Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de colinas y un gran bosque, un niño llamado Juan. Juan era un niño curioso, siempre lleno de preguntas y con una imaginación desbordante. Tenía ojos brillantes y un cabello tan negro como la noche. Vivía con su abuela, quien le contaba historias fascinantes sobre el bosque cercano, un lugar misterioso conocido como el Bosque de las Sombras.
Un día, Juan decidió explorar el Bosque de las Sombras. Con una mochila llena de bocadillos y su linterna favorita, se aventuró en el corazón del bosque. Los árboles eran altos y oscuros, y las sombras parecían bailar a su alrededor. Juan sintió un cosquilleo de emoción y un poco de miedo, pero su curiosidad era más fuerte.
Mientras caminaba, Juan escuchó ruidos extraños. Eran como susurros que venían de todas partes y de ninguna a la vez. Siguió adelante, decidido a descubrir el origen de esos sonidos. Pronto, llegó a un claro donde la luz de la luna iluminaba un antiguo árbol. El árbol era enorme, con ramas que se extendían hacia el cielo como brazos protectores.
De repente, una voz suave y melodiosa sonó detrás de Juan. Se giró rápidamente y vio a una criatura maravillosa. Era un ser hecho de sombras y luz, con ojos que brillaban como estrellas. Juan se asustó al principio, pero la criatura le sonrió amablemente.
«¿Quién eres?» Preguntó Juan con voz temblorosa.
«Soy el Guardián de las Sombras,» respondió la criatura. «Protejo este bosque y a todos sus habitantes.»
Juan, lleno de curiosidad, preguntó sobre el bosque y sus secretos. El Guardián le contó historias de animales mágicos, plantas que cantaban y ríos que fluían con agua de colores. Juan escuchaba con asombro, olvidando por completo su miedo.
El Guardián entonces le reveló que el bosque estaba en peligro. Alguien estaba intentando destruirlo para construir una gran ciudad. Juan sintió una gran tristeza y decidió ayudar al Guardián a salvar el bosque.
Juntos, idearon un plan para mostrar a los habitantes del pueblo la belleza y la importancia del Bosque de las Sombras. Juan organizó una gran expedición con niños y adultos para explorar el bosque. Mostró a todos las maravillas que el Guardián le había enseñado, y poco a poco, la gente del pueblo comenzó a entender que debían proteger ese lugar mágico.
Después de muchas aventuras y descubrimientos, el pueblo decidió preservar el bosque. El Bosque de las Sombras se convirtió en un lugar sagrado, donde todos podían aprender sobre la naturaleza y sus maravillas.
Juan se sintió muy feliz y orgulloso. Había ayudado a salvar el bosque y había hecho un nuevo amigo en el Guardián. Prometió visitar el bosque todos los días y asegurarse de que siempre estuviera seguro y protegido.
Y así, cada noche, Juan miraba por su ventana al Bosque de las Sombras, sonriendo al saber que había hecho algo bueno por su amigo y por el mundo.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.