Había una vez, en un reino encantado, una pequeña princesa llamada Vanessa. Tenía cuatro años, un cabello castaño y largo que brillaba con el sol, y unas risas que alegraban a todo el reino. Vivía en un gran castillo junto a sus amorosos padres, la Reina Ariadna y el Rey René.
Un día soleado, mientras Vanessa jugaba en el jardín del castillo, descubrió algo maravilloso: ¡un unicornio mágico! Este unicornio era de colores brillantes, con un cuerno que relucía como diamantes. Vanessa se acercó con curiosidad y el unicornio, que se llamaba Luz, la saludó con una voz dulce.
«¡Hola, Princesa Vanessa! Soy Luz, tu amigo unicornio. ¿Te gustaría vivir una aventura conmigo?» Dijo el unicornio con una sonrisa.
Vanessa, emocionada, asintió con entusiasmo. Saltó a la espalda de Luz y juntos emprendieron un viaje mágico por los cielos, volando sobre bosques encantados y montañas brillantes.
Mientras volaban, Luz le contó a Vanessa sobre las maravillas del reino mágico, donde las flores cantaban y los animales hablaban. Vanessa escuchaba fascinada, sus ojos llenos de asombro y alegría.
Después de un rato, Luz y Vanessa aterrizaron en un claro del bosque, donde los árboles brillaban con luces de colores. Allí, se encontraron con otros animales mágicos: hadas, dragones pequeñitos y pájaros que brillaban como estrellas. Todos celebraron la llegada de Vanessa con una fiesta llena de música y baile.
«¿Puedo pedir un deseo?» Preguntó Vanessa con ilusión.
«Por supuesto,» respondió Luz, «los deseos son muy poderosos en nuestro mundo mágico.»
Vanessa cerró los ojos y pidió un deseo con todo su corazón. Cuando los abrió, se encontró de nuevo en el jardín del castillo, con Luz a su lado. Todo había sido tan real y mágico que Vanessa se preguntó si había sido un sueño.
Tras su aventura con Luz, Vanessa volvió corriendo al castillo para contarles a sus padres sobre su increíble experiencia. La Reina Ariadna y el Rey René escucharon con atención y sonrisas, maravillados por la imaginación de su hija.
Esa noche, mientras cenaban en el gran salón, los reyes compartieron una noticia especial con Vanessa. «Querida Vanessa, pronto tendrás una sorpresa muy especial,» dijo la Reina Ariadna con una mirada llena de amor.
«¿Una sorpresa? ¿Qué es?» Preguntó Vanessa con curiosidad.
«Pronto tendrás un hermanito o hermanita,» reveló el Rey René, su voz llena de emoción.
Vanessa se quedó sin palabras. La idea de tener un hermanito o hermanita la llenaba de alegría. Empezó a imaginar todas las aventuras que podrían compartir juntos.
Al día siguiente, Vanessa fue al jardín a contarle a Luz sobre la noticia. «Luz, ¡voy a tener un hermanito o hermanita!» Exclamó con alegría.
Luz sonrió y dijo, «Eso es maravilloso, Vanessa. ¿Te gustaría hacer algo especial para tu futuro hermanito o hermanita?»
Juntas, decidieron crear un jardín mágico en honor al nuevo miembro de la familia. Con la ayuda de Luz, Vanessa plantó flores que brillaban con colores vivos y árboles que cantaban suaves melodías. Cada planta y flor tenía un encanto especial, un regalo de bienvenida para el bebé.
Mientras trabajaban, Luz le enseñó a Vanessa la importancia de cuidar y amar a los demás, una lección que Vanessa atesoraría siempre.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.