Sofía siempre había sentido una conexión especial con su abuela. Por eso, cuando ella falleció y le dejó en herencia un viejo espejo tallado, Sofía sintió una mezcla de nostalgia y curiosidad.
El espejo tenía un diseño detallado y antiguo, y reflejaba la luz de una manera inusualmente brillante.
La primera vez que Sofía se miró en el espejo, todo parecía normal. Pero a medida que pasaban los segundos, su reflejo comenzó a cambiar. En vez de ver su cuarto detrás de ella, vio una mansión antigua, y su reflejo parecía estar corriendo, con un semblante de terror. Sofía se alejó rápidamente, pensando que su mente le jugaba una mala pasada.
Alarmada, le contó a su mejor amigo Diego sobre el espejo. Al principio, él no la creyó, pensando que era producto de su imaginación. Pero cuando ambos se pararon frente al espejo, la visión reapareció. Esta vez, vieron a Sofía atrapada en una tormenta, con árboles cayendo a su alrededor.
Ambos decidieron investigar el origen del espejo. Rastrearon la historia de la familia de Sofía y descubrieron que el espejo había pertenecido a un antepasado que practicaba artes oscuras. Se decía que había encerrado el espíritu de un vidente en el espejo, condenando al espíritu a mostrar visiones del futuro.
Con esta información, Sofía y Diego buscaron a un experto en objetos encantados. Les contó que la única forma de liberar al espíritu y detener las visiones era confrontando al espíritu y ayudándolo a encontrar la paz.
Esa noche, Sofía y Diego se pararon frente al espejo, decididos a enfrentar al espíritu. En el reflejo, vieron una figura etérea que los observaba con tristeza.
«Soy el Espíritu del Espejo», dijo. «Fui encerrado aquí por buscar respuestas en el futuro. Las visiones que ven son posibles futuros que pueden o no suceder.»
Sofía sintió compasión por el espíritu y le ofreció su ayuda. «¿Cómo podemos liberarte?», preguntó.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.