiente, listo para nuevas aventuras en el mágico Parque de Reus.
Conclusión:
Esta historia muestra cómo la imaginación y la curiosidad de un niño pueden convertir un simple parque en un mundo de aventuras y descubrimientos. Joan, con la guía de sus abuelos y la sabia Avia Pili, aprende a ver la magia en lo cotidiano, una lección valiosa para niños y adultos por igual.
La historia también fortalece el vínculo entre las generaciones y celebra la maravilla de la naturaleza y la imaginación.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.