Cuentos de Animales

Las Aventuras de Ranaka, Leonicio y Zapito

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

4
(1)
 

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico
4
(1)

En un hermoso rincón del bosque, junto a un lago cristalino, vivían tres amigos muy especiales: Ranaka, una rana rosa pequeñita y traviesa; Leonicio, un león grande y de color naranja, conocido por su fuerza pero con un corazón muy noble; y Zapito, un sapito verde y diminuto, siempre dispuesto a ayudar y mantener la paz entre sus amigos.

Ranaka era conocida por su energía inagotable y su amor por las travesuras. A ella le encantaba chinchar a Leonicio, saltando sobre su melena naranja cuando menos lo esperaba o escondiéndole sus cosas favoritas. Leonicio, a pesar de su tamaño y fuerza, era muy paciente con Ranaka. Sabía que su amiga no tenía malas intenciones, pero a veces sus bromas eran demasiado intensas.

Un día soleado, mientras Leonicio descansaba a la sombra de un gran árbol cerca del lago, Ranaka decidió que sería divertido pintarle las garras de colores mientras dormía. Con cuidado y mucha risa contenida, Ranaka procedió con su plan. Sin embargo, esta vez, Leonicio despertó justo cuando Ranaka estaba en plena acción.

Sorprendido y un poco molesto, Leonicio rugió más fuerte de lo habitual. Aunque no quería asustar a Ranaka, la sorpresa lo llevó a reaccionar sin pensar. Ranaka, sintiéndose un poco herida por la reacción de Leonicio, le dio un pequeño empujón, algo que nunca había hecho antes.

En ese momento, Zapito, que había estado observando desde una hoja cercana, decidió intervenir. Saltando entre sus dos amigos, Zapito dijo con voz calmada:

—Amigos, ¿por qué no hablamos de esto en lugar de pelear? Ranaka, Leonicio no quiere herirte, y Leonicio, sé que las bromas de Ranaka pueden ser excesivas, pero ella solo quiere jugar.

Leonicio, tomando una profunda respiración, asintió.

—Tienes razón, Zapito. Ranaka, lo siento por rugir así. Me tomaste por sorpresa y reaccioné sin pensar.

Ranaka, viendo la sinceridad en los ojos de Leonicio, también pidió disculpas.

—Lo siento, Leonicio. A veces no sé cuándo parar. Prometo ser más considerada.

Gracias a Zapito, los tres amigos aprendieron una valiosa lección ese día. Conversaron sobre sus sentimientos y establecieron nuevas reglas para sus juegos, asegurándose de que todos se sintieran cómodos y respetados.

Desde ese día, Ranaka, Leonicio y Zapito continuaron sus aventuras en el bosque, compartiendo muchas más risas y momentos felices. Ranaka aprendió a moderar sus travesuras, Leonicio a ser más abierto sobre sus sentimientos, y Zapito se convirtió en el consejero no oficial del grupo, siempre listo para ayudar y guiar a sus amigos.

La amistad entre los tres se fortaleció, y el bosque alrededor del lago se llenó de armonía y risas. Los otros animales del bosque a menudo se detenían para disfrutar de la paz que los tres amigos habían creado, inspirados por su capacidad de resolver conflictos y cuidarse mutuamente.

Moraleja: Aunque seas muy fuerte, no siempre es necesario usar la fuerza. Hablar y entender los sentimientos de los demás puede resolver muchos problemas y hacer que la amistad sea aún más fuerte.

image_pdfDescargar Cuentoimage_printImprimir Cuento

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Comparte tu historia personalizada con tu familia o amigos

Compartir en WhatsApp Compartir en Telegram Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir por correo electrónico

¿Te ha gustado?

¡Haz clic para puntuarlo!

Cuentos cortos que te pueden gustar

autor crea cuentos e1697060767625
logo creacuento negro

Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

Deja un comentario