Había una vez, en un lejano bosque encantado, cuatro amigos inseparables: Cupetra_300, un robot inteligente; Droysek, un joven valiente y hábil; E.A.J, una chica astuta y observadora; y Chocolatina, un chico siempre distraído y soñador.
Una noche de luna llena, decidieron acampar en el corazón del bosque. Mientras montaban la tienda, Cupetra_300, con sus sensores de alta tecnología, detectó una presencia extraña. Droysek, intrépido, propuso investigar. E.A.J, siempre cautelosa, sugirió mantenerse alerta. Pero Chocolatina, absorto en sus pensamientos, apenas prestaba atención.
Al caer la noche, una sombra misteriosa rondaba el campamento. Era el legendario asesino del bosque, un ser de leyendas antiguas que nadie había visto y vivido para contarlo. Cupetra_300, con su lógica robótica, no creía en leyendas, pero sus sensores indicaban peligro. Droysek, empuñando una linterna, decidió enfrentar al desconocido, mientras E.A.J trazaba un plan de escape por si las cosas se complicaban.
De repente, un grito rompió el silencio de la noche. Era Chocolatina, quien había tropezado accidentalmente con un árbol y se encontró cara a cara con la sombra. Paralizado por el miedo, no podía moverse. Cupetra_300 rápidamente analizó la situación y se lanzó hacia Chocolatina, usando sus brazos robóticos para protegerlo. Droysek, con valentía, confrontó a la sombra, pero pronto descubrió que no era el asesino, sino un cómplice: un anciano del pueblo cercano que había sido forzado a ayudar al verdadero asesino a cambio de la seguridad de su familia.
E.A.J, con su mente rápida, dedujo que el verdadero asesino aún rondaba cerca y que este encuentro era solo una distracción. Guió al grupo a un lugar seguro, usando las habilidades de Cupetra_300 para crear una barrera protectora y la valentía de Droysek para mantener la moral alta. Chocolatina, aunque asustado, logró superar su miedo y contribuir, recordando un antiguo pasadizo secreto que había visto en sus exploraciones.
Juntos, se adentraron en el pasadizo, encontrando al final una cueva secreta. Allí, descubrieron la verdad: el asesino no era más que un mito, creado por los aldeanos para proteger un tesoro ancestral escondido en la cueva. El anciano era el guardián del secreto y había intentado asustar a los intrusos para proteger el tesoro.
Los amigos, aliviados pero también impresionados por la revelación, decidieron ayudar al anciano a preservar el secreto, prometiendo no revelar la existencia del tesoro. A cambio, el anciano les compartió historias antiguas del bosque y les enseñó lecciones valiosas sobre la amistad y el coraje.
Al regresar a casa, cada uno de ellos llevó consigo no solo la aventura más emocionante de sus vidas, sino también un aprendizaje profundo. Cupetra_300 aprendió el valor de las leyendas y las emociones humanas, Droysek entendió la importancia de la precaución, E.A.J reforzó su habilidad para pensar bajo presión, y Chocolatina descubrió su valentía interior.
Desde entonces, el bosque encantado fue un lugar de magia y misterio para ellos, un recordatorio de que, a veces, las leyendas esconden verdades más profundas y que la amistad es el tesoro más valioso de todos.
Fin
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.