Era un día soleado en el pequeño pueblo donde vivían Jhoan, Celeste, Iker, Santiago y Mateo. Los cinco amigos estaban emocionados porque se acercaba el Festival de Música de Starswirl, el evento más esperado del año. Este festival era famoso porque reunía a las mejores bandas y artistas, y este año no sería la excepción. El acto principal sería el reencuentro de Kiwi, Dylon y Zap (Su-Z), una banda muy popular que había estado en pausa por un tiempo indefinido.
Los amigos se reunieron temprano en la mañana para asegurarse de llegar a tiempo y conseguir buenos lugares. «¡No puedo creer que finalmente veremos a Kiwi y Zap en vivo!» dijo Celeste, saltando de emoción. «Sí, será increíble,» agregó Iker. «He escuchado todas sus canciones y son fantásticos.»
Cuando llegaron al festival, la atmósfera estaba llena de energía y emoción. El escenario estaba decorado con luces brillantes y coloridas, y la música resonaba en todo el lugar. Mientras se movían entre la multitud, notaron que había una zona especial para los artistas y se preguntaron si podrían echar un vistazo detrás de las escenas.
«¿Y si intentamos entrar?» sugirió Santiago, siempre dispuesto a la aventura. «Podríamos conocer a Kiwi y Zap en persona.»
«Vale la pena intentarlo,» respondió Jhoan. «Vamos.»
Con un poco de audacia y mucha suerte, lograron colarse en la zona de artistas. Mientras exploraban, se encontraron con Kiwi y Zap. Los artistas parecían nerviosos y discutían sobre algo. Sin querer interrumpir, los amigos se escondieron y escucharon la conversación.
«Tenemos que hacer este concierto perfecto,» decía Kiwi, visiblemente preocupado. «No podemos fallar después de tanto tiempo.»
«Lo sé, pero cada vez que algo sale mal, usamos el Girador del Tiempo,» respondió Zap. «Podemos seguir intentándolo hasta que sea perfecto.»
Intrigados por lo que oyeron, los amigos decidieron investigar más sobre el Girador del Tiempo. Esa noche, durante el concierto, algo salió mal con la iluminación, y antes de que pudieran reaccionar, Kiwi y Zap usaron el artefacto para retroceder el tiempo y reiniciar el día.
Sorprendentemente, Jhoan quedó atrapado en el bucle de tiempo con ellos. Cada vez que el concierto no salía como ellos querían, reiniciaban el día, buscando la perfección.
Al darse cuenta de lo que estaba pasando, Jhoan decidió hablar con Iker. «Estamos atrapados en un bucle de tiempo. Tenemos que encontrar una manera de detener esto,» le explicó.
Ambos amigos comenzaron a investigar cómo funcionaba el Girador del Tiempo. Mientras tanto, se acercaron más a Kiwi y Zap, descubriendo que, aunque parecían amigos perfectos en el escenario, en realidad había mucha tensión entre ellos debido a las presiones del estrellato.
«Necesitamos romper el bucle de tiempo,» dijo Jhoan. «No podemos seguir así. Debemos hacer que entiendan que la perfección no existe y que la verdadera magia está en la autenticidad.»
Finalmente, Jhoan e Iker encontraron la oportunidad de hablar con Kiwi y Zap. «Sabemos lo que está pasando. Tienen que dejar de usar el Girador del Tiempo. No necesitan ser perfectos. Sus fans los aman por quienes son, no por una actuación perfecta,» les dijo Jhoan.
Al principio, Kiwi y Zap se mostraron reacios a escuchar, pero luego de varias conversaciones, empezaron a entender. La amistad y la música no se trataban de ser perfectos, sino de disfrutar el momento y compartir su arte con los demás.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.