Había una vez en un jardín de infantes muy especial, cinco amiguitos que siempre jugaban juntos. Sus nombres eran Eliseo, Valentín, Titi, Juanse y Franco. Cada uno de ellos tenía algo especial que lo hacía único y maravilloso.
Eliseo era un niño con cabello castaño y siempre llevaba una camiseta roja. Le encantaba correr y saltar por todos lados. Valentín tenía el cabello rubio y rizado, y solía usar una camiseta azul. Era muy bueno construyendo torres con bloques. Titi era una niña con coletas y vestía un hermoso vestido amarillo. Le gustaba mucho pintar y dibujar flores y mariposas. Juanse, con su cabello negro y camiseta verde, amaba jugar a las escondidas y siempre encontraba los mejores escondites. Franco tenía el cabello corto y usaba una camiseta morada. Le gustaba mucho cantar y contar cuentos.
Un día, en el jardín de infantes, la maestra anunció una actividad muy especial. Todos los niños se reunirían en el jardín para aprender sobre los colores y la amistad. Eliseo, Valentín, Titi, Juanse y Franco estaban muy emocionados. Salieron corriendo al jardín, donde había flores de todos los colores y muchos juguetes esperando para ser explorados.
La maestra comenzó explicando los colores. Mostró una flor roja y preguntó quién sabía cuál era ese color. Eliseo levantó la mano rápidamente y dijo: «¡Es rojo, como mi camiseta!» Todos aplaudieron y la maestra sonrió. Luego mostró una flor azul y Valentín gritó: «¡Es azul, como mi camiseta!» De nuevo, todos aplaudieron.
Después de aprender sobre los colores, la maestra les pidió a los niños que se agruparan por colores para una actividad especial. Eliseo fue al grupo rojo, Valentín al azul, Titi al amarillo, Juanse al verde y Franco al morado. Cada grupo tenía que encontrar objetos en el jardín que tuvieran el mismo color que sus camisetas.
Eliseo encontró una pelota roja y una manzana roja. Valentín encontró un cochecito azul y una flor azul. Titi encontró un lazo amarillo y una mariposa amarilla. Juanse encontró una hoja verde y un dinosaurio de juguete verde. Franco encontró un libro morado y una flor morada.
Después de encontrar todos los objetos, los niños se reunieron de nuevo en el centro del jardín. La maestra los felicitó por su buen trabajo y les explicó que aunque cada color era hermoso por sí solo, juntos formaban un hermoso arcoíris.
Para demostrarlo, la maestra les dio a cada niño un papel grande y pinturas de todos los colores. Les pidió que dibujaran algo que representara la amistad. Eliseo, Valentín, Titi, Juanse y Franco se pusieron a trabajar de inmediato. Dibujaron un gran jardín con flores de todos los colores y muchos niños jugando juntos.
Cuando terminaron, la maestra juntó todos los dibujos y formó un gran mural en la pared del jardín de infantes. Los niños se emocionaron mucho al ver sus obras de arte juntas, creando un hermoso cuadro lleno de color y alegría.
Después de la actividad, la maestra les contó una historia sobre cómo los colores del arcoíris simbolizan la diversidad y la unión. Les explicó que aunque cada uno de ellos era diferente, juntos eran más fuertes y felices. Los niños entendieron que la amistad y el trabajo en equipo eran muy importantes.
Eliseo, Valentín, Titi, Juanse y Franco decidieron que a partir de ese día siempre se ayudarían unos a otros y compartirían sus juegos y aventuras. Así, cada día en el jardín de infantes se convertía en una nueva oportunidad para aprender, crecer y divertirse juntos.
Un día, mientras jugaban en el jardín, se encontraron con un problema. Una gran rama había caído y bloqueaba el camino hacia su rincón favorito del jardín. Los niños sabían que necesitaban trabajar juntos para resolverlo.
Eliseo y Juanse trataron de levantar la rama, pero era muy pesada. Valentín pensó en usar una cuerda para tirar, pero necesitaban más manos. Titi sugirió que usaran algunas herramientas del cobertizo, pero necesitaban la ayuda de Franco para alcanzarlas.
Finalmente, se dieron cuenta de que si todos ayudaban, podrían mover la rama. Eliseo, Juanse y Valentín tiraron de la cuerda, mientras Titi y Franco usaban las herramientas para levantar la rama. Con mucho esfuerzo y trabajo en equipo, lograron mover la rama y despejar el camino.
Los niños se sintieron muy orgullosos de su logro y se dieron cuenta de lo importante que era trabajar juntos. Celebraron su éxito con una gran fiesta de pícnic en su rincón favorito del jardín, donde compartieron galletas, frutas y jugos.
Desde ese día, Eliseo, Valentín, Titi, Juanse y Franco aprendieron que la amistad y la cooperación eran claves para superar cualquier desafío. Siempre recordaron la lección de los colores y cómo juntos formaban un hermoso arcoíris, simbolizando la fuerza de su amistad.
Y así, en el jardín de infantes, cada día era una nueva aventura llena de risas, colores y amistad. Eliseo, Valentín, Titi, Juanse y Franco siguieron siendo los mejores amigos, demostrando que con amor y trabajo en equipo, podían lograr cualquier cosa.
Fin.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.