Cuentos de Valores

Princesa y Tom: Una Amistad en el Parque

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

0
(0)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
0
(0)

Había una vez, en un pequeño pueblo lleno de árboles y flores, una perrita llamada Princesa y un gato llamado Tom. Princesa era una perrita blanca y esponjosa, con un collar rosado que tenía una pequeña campanita que sonaba cada vez que movía la cabeza. Era alegre y siempre estaba dispuesta a jugar. Tom, por otro lado, era un gato naranja con ojos verdes muy grandes y brillantes. Aunque a veces parecía un poco perezoso, era muy amigable y siempre estaba dispuesto a acompañar a Princesa en sus aventuras.

Todos los días, después del desayuno, Princesa y Tom iban juntos al parque. El parque estaba lleno de cosas interesantes: había árboles altos donde Tom a veces se subía para ver el mundo desde arriba, y también había muchos arbustos donde Princesa se metía para encontrar palitos o pelotas que algún niño había olvidado.

Una mañana, el sol brillaba más fuerte que nunca y el cielo estaba tan azul que parecía pintado. Princesa y Tom estaban muy emocionados porque sabían que ese día sería perfecto para jugar. Tan pronto como llegaron al parque, Princesa encontró una pelota roja que alguien había dejado. La pelota era grande y brillante, justo del tamaño perfecto para que ella pudiera llevarla en su boca.

«¡Tom, mira lo que encontré!» ladró emocionada mientras movía la cola de un lado a otro.

Tom, que estaba observando un grupo de mariposas cerca de las flores, se acercó curioso. «¡Es una pelota muy bonita, Princesa! ¿Jugamos a atraparla?» sugirió.

Princesa dio un pequeño salto de emoción y lanzó la pelota al aire con su hocico. Tom corrió tras ella, sus patas apenas tocando el suelo mientras se lanzaba a atraparla. Pero justo cuando estaba a punto de alcanzarla, la pelota rebotó y rodó cuesta abajo hacia un pequeño estanque que había en el parque.

«¡Oh, no! ¡La pelota!» exclamó Princesa, corriendo detrás de ella. Tom la siguió de cerca, preocupado de que la pelota pudiera caer al agua.

Pero la pelota se detuvo justo a tiempo, en la orilla del estanque. Princesa la alcanzó y la tomó con cuidado entre sus dientes, mientras Tom se detenía a su lado, jadeando un poco por la carrera.

«¡Uf! ¡Eso estuvo cerca!» dijo Tom, mirando el agua que brillaba bajo el sol.

Princesa asintió con la cabeza, feliz de haber recuperado la pelota. «Sí, pero ahora podemos seguir jugando. ¡Vamos, Tom, atrápala si puedes!»

Y así, Princesa y Tom siguieron jugando durante horas. Princesa corría por el parque con la pelota en la boca, mientras Tom la perseguía, a veces alcanzándola y a veces no. Ambos reían y se divertían mucho, disfrutando del día soleado y de la compañía del otro.

Después de un rato, se cansaron y se recostaron bajo un gran árbol. Princesa dejó la pelota a un lado y se estiró sobre la hierba fresca, mientras Tom se acurrucaba junto a ella, disfrutando de la sombra y el suave sonido de las hojas moviéndose con la brisa.

«Es tan bonito aquí,» dijo Princesa, mirando las nubes que flotaban en el cielo.

«Sí, y me gusta mucho jugar contigo,» respondió Tom, cerrando los ojos un poco mientras disfrutaba del momento.

Princesa sonrió y le dio un suave lametón en la oreja a Tom. «Eres mi mejor amigo, Tom. Me encanta pasar el tiempo contigo.»

Tom ronroneó felizmente. «Y tú eres mi mejor amiga, Princesa. Siempre estaré aquí para jugar contigo.»

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario