Cuentos de Valores

El Valor de la Amistad

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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En el tranquilo barrio de Sunnyvale, la llegada de la primavera traía consigo no solo flores y días soleados, sino también nuevas oportunidades para aprender y crecer. En este barrio vivían Hope, Damon, Kol, Davina y la recién llegada, Karoline.

Hope y Damon eran mejores amigos desde la infancia. Pasaban sus días entre risas y juegos, compartiendo secretos y sueños sin fin. Kol y Davina, por otro lado, aunque amigos, solían mantenerse al margen, mirando el mundo con un escepticismo que a veces rozaba el prejuicio.

Un día, mientras Hope y Damon jugaban baloncesto en el parque, Kol y Davina observaban desde lejos.

—No entiendo cómo puedes soportar a Hope todo el tiempo —comentó Davina en voz baja.

—Es demasiado optimista, a veces es irritante —respondió Kol con una mueca.

Lo que Kol y Davina no entendían era que Hope veía el mundo a través de una lente de posibilidades, algo que a ellos les faltaba. Esta diferencia de perspectivas creaba una barrera invisible entre ellos.

Un sábado por la mañana, la calma habitual del barrio se vio alterada por la llegada de una furgoneta de mudanzas frente a la casa junto a la de Hope. Curiosa, Hope arrastró a Damon para ver quién era su nuevo vecino. Allí, ayudando a descargar cajas, estaba Karoline, una chica de cabello rojo rizado y una sonrisa contagiosa.

—¡Hola! Soy Hope y este es Damon —se presentó Hope, extendiendo la mano con entusiasmo.

—Encantada, soy Karoline. Acabo de mudarme aquí con mi familia —respondió Karoline con una sonrisa.

Desde ese momento, Karoline se unió al grupo, pero su llegada también trajo consigo el desafío de enfrentar los prejuicios que Kol y Davina albergaban. En la escuela, mientras Karoline intentaba integrarse, notó las sutiles miradas y los comentarios reservados de Kol y Davina.

Una tarde, en una fiesta organizada por los padres de Damon, Karoline decidió abordar el tema. Mientras todos disfrutaban de la música y la comida, Karoline se acercó a Kol y Davina.

—He notado que a veces juzgan a Hope sin realmente conocerla. Hope tiene mucho que ofrecer, y ustedes también. ¿No creen que sería mejor conocerse antes de decidir qué pensar? —Karoline no les reprochaba, sino que les ofrecía una invitación a ver más allá de sus prejuicios.

Kol y Davina se miraron, sorprendidos por la sinceridad y madurez de Karoline. Esa noche, bajo la suave luz de las linternas del jardín, comenzaron a hablar y, por primera vez, realmente a escucharse.

Los días pasaron y la influencia de Karoline comenzó a hacer mella en las viejas barreras. Un día, los padres de Davina organizaron un picnic en el parque local y invitaron a todos los niños del vecindario. Fue un día espléndido, lleno de risas y juegos.

Sentados en el césped, rodeados de canastas de pícnic, Hope compartió historias de sus aventuras con Damon, y por primera vez, Kol y Davina participaron sin reservas. La risa llenaba el aire, y las antiguas reservas se disolvían como el azúcar en el té helado bajo el sol.

Al final del día, mientras recogían las mantas del picnic, Damon, con una sonrisa de oreja a oreja, no pudo evitar comentar:

—Hoy fue un gran día. Karoline, gracias por mostrarnos cómo los prejuicios pueden limitarnos. Creo que todos aprendimos algo muy valioso.

Karoline asintió, contenta, y miró a sus nuevos amigos.

—Lo más importante —agregó Karoline— es recordar que cada persona es un mundo, y explorar esos mundos con amabilidad y mente abierta siempre nos enriquece.

Así, en el corazón de Sunnyvale, cinco jóvenes aprendieron una lección invaluable sobre la amistad, la aceptación y el coraje de enfrentar y superar los prejuicios. Unidos ahora no solo por la proximidad, sino por el respeto mutuo, forjaron un vínculo que prometía durar muchos veranos más.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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