Cuentos de Animales

Jovina y Paquita: La Aventura del Dedal Perdido

Lectura para 2 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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En el corazón del Bosque de los Sueños, donde las flores brillan bajo el sol y los árboles susurran historias antiguas, vivían dos primas muy especiales: Jovina, la hormiga zapatera, y Paquita, la mariposa costurera. Jovina era conocida por sus zapatos mágicos que podían hacer bailar a cualquiera, y Paquita por sus vestidos coloridos que parecían salidos de un arcoíris.

Un día soleado, mientras Paquita organizaba su tienda de costura, notó que algo faltaba. «¡Ay, mi dedal de plata! ¿Dónde estará?» Se preguntó, buscando entre hilos y botones. Preocupada, voló hacia la zapatería de Jovina para pedirle ayuda.

«Jovina, ¿has visto mi dedal de plata?» Preguntó Paquita con voz inquieta.

«No, Paquita, no he visto tu dedal. Pero no te preocupes, juntas lo encontraremos,» respondió Jovina, dejando a un lado sus herramientas de zapatera.

Juntas, buscaron en cada rincón de sus tiendas, pero el dedal no aparecía. De repente, vieron a un pequeño ratón correr hacia la zapatería con algo brillante en su boca. ¡Era el dedal de Paquita!

«¡Ese ratón tiene mi dedal!» Exclamó Paquita, sorprendida.

Jovina y Paquita siguieron al ratón hasta la zapatería. Allí, lo encontraron probándose un zapato pequeñito, con el dedal a un lado.

«Pequeño ratón, ¿por qué has tomado mi dedal y lo has traído aquí?» Preguntó Paquita con gentileza.

El ratón, llamado Raticio, miró a las primas con ojos llenos de travesura. «Lo siento, Paquita y Jovina. Estaba aburrido y quería un poco de emoción en mi vida,» confesó Raticio.

Jovina y Paquita no sabían qué hacer. Entonces, recordaron a su amigo Gato, un felino sabio y protector del bosque. Jovina fue a buscarlo mientras Paquita vigilaba al travieso ratón.

Gato llegó en pocos minutos, moviendo su cola con curiosidad. «¿Qué sucede aquí, amigas?» preguntó con su voz ronroneante.

«Raticio ha estado tomando cosas de la tienda de Paquita y trayéndolas a mi zapatería. Dice que estaba aburrido,» explicó Jovina.

Gato miró a Raticio con una mezcla de seriedad y diversión. «Raticio, no está bien tomar cosas que no son tuyas. ¿Qué tal si en lugar de hacer travesuras, nos ayudas en el bosque? Hay muchas aventuras esperando,» propuso Gato.

Raticio, sintiéndose un poco avergonzado, aceptó la propuesta de Gato. «Lo siento, Jovina y Paquita. No volveré a hacerlo. Me encantaría ayudar en el bosque,» dijo con entusiasmo.

Desde ese día, Raticio se convirtió en un ayudante valioso en el Bosque de los Sueños. Ayudaba a Gato en sus patrullas y a veces jugaba al escondite con las mariposas. Jovina y Paquita, contentas de tener de vuelta el dedal, seguían creando maravillas en sus tiendas.

Y así, en el Bosque de los Sueños, la armonía volvió a reinar. Jovina y Paquita aprendieron que a veces las travesuras pueden ser una llamada de atención y que ayudar a los demás puede ser la aventura más emocionante de todas.

Fin

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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