Cuentos de Valores

Yeiren y Nikolay: Una Lección de Vida

Lectura para 8 años

Tiempo de lectura: 5 minutos

Español

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Había una vez, en la hermosa ciudad de Barcelona, dos niños llamados Yeiren y Nikolay. Aunque venían de mundos muy diferentes, sus caminos se cruzaron en una pequeña escuela que pronto se convertiría en el escenario de una historia llena de valores y aprendizajes.

Yeiren era un niño de diez años que había llegado a Barcelona desde un país de América Latina. Su familia había decidido emigrar en busca de mejores oportunidades laborales. A pesar de estar emocionado por la nueva aventura, Yeiren extrañaba su hogar y a sus amigos. Por otro lado, Nikolay, un niño de la misma edad, había llegado desde Ucrania, obligado a emigrar debido a un conflicto bélico en su país. La situación de Nikolay era mucho más difícil, y aunque estaba a salvo en Barcelona, las cicatrices de la guerra eran evidentes en su mirada.

El primer día de clases, la maestra Sonia los recibió con una cálida sonrisa. Sonia era una profesora dedicada, siempre preocupada por el bienestar de sus alumnos. Cuando vio a Yeiren y Nikolay, se esforzó por hacerlos sentir bienvenidos en su nuevo entorno.

—¡Buenos días, Yeiren y Nikolay! —dijo Sonia—. Bienvenidos a nuestra clase. Estoy segura de que haréis muchos amigos aquí.

Los compañeros de clase, Carles y Joan, se acercaron curiosos para conocer a los nuevos niños. Carles, con su actitud amistosa, fue el primero en hablar.

—¡Hola! Soy Carles. ¿Quieres jugar conmigo durante el recreo?

Joan, siempre dispuesto a hacer nuevos amigos, también se unió a la conversación.

—¡Sí! Vamos a divertirnos mucho juntos.

Durante las primeras semanas, todo parecía ir bien. Yeiren y Nikolay comenzaron a adaptarse a su nueva vida en Barcelona, haciendo nuevos amigos y aprendiendo muchas cosas nuevas. Sin embargo, con el paso del tiempo, Yeiren empezó a notar algo que lo inquietaba. Aunque Sonia era amable con ambos, parecía mostrar una preferencia especial por Nikolay.

En el aula, Sonia a menudo le daba a Nikolay más atención y lo elogiaba con más frecuencia. Cuando Nikolay tenía dificultades, Sonia se mostraba particularmente comprensiva, lo cual contrastaba con la forma en que trataba a Yeiren.

Un día, durante una clase de matemáticas, Yeiren levantó la mano para pedir ayuda con un problema difícil. Sonia se acercó, pero su atención pronto se desvió hacia Nikolay, quien también necesitaba ayuda.

—Lo siento, Yeiren. Ayudaré a Nikolay primero, ¿de acuerdo? —dijo Sonia, sonriendo con simpatía.

Yeiren asintió, pero no pudo evitar sentirse desalentado. Se preguntó por qué Sonia siempre parecía priorizar a Nikolay. La situación continuó así durante varios meses, y Yeiren comenzó a cambiar su actitud hacia la profesora Sonia. Se volvió más reservado y menos participativo en clase, sintiendo que no importaba tanto como Nikolay.

Un día, después de la escuela, Yeiren decidió hablar con sus padres sobre lo que sentía. Durante la cena, tomó valor y expresó sus sentimientos.

—Mamá, papá, quiero contarles algo —dijo Yeiren, con la voz temblorosa—. Siento que en la escuela la maestra Sonia prefiere a Nikolay sobre mí. Siempre lo ayuda primero y le presta más atención.

Sus padres, preocupados por lo que escuchaban, lo escucharon con atención. La madre de Yeiren lo miró con ternura y respondió.

—Mi querido Yeiren, entiendo cómo te sientes. A veces, las personas muestran favoritismos sin darse cuenta. Pero también debes considerar que la situación de Nikolay es muy difícil. Ha tenido que dejar su país debido a la guerra, y eso puede afectar mucho a una persona.

El padre de Yeiren asintió y añadió.

—Lo importante es que no te desanimes, hijo. Debes seguir esforzándote y dando lo mejor de ti. Demuestra a la maestra y a tus compañeros lo valioso que eres. Y recuerda, siempre puedes hablar con la maestra Sonia sobre cómo te sientes.

Al día siguiente, Yeiren decidió seguir el consejo de sus padres y hablar con Sonia después de clase. Con el corazón latiendo rápido, se acercó a ella y le dijo.

—Señorita Sonia, ¿puedo hablar con usted un momento?

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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