En el tranquilo pueblo de Villa Esperanza, cuatro amigos, María, Luis, Juan y Marta, descubrieron la importancia de las leyes electorales y los partidos políticos de una manera que nunca imaginaron. Estos jóvenes, a pesar de su corta edad, estaban a punto de embarcarse en una aventura que les enseñaría el valor de la participación ciudadana y la democracia.
Todo comenzó un soleado sábado por la mañana, cuando el maestro de ciencias sociales, el señor Ramírez, anunció un proyecto especial. «Clase, vamos a realizar un simulacro de elecciones aquí en la escuela. Cada uno de ustedes tendrá un rol: candidatos, votantes, observadores… ¡Y hasta tendremos nuestro propio comité electoral! La idea es que aprendan cómo funciona el proceso democrático y la importancia de cada voto.»
María, Luis, Juan y Marta, entusiasmados con la idea, decidieron presentarse como candidatos. Cada uno representaría un partido político ficticio con diferentes plataformas centradas en problemas que les importaban: medio ambiente, educación, deportes y cultura.
En los días siguientes, prepararon sus campañas. María, defensora del medio ambiente, creó el partido «Verde Esperanza». Luis, apasionado por mejorar la educación, formó el partido «EducaFuturo». Juan, un deportista nato, lideró el partido «Deporte para Todos». Y Marta, amante de las artes, fundó el partido «Cultura Viva».
El día del gran debate llegó. El gimnasio de la escuela se transformó en una sala de debate, con un podio para los candidatos y filas de sillas para los estudiantes votantes. Banners coloridos de cada partido decoraban las paredes, y una urna electoral estaba lista para recibir los votos.
María fue la primera en hablar. Con voz firme y clara, expuso su plan para crear más áreas verdes en la escuela y organizar jornadas de reciclaje. «Proteger nuestro planeta es responsabilidad de todos, y con pequeñas acciones podemos hacer grandes cambios», afirmó.
Luis destacó la importancia de la educación y propuso tutorías dirigidas por estudiantes de grados superiores para ayudar a quienes tenían dificultades en ciertas materias. «Cada estudiante tiene el potencial de brillar, solo necesita las herramientas adecuadas», dijo con convicción.
Juan, por su parte, habló sobre la necesidad de más equipos deportivos y mejores instalaciones. «El deporte nos enseña disciplina y trabajo en equipo, elementos clave para nuestro desarrollo personal y académico», argumentó con entusiasmo.
Marta cerró el debate con una propuesta para incrementar los fondos para materiales de arte y música. «La cultura alimenta el alma y nos une. Todos merecen la oportunidad de explorar su creatividad», expresó con pasión.
Después de los discursos, llegó el momento de votar. Los estudiantes, inspirados por las propuestas de sus compañeros, participaron masivamente. El comité electoral, formado por maestros y alumnos mayores, supervisó el proceso, asegurando que cada voto fuera secreto y que se respetaran todas las normas.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.