Cuentos de Valores

Soy Especial Porque Me Brillan las Estrellas en el Corazón

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

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Había una vez, en un bosque lleno de árboles verdes y flores de muchos colores, un conejo llamado Lino. Lino era un conejo muy especial, no sólo porque tenía un pelaje blanco como la nieve, sino porque siempre llevaba una sonrisa en su rostro. A su lado, tenía a sus mejores amigos: una zorra curiosa llamada Zorita, un pato alegre llamado Pato, y un erizo sabio llamado Erizo. Un día, mientras jugaban juntos, decidieron que debían hacer algo divertido y emocionante.

—¡Vamos a tener una fiesta! —propuso Lino con entusiasmo.

—¡Sí, una fiesta! —gritó Pato, feliz de la idea.

Zorita, moviendo su cola emocionada, dijo:

—Podemos invitar a todos nuestros amigos del bosque.

Erizo, siempre pensativo, asintió y comentó:

—¡Ten cuidado, amigos! Debemos pensar en cómo hacer la fiesta especial para todos. Cada uno de nosotros tiene algo único que podemos compartir.

Zin, la tortuga sabia del bosque, también se unió al grupo cuando escuchó sobre la fiesta.

—¿Qué tal si cada uno de ustedes muestra su habilidad especial en la fiesta? —sugirió Zin con una sonrisa amable.

Los tres amigos miraron a Lino, quien siempre estaba dispuesto a ayudar. Ellos sabían que Lino tenía una habilidad especial para hacer reír a los demás.

—Puedo contar historias y hacer reír a todos —dijo Lino.

—Yo puedo hacer juegos divertidos —dijo Pato, moviendo sus alas con alegría.

—Y yo puedo preparar deliciosas sorpresas de comida —añadió Zorita, lamiéndose los labios.

Erizo, con su conocimiento, quiso darles una idea más.

—Podemos hacer que la fiesta sea un lugar donde todos se sientan especiales y bienvenidos —dijo Erizo. Todos asintieron, felices de pensar en los demás.

Los amigos se dispusieron a preparar todo. Lino se subió en una roca y comenzó a contar historias sobre los valientes animales del bosque. Con su voz alegre y cómica, hacía que todos se rieran. Pato se encargó de hacer juegos con todos los que llegaban, como competiciones de carreras y carreras de obstáculos. Zorita preparó muchas bocadillos con frutas frescas y deliciosas galletas, mientras Erizo supervisaba todo para asegurarse de que nadie se sintiera triste o excluido.

Cuando llegó el día de la fiesta, amigos de toda la zona se acercaron. Había ciervos, ardillas y hasta un par de pájaros que venían a disfrutar de la celebración. Todos estaban muy entusiasmados, pero había un pequeño problema. Mientras los demás se divertían, una pequeña tortuga que nunca había ido a una fiesta se quedó en un rincón, sintiéndose sola y un poco triste. Se llamaba Lucía, y a pesar de que quería unirse a la diversión, tenía miedo de que nadie quisiera jugar con ella.

Lino, que había notado a Lucía, se acercó y le dijo:

—¡Hola! Soy Lino, y me encantaría que te unieras a nosotros.

Lucía levantó la cabeza y miró a Lino con sorpresa.

—Pero… no sé jugar como ustedes —dijo, con un tono de voz bajo.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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