Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, existía un planeta llamado Lumine. Este mundo era un lugar pacífico, lleno de magia y maravillas, donde la vida fluía en perfecta armonía con la naturaleza. Lumine era conocido en toda la galaxia por sus impresionantes paisajes de cristales brillantes y su atmósfera resplandeciente que, según decían, podía curar el alma.
Los líderes de Lumine, el Senador Aelius y su esposa, la Senadora Vela, eran amados por su pueblo por su sabiduría y bondad. Bajo su liderazgo, Lumine prosperó, convirtiéndose en un ejemplo de paz y cooperación. Sin embargo, la paz de Lumine estaba destinada a enfrentar una prueba monumental.
Un día, sin previo aviso, el núcleo del planeta comenzó a mostrar signos de inestabilidad. Los científicos de Lumine descubrieron que el planeta estaba en peligro de explotar debido a una acumulación de energía mágica no controlada. A pesar de sus esfuerzos, no pudieron encontrar una solución a tiempo.
En medio de esta crisis, la Senadora Vela dio a luz a una niña, a quien llamaron Aurora. Sabiendo que el tiempo de Lumine estaba llegando a su fin y deseando proteger el futuro de su hija, Aelius y Vela tomaron una decisión desgarradora. Con lágrimas en los ojos, colocaron a la pequeña Aurora en la nave espacial más funcional que tenían, con la esperanza de enviarla a un lugar seguro.
La nave de Aurora fue programada para viajar a un pequeño planeta azul y verde, conocido como Tierra, un mundo lleno de potencial y vida. Mientras la nave se alejaba, Lumine sucumbió a su destino y explotó en un espectáculo de luz mágica, su belleza visible incluso desde galaxias de distancia.
La nave de Aurora viajó a través del espacio a una velocidad increíble, atravesando el vacío cósmico hasta que finalmente, después de un viaje largo y solitario, aterrizó suavemente en la Tierra. Fue encontrada por una pareja amorosa que poseía una pequeña granja. Sin saber de dónde venía realmente la niña, pero sintiendo una conexión instantánea, decidieron criarla como propia.
A medida que Aurora crecía, se hizo evidente que no era una niña común. Desde muy temprana edad, mostró signos de poseer habilidades extraordinarias. Podía levitar objetos con la mente y tenía una afinidad natural con los animales, quienes parecían entenderla y obedecerla sin palabras.
Aurora fue a la escuela primaria como cualquier otra niña, pero sus poderes la hacían diferente. Usó sus habilidades mágicas para proteger a sus amigos de los bravucones y siempre encontraba maneras de ayudar a los demás, manteniendo sus poderes en secreto tanto como le fuera posible.
Los años pasaron y Aurora creció de una joven niña a una adulta joven de 20 años, cuidando amorosamente a sus padres adoptivos. Al terminar la escuela secundaria, decidió ingresar a la universidad para estudiar astronomía, buscando entender mejor su origen y el universo.
Con el tiempo, Aurora aceptó completamente su legado y decidió usar sus poderes para el bien mayor. Adoptó el nombre de Supermighty y comenzó a actuar como una protectora no solo de su pequeña comunidad rural sino también de lugares más allá cuando la necesidad lo requería.
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