En un rincón lejano del universo, entre estrellas brillantes y planetas de colores vivaces, existía un pequeño planeta llamado Zafiro. En Zafiro, sus habitantes eran criaturas llenas de vida y magia, pero entre todos ellos, había un grupo especial de amigos que se destacaba: Said, un niño curioso y soñador; Alien, una pequeña criatura proveniente de un planeta lejano; Puppy, un perro siempre entusiasta y juguetón; y, por último, Lila, una dulce hada de luz que siempre tenía una sonrisa en su rostro.
Said había descubierto a Alien una noche estrellada mientras estaba en su jardín observando las constelaciones. La llegada de esta criatura diferente, con su piel de color violeta y grandes ojos amarillos, fue un acontecimiento seguro para el pequeño. Al principio, Said se asustó un poco, pero pronto se dio cuenta de que Alien solo buscaba hacer nuevos amigos.
—¿De dónde eres? —le preguntó Said, mientras tocaba gentilmente la suave piel de Alien.
—De un lugar muy lejano —respondió Alien con su voz musical—. Vengo de un planeta llamado Betelgeuse, y he viajado por todo el universo en busca de aventuras y, sobre todo, de amigos.
Los dos chicos pasaron horas hablando sobre sus mundos, sobre los colores del cielo y el sabor de las frutas en sus respectivos planetas. Fue entonces que Puppy, un perrito de pelaje dorado que siempre estaba cerca de Said, se unió a la conversación, moviendo su cola de alegría.
—¡Hola! —dijo Puppy—. Soy Puppy, y tengo muchas ganas de jugar. ¿Quieres unirte a nosotros, Alien?
Alien no tardó en aceptar, y juntos comenzaron a jugar, corriendo por el jardín, saltando, riendo y compartiendo historias de sus aventuras. Lila, quien siempre estaba observando desde un rincón con sus alas brillantes, decidió que era hora de unirse al juego.
—¡Hola, amigos! —exclamó Lila, volando hacia ellos—. Yo soy Lila, la hada de la luz. ¿Qué tal si volamos un poco? ¡Es muy divertido!
A Said le brillaron los ojos de emoción.
—¡Sí, sí! ¡Volvamos a volar como cuando éramos pequeños!
Los cuatro amigos de Zafiro se unieron y comenzaron a volar por los cielos del planeta, dejando un rastro de risas y destellos de luz detrás de ellos. Descubrieron que podían alcanzar las nubes más suaves y sembrar estrellas fugaces al pasar. Desde el aire, el mundo se veía mágico, lleno de posibilidades.
Sin embargo, aunque cada día era una nueva aventura para ellos, había algo más grande, algo que necesitaba su atención. Una sombra se cernía sobre Zafiro. Un maestro oscuro llamado Morf había comenzado a robar la luz de las estrellas, deseando sumergir al planeta en la oscuridad para apoderarse de todo lo que alguna vez había sido brillante y alegre.
Said, Alien, Puppy y Lila se dieron cuenta de que aún con todas sus travesuras, debían hacer algo para proteger su hogar. Así que, decididos a enfrentar al malvado Morf, se dirigieron a su oscuro castillo, un lugar cubierto de nubes grises y sombras en la distancia.
Mientras se acercaban, Said habló emocionante:
—Sé que podemos hacerlo juntos. Nuestro cariño y amistad son más fuertes que cualquier sombra. ¡Vamos a luchar!
Lila asintió con determinación, sus alas parpadeaban como luces de un faro, guiándolos hacia adelante.
—Recuerden, el amor que compartimos es nuestro mejor poder. Siempre hay luz donde hay amor.
Puppy ladró de acuerdo, haciendo pequeñas piruetas para mostrar su valentía, mientras que Alien voló alrededor de ellos, proyectando destellos de luz que inmediatamente comenzaban a desvanecer la oscuridad a su alrededor.
Cuando finalmente llegaron al castillo, se encontraron con Morf, un ser de piel oscura y ojos rellenos de malicia. Con su voz profunda, comenzó a reír.
—¿Qué hacen unos niños y sus peluditos aquí? ¿Dañar mi perfecta oscuridad? Ustedes no son más que insectos insignificantes.
Pero Said, sin miedo, se adelantó y dijo:
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.