Cuentos de Terror

El Misterio de la Calabaza Desaparecida

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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Martina y Leo, dos hermanitos inseparables, estaban emocionados por Halloween. Habían planeado tallar la calabaza más espeluznante de todas y ganar el concurso del vecindario. Con sus herramientas en mano, se dirigieron al huerto de calabazas local, el mejor lugar para elegir la calabaza perfecta. Sin embargo, al llegar, se encontraron con una vista sorprendente: ¡No había una sola calabaza a la vista!

Leo, con una expresión perpleja, señaló un rincón del huerto. “Mira, Martina, ¡hay rastros en el suelo!”

Efectivamente, había huellas pequeñitas que se asemejaban a las patas de un animal. Martina, siempre la más valiente, propuso: «¡Vamos a seguir esas huellas! Tal vez nos lleven a nuestra calabaza».

Los hermanitos caminaron por el huerto, siguiendo el rastro. Pronto llegaron a un bosque cercano, donde las huellas se hicieron más evidentes. Los árboles se mecían suavemente con el viento otoñal y una densa neblina cubría el suelo.

Después de caminar un rato, llegaron a un claro iluminado por la luna. Para su sorpresa, encontraron a un grupo de pequeños animales: ardillas, conejos y erizos, todos reunidos alrededor de pilas y pilas de calabazas. Los animales, al ver a los niños, se asustaron y se escondieron detrás de las calabazas.

Martina se acercó con suavidad y habló en voz baja: “No se preocupen, no les haremos daño. Solo queremos saber por qué tomaron todas las calabazas”.

Una ardilla, que parecía ser la líder, salió y dijo: “Es que queríamos celebrar nuestro propio Halloween. Pero no sabíamos que las calabazas eran tan importantes para ustedes”.

Leo sonrió y contestó: «¡Podemos compartir las calabazas! Y, de hecho, podríamos ayudarlos a tallar algunas para su celebración».

Los niños pasaron la tarde con los animales, tallando divertidas caras en las calabazas y contando historias de Halloween. Al finalizar, cada uno llevó una calabaza para su hogar, y Martina y Leo eligieron la más grande y bonita para su concurso.

Conclusión:
La noche de Halloween llegó, y la calabaza de Martina y Leo brillaba con luz propia, obteniendo el primer lugar en el concurso. Pero más allá del premio, los hermanitos aprendieron el valor de compartir y de comprender a los demás, incluso si esos «otros» son pequeños animales del bosque.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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