Eduar despertó una mañana y se encontró en un lugar completamente diferente al que conocía. Ya no estaba en su hogar, un pantano tranquilo donde vivía felizmente con su esposa Emily y sus hijos. En su lugar, se hallaba en un reino oscuro y siniestro, lleno de edificios futuristas y un ambiente opresivo. Todo parecía sacado de una pesadilla.
Confundido y asustado, Eduar intentó recordar qué había pasado. Lo último que recordaba era haber hecho un trato con un hombre misterioso. A cambio de la seguridad de su familia, aceptó un acuerdo sin saber realmente las consecuencias. Ahora, todo lo que amaba había desaparecido, y en su lugar, solo quedaba este reino cruel gobernado por el mismo hombre que le había propuesto el trato.
Desesperado por encontrar respuestas y recuperar a su familia, Eduar comenzó a explorar el nuevo mundo. A medida que caminaba por las calles oscuras y lúgubres, notó que los habitantes del reino parecían vivir bajo un constante estado de miedo y opresión. Las máquinas y los robots patrullaban las calles, vigilando cada movimiento de los ciudadanos.
Mientras vagaba sin rumbo, Eduar conoció a Olivia, una joven con cabello negro y ojos brillantes que reflejaban determinación. Olivia había estado buscando una manera de liberar a su propio hermano, quien también había sido víctima de un trato con el misterioso gobernante del reino.
—Sé lo que sientes —dijo Olivia cuando Eduar le contó su historia—. Perdí a mi hermano por culpa de ese hombre. He estado buscando la forma de deshacer el trato y salvarlo.
Eduar y Olivia decidieron unir fuerzas. Juntos, comenzaron a investigar y a buscar pistas sobre cómo podrían revertir los tratos y liberar a sus seres queridos. Pronto descubrieron que el gobernante, conocido como el Señor de las Sombras, había utilizado una antigua y poderosa magia para sellar los tratos y mantener el control sobre el reino.
Los dos amigos recorrieron el reino, enfrentándose a peligros y desafíos en su camino. Se enfrentaron a robots guardianes, esquivaron trampas y desentrañaron misterios antiguos. Cada paso los acercaba más a su objetivo, pero también los ponía en mayor peligro.
Un día, mientras exploraban una biblioteca abandonada, encontraron un antiguo pergamino que contenía la clave para deshacer los tratos. Según el pergamino, debían encontrar tres artefactos mágicos que estaban ocultos en diferentes partes del reino. Estos artefactos, cuando se unieran, romperían el hechizo del Señor de las Sombras y liberarían a todos los que habían sido atrapados por sus tratos.
El primer artefacto estaba escondido en una cueva profunda, protegida por un dragón mecánico. Eduar y Olivia se prepararon para enfrentarse al dragón, utilizando su ingenio y valentía para superar el desafío. Después de una feroz batalla, lograron obtener el primer artefacto, un cristal brillante que irradiaba una energía cálida y reconfortante.
El segundo artefacto se encontraba en lo alto de una torre vigilada por guardias robóticos. Usando su astucia, Olivia ideó un plan para infiltrarse en la torre mientras Eduar distraía a los guardias. Después de una peligrosa escalada, Olivia recuperó el segundo artefacto, un amuleto dorado que brillaba con una luz intensa.
El tercer y último artefacto estaba oculto en el palacio del Señor de las Sombras. Sabían que esta sería la misión más difícil, pero no estaban dispuestos a rendirse. Aprovechando la oscuridad de la noche, Eduar y Olivia se infiltraron en el palacio, evitando a los guardias y esquivando trampas mortales.
Finalmente, llegaron a la sala del trono, donde el Señor de las Sombras los esperaba con una sonrisa maliciosa.
—Nunca escaparéis de aquí —dijo el Señor de las Sombras—. Este reino es mío, y vuestro destino está sellado.
Pero Eduar y Olivia no se dejaron intimidar. Con determinación, unieron los tres artefactos, que comenzaron a brillar con una luz cegadora. La luz envolvió la sala del trono, rompiendo el hechizo del Señor de las Sombras.
El reino oscuro comenzó a desvanecerse, y en su lugar, reapareció el pantano de Eduar. Emily y los hijos de Eduar, junto con el hermano de Olivia, estaban allí, libres y a salvo. El Señor de las Sombras desapareció, derrotado por la fuerza de la valentía y el amor.
Eduar y Olivia se abrazaron, aliviados y felices de haber logrado su misión. Habían demostrado que, con determinación y coraje, incluso los desafíos más grandes podían superarse. A partir de ese día, el pantano y el reino de Olivia florecieron en paz, libres de la opresión y el miedo.
El trato había sido deshecho, y la vida había vuelto a la normalidad. Eduar y Olivia siempre recordarían la aventura que vivieron juntos y la amistad que nació de su lucha por la libertad.
Fin.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.